Se dice que al visitar África el principal peligro está dentro de uno mismo. El viajero debe asimilar tal cantidad de estímulos, que, si no se toma un descanso, le puede resultar difícil recuperar la tranquilidad. Durante la década del 50, Alan Moorehead realizó cuatro viajes por dicho continente. No hay sitio en el arca es el resultado de todas dichas experiencias, que configuran, en buena medida, un libro de aventuras.
En estas páginas, descubrimos un mundo tan complejo como fascinante. Conocemos, por ejemplo, a los masai, poderosos cazadores que viven de sangre y leche; o a los
turkanas, quienes a pesar de su trato amable y respetuoso, acostumbran a expulsar fuera del pueblo a los enfermos y ancianos, dejándolos morir. Así, cada capítulo se encarga de desmitificar la relación de los habitantes africanos con su entorno. Comprendemos, además, que la mejor manera de acercarnos a este mundo en un auténtico estado salvaje es eliminar el factor humano y observar a los animales interactuando entre ellos mismos y ante la selva.
2019. Stella Parker tiene la vida que siempre soñó: un esposo al que ama, dos hijos que crecen felices por los que ella renunció a una carrera de éxito como abogada y una hermosa casa en uno de los barrios más elegantes de Washington D.C. Pero tras un extraño encuentro nocturno con su vecina Gwen, la vida de Stella se verá sumida en el caos y el oscuro secreto de su pasado sobre el que ha construido su vida amenazará con salir a la luz.
1987. Julie Waits es una adolescente de 13 años cuyo máximo sueño es ser animadora, la puerta de entrada a una vida de adolescente normal, con amigas y fiestas de pijamas, una vía de escape de la vida con su madre viuda y los novios terribles con los que se lía y que acaban viviendo con ellas.
A medida que Stella reflexiona sobre lo que en realidad llevó a Gwen a su puerta esa noche, la respuesta se vuelve cada vez más aterradora y evidente.
El fallido robo a una iglesia perpetrado por tres jóvenes inexpertos y la abrupta desaparición de una mujer en la noche limeña dan comienzo a un entramado de historias donde distintos personajes —siempre intensos y contradictorios— buscan vengar el pasado, combatir la impunidad o restablecer la justicia. Sin embargo, la realidad es otra: políticos, empresarios, jueces, militares, policías, sacerdotes, todos participan de una red de crimen y corrupción que reduce al silencio la voluntad de una sociedad que además debe lidiar con sus prejuicios de clase, raza y género.