Durante el verano de 1980, la profesora de Astrofísica Joan Goodwin comienza a formarse para ser astronauta en el Centro Espacial Johnson de Houston junto con un grupo de compañeros excepcional: Hank Redmond, piloto de Top Gun; John Griffin y Lydia Danes, especialistas de la misión; la bondadosa Donna Fitzgerald; y Vanessa Ford, una magnética y misteriosa ingeniera aeronáutica. Mientras los nuevos astronautas se preparan para sus primeros vuelos, Joan halla un amor y una pasión que nunca había imaginado, y comienza a cuestionarse todo cuanto creía saber sobre su lugar en el universo observable.
Durante el verano de 1980, la profesora de Astrofísica Joan Goodwin comienza a formarse para ser astronauta en el Centro Espacial Johnson de Houston junto con un grupo de compañeros excepcional: Hank Redmond, piloto de Top Gun; John Griffin y Lydia Danes, especialistas de la misión; la bondadosa Donna Fitzgerald; y Vanessa Ford, una magnética y misteriosa ingeniera aeronáutica. Mientras los nuevos astronautas se preparan para sus primeros vuelos, Joan halla un amor y una pasión que nunca había imaginado, y comienza a cuestionarse todo cuanto creía saber sobre su lugar en el universo observable. Y entonces, en diciembre de 1984, mientras se lleva a cabo la misión STS-LR9, todo cambia de un momento a otro.
Atlas del eclipse es un hipnótico ensayo narrativo o libro de viajes o novela sin ficción que transcurre durante cien días del año 2020. Desde mediados de febrero, cuando Reinaldo Laddaga contrajo el coronavirus, hasta las manifestaciones que provocó el asesinato de George Floyd. Durante esos meses extraños, el autor se dedicó a caminar sistemáticamente por la metrópolis fantasmal, a recorrer la dimensión más desconocida de la ciudad de Nueva York. Sus viejos parques, cárceles, asilos, cementerios y sanatorios. Y los nuevos camiones frigoríficos que albergaban los cadáveres de la pandemia. Con la lucidez que brinda la luz del cataclismo, el escritor argentino relee en estas páginas la obra de Edgar Allan Poe, la topografía de Central Park o Coney Island, la figura de Donald Trump o la tradición literaria del limbo, esa zona flotante entre los cielos y los infiernos. El resultado de todas esas excursiones físicas y mentales, por el presente y por el pasado, es un libro fascinante, que recuerda por momentos a los de Ryszard Kapus´cin´ski o Joan Didion, y que se inscribe por méritos propios en la estela de Delirio de Nueva York, de Rem Koolhas, y Bajos fondos, de Luc Sante. Literatura ambiciosay vagabunda para indagar en el subconsciente de una ciudad y de una época.
Atlas de geografía humana: En un gran grupo editorial, cuatro mujeres -Ana, Rosa, Marisa y Fran-trabajan en la confección de un atlas de geografía en fascículos. Reunidas por azar en ese proyecto, y muy distintas entre sí, todas comparten, sin embargo, una edad decisiva, en ese punto de inflexión de la vida en que deben encararse de una vez consigo mismas, despejar dudas, deseos y contradicciones. Y mientras investigan y buscan materiales, van desvelando sus pasiones y sus sueños truncados, sus decepciones, sus derrotas y sus grandes conquistas.
Un niño, que vive con sus abuelos en la estación de ferrocarril del Paradero de Camarones, se mantiene atento a todo lo que ocurre en ese pequeño pueblo de la región central de Cuba. Movido por el asombro y la curiosidad, sigue con una mirada cinematográfica situaciones del presente y evocaciones del pasado.
Entre los personajes hay dos, el Ruso y Basilia, que fascinan al niño y trastocan la cotidianidad del lugar. Todo sucede durante los doce meses de 1978. Lo que dejan o se llevan los trenes y la creciente opresión, en un país que está a dos años de la crisis del Mariel, son el telón de fondo.
En Atlántida no hay línea divisoria entre el testimonio y la ficción. Aunque la mayoría de los personajes y los hechos que aparecen en la novela son reales, siempre quedan expuestos a la imaginación del niño. De no ser por eso, pudiera considerarse un libro de memorias.