Este pequeño volumen cumple su objetivo: Abraza el orden de su propio universo y mientras lo leemos, nos invita a ser parte de el. Pese a que abarca diferentes tiempos y recoge diferentes moods del autor; tiene en sus poemas recurrentes similitudes: la soledad, la triste noche con su plateada luna, el sencillo mar y un miedo sutil a claudicar. En el mundo de estos poemas es un sacrilegio sacrificar la libertad por el caótico atrevimiento de la pasión. En este mundo se reconoce la genialidad de saberse compartir. Hay en esta obra, pequeños poemas que antes de leerlos te sonríen, e inevitablemente le sonríes.
En su vocación de escritor Manuel Durán piensa los signos de una época en la crisis y en un camino que asume desde el vivir y el estar-en-el mundo. Lo que habla en su mundo vivido y sentido es su propia forma de afirmarse como sujeto de vida, cardinal de pensamiento y narración. Con el compromiso existencial fortalecido por una intencionalidad que surge de un pensar, a veces metafísico, sustancial y moral el escritor narra sus circunstancias evocando valores, pensamientos y estancias imaginarias.
"Todo este murmullo de pensamientos inquietos y excitantes, se convierten en un tropel de caballos desbocados que corren sólo en una dirección. Es una lucha continua, implacable, que día a día no cesa ni siquiera un ápice. Es como si el fantasma del destino estuviera ahí, siempre al acecho, forzándonos a seguir con su encuentro inminente".
La voz del autor marca su propia aforística filosófica y narrativa en este libro. No se trata de una deriva del objeto solamente, sino de una expresión situada en el suelo de una memoria de tres mil años de consciencia especulativa en el sentido teórico de la palabra. En el Timeo, en el Crátilo y en el Fedro de Platón encontramos esa huella, el registro y una travesía que ha sido tomada en cuenta en la modernidad, así como en el cuerpo de una dialéctica pulsada por el ente ideal.
Se trata de construir y desconstruir una nueva ideología sobre el feminismo y transformar la vieja basada en los mitos y clichés del amor pasional a través del simbolismo de países orientales y personajes femeninos dominicanos casi todos de provincia, los cuales han tomado el nuevo discurso como su política.
Como un péndulo de notable persuasión narrativa, que oscila de la cuerda fantástica a la plena tensión detectivesca y la cruda verdad, estos cuentos de Olivo conforman un cosmos literario muy propio, un terreno minado de recuerdos, amores, alegorías y entrañables contextos que dejarán una marca indeleble en la mente lectora. Reconcentrados, minuciosos, perfectamente madurados hasta en los mínimos detalles, es evidente que estos textos aguardaron para tocar la luz, y es por eso que lucen esa anhelada redondez, esa armazón de sólida raigambre e intrínseca poesía de los buenos libros, donde nada parece faltar ni sobrar, salvo lo que traigan o se lleven de ellos quienes se acerquen a sus páginas. No por gusto ostenta el Premio Nacional de Cuento José Ramón López 2022, no por gusto es un hermoso honor publicarlo en la Colección Logos de Río de Oro Editores. Un hombre discreto y otras historias es un libro feliz para la literatura dominicana. No dejes de hacer tuya esa felicidad.
La dolorosa, imprescindible búsqueda del yo a la que todos estamos sometidos, tiene en esta novela un perfecto teatro. Como en una confusa caja china de la que van surgiendo fascinantes relatos derivados de la historia matriz, asistimos al periplo vital de personajes de gran complejidad, un cosmos de sucesos, hallazgos, desconciertos…, que documentan no solo la aventura del viaje hacia otras latitudes, sino hacia el interior de estos seres plurales, repletos de humanismo y de rara poesía.
La sombra de un tirano, la orfandad, el puñal del exilio, la crueldad del destino, el incesto fatal, nos llevarán en vilo por esta notable obra iniciática cuya babel de voces narrativas termina conjugándose en un único grito de mujer. Hermosamente musical y cinematográfica, siempre entre lo terrible y lo sutil, su lectura transcurre en la mente como un filme: la pantalla es la literatura; el escenario, el fuego de la imaginación, la cámara que filma es nuestro corazón.