El pasajero
1980, Mississippi. Son las tres de la madrugada cuando Bobby Western se sumerge en el mar del golfo de México con su traje de neopreno e ilumina el avión hundido con la linterna de buceo: nueve cuerpos con el cinturón de seguridad aún abrochado. Faltan la caja negra y el décimo pasajero. Pero ¿cómo es posible? Testigo colateral de maquinaciones que solo pueden perjudicarle, Bobby se ve ensombrecido en cuerpo y espíritu por hombres con placa, por el fantasma de su padre (uno de los inventores de la bomba de Hiroshima) y por su hermana, el amor y la ruina de su alma.
Stella Maris
1972, Wisconsin. Alicia Western, de veinte años, ingresa en un hospital psiquiátrico llevando cuarenta mil dólares en una bolsa de plástico. Doctoranda en Matemáticas, a Alicia le han diagnosticado esquizofrenia paranoide y no quiere hablar de su hermano Bobby. Prefiere contemplar la naturaleza de la locura, estudiar la intersección entre la física y la filosofía, y plantar cohortes, quimeras y alucinaciones.
Narrada a través de las transcripciones de las sesiones psiquiátricas, Stella Maris es un inquisitivo e intelectualmente desafiante complemento a El pasajero, así como una investigación filosófica que cuestiona nuestras nociones de Dios, la verdad y la existencia.
Las heroínas son Marianne, Elizabeth, Fanny, Emma, Anne o Catherine. En sus órbitas no tardan en aparecer caballeros de dudosa estirpe como John Willoughby o de impecable fibra moral como Mr. Darcy. Diferenciarlos, sin embargo, no es tan fácil como puede pensarse. Y el verdadero amor rara vez está donde se espera.
En estas seis novelas magistrales, que funcionan con la puntualidad de comedias clásicas, las jóvenes descubren que el camino hacia el matrimonio está tan lleno de encantos como de desencantos, y que perseguir los propios ideales supone a veces desafiar a la sociedad que los ha inspirado. Con ironía y amabilidad, Jane Austen demuestra que es no solo la gran observadora de su época, sino una analista insuperable del corazón humano. Sin duda, Virginia Woolf no se equivocaba cuando la llamó «la escritora de libros inmortales»; esta cuidada edición completa ofrece la oportunidad perfecta para comprobar que siguen tan vivos como siempre.
Tras el formidable éxito de público y crítica de sus dos primeras novelas, Normas de cortesía -escogida por The Wall Street Journal como uno de los mejores libros del año 2011 y ganadora del Premio Fitzgerald en 2012- y Un caballero en Moscú -que se mantuvo dos años en las listas de The New York Times-, Amor Towles vuelve con una historia colosal sobre el viaje iniciático de cuatro jóvenes por el corazón de Estados Unidos durante la década de los años cincuenta.
Contada desde múltiples puntos de vista y poblada por un variado elenco de personajes magnéticos, desde vagabundos que malviven entre raíles hasta aristócratas del Upper East Side, La autopista Lincoln es una novela arrolladora de encuentros y desencuentros, un azaroso tránsito de la juventud a la edad adulta.
La inspectora Elena Blanco atraviesa el depósito de la Grúa Municipal Mediodía II de Madrid hasta llegar a una vieja furgoneta que expele un olor putrefacto. Dentro está el cadáver de un hombre atado a una silla, con un burdo costurón que asciende del pubis al abdomen. Los primeros resultados de la autopsia aclaran que a este toxicómano reincidente le arrancaron algunos órganos y le colocaron en el vientre un feto de casi siete meses. Los análisis de ADN revelan que se trata de su hijo biológico. A los pocos días, la Brigada de Análisis de Casos se desplaza a la zona portuaria de A Coruña, donde el cuerpo de un asesor fiscal de sesenta y cuatro años ha sido asesinado con el mismo modus operandi.¿Qué relación existe entre las dos víctimas? ¿Y dónde están las madres de los bebés?
Desde que son niños Edie, Jake y Ryan han sido inseparables. Ellos tres contra el mundo. Edie pensaba que su amistad podría con todo, así que cuando su marido Jake es brutalmente asesinado y su mejor amigo, Ryan, acusado del crimen, su mundo se desmorona.
Edie está sola por primera vez en muchos años en la casa del acantilado que compartía con Jake. Está en pleno duelo y tiene miedo, y no le falta razón para tenerlo, pues alguien la está vigilando, alguien que ha estado esperando este momento. Ahora que Edie es vulnerable, el pasado del que ha intentado huir desesperadamente está a punto de llamar a su puerta.
El sacerdote Luis Córdoba está a la espera de un trasplante de corazón. Es un cura amable, alto, gordo, pero su mismo tamaño hace que no sea fácil encontrar un donante. Como los médicos le aconsejan reposo y su residencia tiene muchas escaleras, recibe hospedaje en una casa donde viven dos mujeres, una de ellas recién separada, y tres niños. Córdoba, que es bueno y culto -crítico de cine y experto en ópera-, goza compartiendo lo que sabe con las mujeres sin esposo y los niños sin padre. Pronto se ve envuelto y fascinado por la vida familiar y, sin pretenderlo, empieza a desempeñar el papel de paterfamilias y a replantearse sus opciones de vida.
Salvo mi corazón, todo está bien es la historia de un sacerdote bondadoso -inspirado en un cura real- que pone a prueba sus creencias y su optimismo inquebrantable en un mundo hostil. Su crisis existencial, en medio de personajes llenos de ganas de vivir, nos muestra una visión del matrimonio como una fortaleza sitiada: los que están dentro quieren salir, y los que están fuera quieren entrar.