¿Puede elegirse entre el deber impuesto y los designios del corazón?
Asturias, 1853. En el municipio de Castrillón, colindante a Avilés, el patriarca de una familia aristocrática local muere repentinamente y deja sin hogar a sus nietas, Sara y Nelia. La propiedad queda en manos de Iván Arango, uno de los propietarios de la floreciente mina de Arnao. Mientras que su tía Honoria y su prima Sofía las enredan en juegos casamenteros para asegurar su futuro, ellas tienen otras pretensiones. Esto las enfrentará directamente con una sociedad en transformación y tensará todavía más la relación entre Iván y Sara, divididos tanto por su clase social como por la disparidad de sus objetivos, pero unidos por una creciente atracción amorosa. Ellos serán sólo algunos de los afectados por una época de cambios donde la forma de vida tradicional choca frontalmente con los intereses de la nueva sociedad industrial.
Estocolmo, finales de agosto de 2011. Petra, una joven astrofísica, ha calculado que la atmósfera colapsará en doce días, concretamente el 7 de septiembre, y el mundo que conocemos llegará a su fin. Más o menos al mismo tiempo, Johan acaba de perder su trabajo como cartero y, para colmo de males, se enfrenta con tristeza al abandono de su hermano Fredrik, que acaba de iniciar una brillante carrera diplomática en Italia. El encuentro entre Petra y Johan será el comienzo de una aventura tan delirante como divertida: partiendo hacia Roma en busca de Fredrik, se topan con Agnes, una viuda de setenta y cinco años que ha hecho fortuna camuflada como joven influencer en las redes sociales. Convencido de la inminente fatalidad anunciada por Petra, este extraño e improvisado trío se embarcará en una autocaravana azul celeste con la esperanza de hacer del planeta un lugar más justo... en menos de dos semanas. Así, entre cócteles con Barack Obama, extrañas colaboraciones con dictadores africanos y conflictos diplomáticos de todo tipo, mientras la mayor amenaza de la historia se cierne sobre la Tierra, los tres amigos acabarán trastornando por completo no sólo sus vidas, sino la de cualquiera que se cruce con ellos.
Combinando realidad y ficción en una fabulosa sátira, La pitonisa y el idiota es una historia que nos hace reír y emociona. Con ella, Jonas Jonasson regresa a la veta más cáustica de El abuelo que saltó por la ventana y se largó y nos seduce con una narración original que combina el sentido lúdico de la aventura y una mirada dulce y ácida al mundo actual.
Los monstruos existen, pero no como los imaginamos. Se camuflan entre la gente utilizando la ropa y el maquillaje para ocultar su naturaleza. El narrador de este libro es uno de ellos. Sufre una grave enfermedad de la piel que le lleva a evitar las playas y la ropa de verano y se ve reflejado en las vidas de otros monstruos con su mismo mal.
La piel humana es el órgano más extenso del cuerpo y es también nuestra presentación ante el mundo. La piel delata la raza, la edad, la experiencia y hasta el carácter de cada uno. La piel nos aísla y a la vez nos comunica con los demás.
Muchos nombres conocidos han sufrido una vida condicionada por la mala piel —Stalin y el narco Escobar, los escritores Updike y Nabokov, la cantante Cyndi Lauper y algún personaje de Scorsese desfilan por estas páginas— y sus peripecias, junto a las del narrador, nos hablan de imagen y cosmética, de nuestra sociedad hipermedicalizada, y de racismo o clasismo. En suma, de una experiencia muy humana: el miedo a que nos vean como de verdad somos.
La peste, la gran obra del autor francés que se ha convertido en uno de los libros más vendidos del momento en Europa.
Ambientada a fines de los años cuarenta del siglo XX en Orán, La peste narra las vicisitudes de una ciudad cerrada durante un inesperado brote de peste bubónica. La trama es sencilla y va desde el contagio inicial hasta el final de la epidemia, pero la hondura de sus planteamientos, así como la humanidad de sus personajes, hace del libro uno de los más memorables de la literatura moderna.
Ya en fechas de su publicación original, el autor confirmó lo que muchos lectores veían por sí solos: la epidemia era una alegoría de la ocupación nazi en Francia. Sin embargo, ese paralelismo no agota la capacidad profética del relato, que advierte sobre los peligros invisibles que acechan a toda sociedad moderna.
Sin falso voluntarismo, Camus defiende la rectitud y la solidaridad generales, poniendo de relieve el heroísmo de las personas ordinarias que actúan de manera extraordinaria por dignidad. Novela imprescindible del Premio Nobel de Literatura, La peste no solo perdura como una de las grandes obras de imaginación moral del siglo pasado, sino que sigue orientándonos en tiempos de desconcierto
El tío Celan era serísimo como los candelabros; sostenía la mirada y saltaba los siglos; sabía que hay edificios umbrosos, terribles, sin estilo resuelto de antemano; estilo alpino, estilo garaje, estilo japonés, sin estilo; por eso no dormía o dormía caminando cuando usaba palabras en el sueño de cuarzo, de ámbar, sin moscas, de granito fragmento de “Capítulo tío Celan”, de Luis Moreno Villamediana Luis Moreno Villamediana (Venezuela, 1966).
Las cartas de James Joyce son, sin duda, uno de sus grandes tesoros literarios, una ventana indiscreta y una aproximación emocionante a su oficio de escritor, pero también a su personalidad más íntima y secreta. Sentados delante de este fresco incomparable, vemos desfilar su personalidad abrasadora e indomable, sus celos incontrolables, un sorprendente apego a la familia y una inmensa angustia mientras compagina, en un difícil equilibrio, las ansias de creación literaria con su angustia por publicar: la certeza de que él es un escritor imbatible, convencido de su superioridad intelectual.Recibidas al principio como un documento de vital importancia, estas cartas se han convertido con el tiempo en una parte esencial de la obra de Joyce, una cima literaria en sí misma, la prueba concluyente de que fue uno de esos extraños talentos que transformó en material artístico incluso lo que no tenía intención de publicar. La selección canónica de Richard Ellmann y la traducción impecable de Carlos Manzano convierten a esta edición en la definitiva en nuestra lengua.