En varios laboratorios se desarrollan diferentes experimentos, entre ellos espermatozoides con inteligencia artificial, los cuales son fecundados con el objetivo de revolucionar a los seres humanos y dotarlos, desde su gestación, de conocimientos que a un ser normal le tomaría millones de años adquirir. Pero los experimentos son solo eso, experimentos, que buscan cumplir con unas expectativas, pero también pueden fallar.
En su segundo libro de cuentos, José Espinosa Feliz nos sumerge en una colección de dieciocho relatos, de los cuales, en siete de ellos pone al descubierto los aciertos y desaciertos en el proceso de materializar los algoritmos que sirven de base para la nueva revolución de la humanidad: la inteligencia artificial. Las pretensiones del hombre por buscar la perfección ponen al mundo en peligro. Es la era de los verdaderos humanoides. Como siempre, los sentimientos humanos se dividen en buenos y malos, y un posible enfrentamiento se avecina.
En los demás cuentos están presentes las emociones que envuelven al ser humano, y las contradicciones lo colocan al filo de un destino rodeado de circunstancias. Adentrémonos en estas fascinantes historias.
La presente obra, La narrativa de Avelino Stanley, constituye una compilación de trabajos críticos que se han escrito sobre este escritor dominicano. De esa manera se conmemoran los 25 años de la publicación del primer líbro (1981) del autor. Reunir unas cincuenta voces con unos sesenta y cinco escritos críticos es una magnífica forma de conmemorar un cuarto de siglo de un narrador dedicado al oficio de escribir. De ese modo se puede ver, desde la visión de la crítica, el origen y la evolución en la obra de un escritor con una vida sumamente activa en el quehacer literario; pues en veinticinco años, Avelino Stanley ha publicado cuatro libros de cuentos, cuatro antologías en ese género, cinco novelas, y su obra ha sido objeto de,” al menos, tres premios importantes dentro y fuera de su país. No se trata, como pudiera creerse, de trabajos complacientes, pues aunque algunos lo sean, otros son rigurosamente exigentes con su obra y, una parte de ellos, constituyen verdaderos ejercicios de estudios literarios hechos desde el punto de vista de la crítica. Esa apertura, en fin, es lo que le da relevancia a la obra de un autor. Son puntos de vista de críticos dominicanos, algunos residentes fuera del país, y de autores extranjeros; una parte de estos textos pertenecen a plumas de sobrada reputación. Por eso se pone este volumen en manos de los lectores, quienes siempre tienen la última palabra.
“Machete amola’o” es una obra que, desde la experiencia cuasi biográfica del autor, nos encanta con el paisaje histórico de La República Dominicana del siglo XX. La autoctonía reflejada en esta obra, desde un incipiente poblado, de nombre “Navarrete” hasta las aceras “postmodernas” de Los Estados Unidos, pone de manifiesto una vorágine de elementos dignos de ser consumidos desde la voraz lectura acompañada de los ojos de la imaginación recreativa y contemplativa.
Sin dudas, no debe haber un dominicano que, al enfrascarse en la tarea de leer estas páginas salpicadas de una tinta cónsona, desde la pluma de su autor, el Ing. Ramón Núñez Almonte que, con sobrado conocimiento de causa, nos enrostra la realidad de una patria convulsa, particular y heroica. No solo desde la sociedad dominicana macro, sino con impresionantes y vivaces peripecias personales desde su micro mundo.
Desde lejos te construyo poco a poco,
la tela suave de tu esencia me acaricia,
su algodón tierno cubre, venda , consuela
mi honda herida
por dejarte, por no tenerte, por ausentarme,
te siento y veo todos los días ¡tierrita mía!
todavía, hace poco, tan cercana,
como la inmensa madre que he tenido...
apartada, inaccessible, lejana
¡Llenitos mis días de la sed de tu presencia!
Tal y como nos lo cuentan estos versos así nos sentimos los que vivimos distantes de nuestro lugar de origen, a cada paso nos sorprenden huellas de lo que somos, del país de dónde venimos, de nuestra geografía, de las condiciones de vida social donde crecimos, pero además de nuestra historia individual, de las marcas imborrables que dejaron en nosotros la educación en el seno de la familia, impresas muy hondamente en nuestro ser, los valores que nos formaron, los principios que siguen siendo nuestro norte, que se estamparon con fuerza y empeño en nuestro yo íntimo.
Éste es Ramón Saba, quien se autodefine como “un ermitaño que ama la soledad; pero compartida con buena literatura y buena televisión”. Y es que nuestro bardo se nutre de la literatura exquisita y depurada; y como caballero andante cabalga sobre su corcel, mientras pulsa su lira para armonizar con mágicos acordes clásicos o modernistas la prosa de su canto y la melodía de sus versos. Mi maestro es un prestidigitador de palabras y un dignificador de lo ruin; quien con inusitada destreza pinta de vívidos colores cada fonema del lenguaje, construyendo imágenes que seducen el alma y
conmueven la razón.
Con el deseo de colaborar, aunque sea mínimamente a una mejor y más justa convivencia en nuestro país, he escrito algunos artículos publicados en el periódico El Nacional, entre 2022 y 2024. Ahora, me permito presentar a su consideración amable lector, la recopilación de los temas tratados, a fin de dejar constancia de estos.
Este propósito lo motiva mi interés por recordarles a las autoridades nacionales que, de alguna manera estén vinculadas a las instituciones responsables de cumplir los mandatos que les ordenan la Constitución y las leyes, su obligación de velar porque se cumplan fielmente todos y cada uno de esos preceptos.
Muchos pensarán que se trata de una labor quijotesca. Sin embargo, pienso que peor sería resignarnos; por aquello de que: “tanto da la gota de agua en la piedra, hasta que le hace un hoyo”. Las jornadas por la prevalencia de la responsabilidad, la honestidad, el decoro y otros valores dignificantes, nunca han sido fáciles ni se logran en breve tiempo.
Siendo así, pienso que la tenacidad, perseverancia y consistencia en los propósitos, rinden sus frutos.
Continuamos pues, reclamando el cumplimiento del deber, y, presentando estas propuestas con ideas que entendemos pueden coadyuvar a resolver y/o mejorar las falencias denunciadas.