Galardonada con el Pulitzer 2017 y con el Nacional Book Award, El ferrocarril subterráneo ha sido el aconrecimiento literario del año en Estados Unidos.
Cora, hija y nieta de esclavos, vive en una plantación algodonera del estado de Georgia, en el sur de Estados Unidos. Se trata de un lugar infernal, y allí crecerá sometida a la crueldad de sus amos y marginada por los otros esclavos de la plantación. Al alcanzar la pubertad, Caesar, otro esclavo recién llegado de Virginia, le habla de la existencia del «ferrocarril subterráneo» ) le propone que se sirvan de él para huir juntos hacia el norte. La joven esclava -al Igual que hijo su madre cuando decidió abandonarla- optará por dejar el único hogar que ha conocido para embarcarse en un arriesgado viaje hacia lo desconocido, un viaje en pos de la libertad.
El Ferrocarril Subterráneo era una agrupación abolicionista clandestina del siglo XIX que ayudaba a los esclavos a huir hacia los estados libres del norte y Canadá. Whitehead utiliza este episodio histórico para imaginar una verdadera red de estaciones secretas, unidas por túneles y raíles subterráneos que cruzan todo el país. Esta historia de tintes épicos, universal, onírica y a la vez brutalmente realista, nos habla de la libertad y las ilusiones truncadas, del esfuerzo sobrehumano, de la determinación incontestable de cambiar el propio destino.
Esta novela es la historia de un personaje que busca el sentido de la vida. Norteamericano de buena familia, el joven Laurence Darrell, Larry, ha participado como aviador en la Primera Guerra Mundial. Tiene novia y un futuro prometedor, pero decide tomarse un tiempo de reflexión y embarcarse en un viaje abierto al encuentro de culturas y espiritualidades diferentes, que le llevará desde el París de los años veinte, el de Picasso y Hemingway, a España, Grecia y otras geografías, hasta recalar en la India, donde cree encontrar las claves de una vida mejor.
Dos historias paralelas se desarrollan en escenarios de nombre evocador.- una transcurre en el llamado «fin del mundo», una misteriosa ciudad amurallada; la otra, en un Tokio de un futuro no muy lejano, un despiadado «país de las maravillas». En la primera, el protagonista se ve privado de su sombra, e impelido a leer sueños, entre extraños habitantes y unicornios cuyo pelaje se torna dorado en invierno. En la segunda historia, el narrador y protagonista es un informático que trabaja en una turbia institución gubernamental; sus servicios son requeridos por un inquietante científico que juguetea con la manipulación de la mente y vive en la red de alcantarillado, una red poblada por tenebrosas criaturas carnívoras.
A mediados del siglo XXI, un concurso televisivo, cuyo principal atractivo es la muerte de los participantes, bate el récords de audiencia. Ben Richards, padre de una niña enferma y sumido en la más profunda miseria, decide concursar atraído por los extraordinarios premios, aun a sabiendas de que no sobrevivirá.
El hombre que amaba a 1os perros: Iván, aspirante a escritor y ahora responsable de un paupérrimo gabinete de veterinaria de La Habana, recuerda sus encuentros con un solitario personaje que solía pasear por la playa en compañía de dos galgos. Gracias a las confidencias de ese hombre, Iván puede reconstruir las trayectorias vitales de León Trotski y de su célebre asesino, Ramón Mercader, y de cómo se convirtieron en víctima y verdugo de uno de los crímenes más reveladores de la historia.
Leonardo Padura (La Habana, 1955) ha publicado ensayos, cuentos y novelas. Es conocido sobre todo por la serie de novelas policiacas protagonizadas por el detective Mario Conde, merecedoras de premios como el Café Gijón 1995, el Premio de las Islas 2000 y el Premio Hammett 2005. Finalista del Premio Libro del Año 2009 de los libreros madrileños, y traducida a varias lenguas, El hombre que amaba a los perros es una apasionante novela sobre dos personajes muy singulares y, al mismo tiempo, una inquietante indagación histórica en las razones por las que se pervirtió la gran utopía del siglo xx.