El 16 de julio de 1990, Liliana Rivera Garza, mi hermana, fue víctima de un feminicidio. Era una muchacha de 20 años, estudiante de arquitectura. Tenía años tratando de terminar su relación con un novio de la preparatoria que insistía en no dejarla ir. Unas cuantas semanas antes de la tragedia, Liliana por fin tomó una decisión definitiva: en lo más crudo del invierto había descubierto que en ella, como bien lo había dicho Albert Camus, había un invencible verano. Lo dejaría atrás. Empezaría una nueva vida. Haría una maestría y después un doctorado; viajaría a Londres. La decisión de él fue que ella no tendría una vida sin él.
Hace apenas un año decidí abrir las cajas donde depositamos las pertenencias de mi hermana. Su voz atravesó el tiempo y, como la de tantas mujeres desaparecidas y ultrajadas en México, demandó justicia.
El invencible verano de Liliana es una excavación en la vida de una mujer brillante y audaz que careció, como nosotros mismos, como todos los demás, del lenguaje necesario para identificar, denunciar y luchar contra la violencia sexista y el terrorismo de pareja que caracteriza a tantas relaciones patriarcales.
El fuego ha arrasado Moscú y una turba furiosa busca culpables. Vasia, acusada de brujería, es la candidata perfecta.
El gran príncipe forma alianzas con quienes tal vez lo conduzcan a la guerra y la ruina, mientras que el rey del invierno ve cómo su poder va debilitándose a medida que se acerca el verano. Y entretanto, sobre todos ellos se cierne la sombra de un antiguo demonio.
Para proteger a los suyos y el mundo mágico que tanto atesora, Vasia tendrá que recurrir a la ayuda tanto de amigos como de viejos enemigos. Pero es posible que no pueda salvarlos a todos, ni siquiera a sí misma. Porque, como es bien sabido, la magia enloquece a la gente. Y al cambiar la realidad siempre puedes acabar olvidándote de lo que es real.
El invierno de la bruja es el final de la trilogía de El oso y el ruiseñor, una fascinante serie ambientada en la Rusia medieval que ha entusiasmado a los lectores en más de veinte idiomas.
El invitado de Drácula y otros relatos, es una recopilación de narraciones cortas. Su mujer Florence publicó en 1914 una edición póstuma dos años después de la muerte de Stoker. Se cree que inicialmente El invitado de Drácula fue escrito para ser el capítulo uno de la novela Drácula, pero los editores no lo consideraron oportuno y optaron por no incluirlo.
Aparte de El invitado de Drácula, están los siguientes relatos: La casa del juez, La Squaw, El secreto del oro creciente, Una profecía gitana, La venida de Abel Behenna, El entierro de las ratas, Un sueño con manos rojas y Arenas de Crooken.