Sevilla, ola de calor. Todo el que puede huye a la playa. No así Camino Vargas, jefa accidental del Grupo de Homicidios desde el tiroteo que dejó en coma al inspector Arenas. Alguien ha atropellado salvajemente a una mujer y se ha dado a la fuga. Este asesinato se va a transformar en el foco de atención mediática cuando se filtra un dato aún más perturbador: el homicida introdujo un chupete en la boca de la víctima antes de desaparecer de la escena del crimen. Todos los indicios apuntan a la expareja, un maltratador psicológico, y las estadísticas no están de su lado. Sin embargo, cuando la autopsia desvela que la víctima estaba embarazada y los asesinatos comienzan a sucederse, Camino comprenderá que se halla ante el caso más duro de su carrera.
«Se acercó hasta la hoguera, sostuvo la mirada contra el fuego y afirmó lentamente, una vez más: esperemos aún, sigamos todavía».
Vivimos tiempos, como afirma Luis García Montero en este libro, en los que la conciencia del presente nos devuelve a la historia del pasado para fortalecernos en el deseo de resistencia. Y es éste el motivo que ha llevado al autor, a lo largo de los últimos años, a reflexionar desde el ensayo, la poesía y el teatro sobre la actualidad política y social del mito de Prometeo, ese titán que osó enfrentarse a los dioses y les robó el fuego para entregárselo a los mortales y regalarles con él la libertad.
Esta obra reúne los textos de García Montero centrados en la figura rebelde de Prometeo. La pieza central -llevada a la escena por José Carlos Plaza en 2019 en el Festival de Teatro Clásico de Mérida- propone un diálogo intergeneracional entre dos Prometeos: el joven, que duda del acierto de su rebelión dado el castigo que trajo consigo, y el anciano, que desde su experiencia le muestra el triunfo que conlleva siempre buscar el bien común.
En definitiva, Prometeo es un canto esperanzador sobre la humanidad, una lúcida reflexión en torno al poder de la solidaridad, la justicia y la libertad. Aquí, el mito, transformado a la luz de esta existencia convulsa e hiperconectada en la que estamos inmersos, sigue alentándonos hoy a sentarnos juntos alrededor del fuego para contarnos nuestro propio pasado y discutir sobre el futuro que merecemos.
Percy Bysshe Shelley (1792-1822) fue, junto con Coleridge, Wordsworth, Keats y Byron, uno de los cinco grandes autores del romanticismo inglés. Perteneciente a la segunda generación del movimiento, buscó, en la estela de Coleridge, una poesía que explotase al máximo el poder simbólico de la imaginación, abogando por el lenguaje sonoro y de gran fuerza literaria que situó algunas de sus composiciones entre los clásicos indiscutibles de la poesía europea. El "Prometeo liberado" (junto con "Adonais", la hermosísima elegía dedicada en su muerte a su rival estético, John Keats) supuso la más alta creación simbólica de Shelley. Escrito ante las ruinas romanas de Caracalla en 1819, se trata de un poema dramático dividido en cuatro actos, y constituye un alegato alegórico en favor de la libertad, que era para el poeta el principal valor del mundo y los seres humanos.