El presente texto, que trata sobre el período conocido como el Consejo de Estado (1962-1963) es un estudio importante para conocer y comprender la historia política dominicana contemporánea. Representó como gobierno una etapa de transición entre el derrumbe de la dictadura de Trujillo y los gobiernos que le sucedieron hasta la guerra civil de 1965 y la segunda intervención norteamericana. La República Dominicana, a partir del derrocamiento de la tiranía trujillista en 1961 ha transitado por períodos turbulentos en su historia. Las luchas políticas han adoptado todas las formas imaginables: lucha pacífica y no pacífica, armada y no armada, legal e ilegal. Los grupos políticos midieron incesantemente sus fuerzas en pugnas continuas que modificaron una y otra vez la correlación de posiciones de poder, y estas pugnas fueron interrumpidas por cortas treguas políticas. Uno de esos períodos es el que trata el presente libro sobre el Consejo de Estado, gobierno que administró la cosa pública a raíz del derrumbamiento de la tiranía trujillista a finales del 1961. A partir de ahí, la formación económica y social dominicana entró en una etapa de crisis permanente.
"Cuando me cansé de interpretar prostitutas, mujeres infieles y otro papeles que me limitaban como actriz, cuando sentí que podía hacer cosas más dignas y creativas, entonces me rebelé, y fue cuando ellos me relegaron a un tercer plano, dejándome sentada en el banquito del nunc jamás", nos comenta la actriz Jacqueline Estrella, que con un lenguaj sencillo y humano narra de manera divertida, carismática y atrevida cómo llega al humor de forma accidental.
Ella nos cuenta todas sus aventuras, metidas de pata, y en todos los líos e que se mete por querer defender una causa "la libertad de seguir su instintos" teniendo el coraje de abrirse paso y ganarse su propio espacio llegando al extremo de rebelarse ante su propia familia y hasta pagando las consecuencias de ser mujer en una profesión que es liderada por hombres.
Entonces un día algo mágico sucedió, en su búsqueda artística, Estrella se inicia en el camino de la imitación, y con esto le llega el gran personaj con el que todo humorista sueña, "la gran imitación" en este caso 1 imitación de una de las mujeres más influyentes de Repúblic Dominicana, la Dra. Margarita Cedeño de Fernández. La imitación de Margarita le da a Jacqueline Estrella un giro inesperado en su carrera, pero cuan sorpresivo fue para esta creativa humorista saber que sus intervenciones a través de la televisión y de los espectáculo habían sido seguidas por esta alta personalidad, iniciándose así un ion de respeto y admiración entre ambas.
Formas del ascenso, esta exégesis del libro de la escritora Aída Cartagena Portalatín, en cierto modo era un libro esperado. Escalera para Electra es de por sí una transgresión, porque sus planos escriturales subvierten la relación espacio-tiempo, la ubicación geográfica se trastoca, Grecia es un pretexto para hablar de las condiciones de existencia de la República Dominicana, y los personajes trasiegan en un costado de la historia que es, al mismo tiempo único y plural. De la Grecia milenaria al poblado de Moca de l967, en la República Dominicana; Electra puede reconstruir una biografía que es una ilusión desproporcionada, pero que funde un paralelo insólito entre las dos culturas. Es esta magia la que hace perder a los lectores, y desde que salió al público, Escalera para Electra, son muchos los que no han encontrado un universo de sentidos coherente para valorarla. Quizás es esto lo que empujó a Rey Andújar a escribir esta propuesta de lectura. Formas del ascenso es. en realidad eso: Una propuesta de lectura de Escalera para Electra, la emblemática novela de la escritora dominicana. Y después de este ensayo los lectores podrán descubrir, o redescubrir, los nexos sorprendentes y las subversivas asociaciones de la escritura de una autora mil veces discutida.
Con un título que pone en evidencia la carga poética de su narrativa, Luis TOirac pone en manos del público lector su segunda colección de relatos, Las ramas del viento, cuatro palabras que de inmediato nos remite a otros autores y otros libros, desde el Juan Carlos Onetti de Dejemos hablar al viento, pasando por el Manuel Rueda de Las edades del viento, hasta el exitoso Carlos Ruiz Zafón de La sombra del viento. Esta obra de Toirac -un narrador que conoce la preceptiva literaria sin dejarse deslumbrar por ella- reúne un conjunto de textos que prueban una vez más su aptitud para contar historias mediante una prosa depurada y de gran plasticidad escritural; se trata de un cuentista que puede resultar desconcertante para los seguidores del canon.
En esta novela se dibuja la tétrica vivencia de la tiranía trujillísta que por tantos años y varias generaciones marchito los sueños y aspiraciones de gran parte de la juventud dominicana, parecía en esa época que ser joven era un delito.