Érase una vez… No, no, no…Fue una tarde de un sábado cualquiera… No; eso tampoco. Al final, lo que quiero decir, es que si tomáramos cualquier día para hablar de las aventuras de los chicos del barrio de Camino Chiquito; sin temor a equivocarnos elegiríamos cualquiera y no necesariamente este sábado. Resulta que a los ojos del pueblo el único requisito necesario para que los chicos hicieran temblar la tierra era que se reunieran…Y ya que sería lo mismo iniciar por cualquier día, iniciaremos por el sábado de las guayabas:
Como de costumbre, los chicos del barrio buscaban la manera de reunirse antes de salir a cualquiera de sus intrépidas tardes de aventuras. Aquel día se congregaron en el cuarto de los regueros de la casa de Abelardo, a planear el acceso al patio de uno de los vecinos con la idea de «Marotear algunas guayabitas». Según los planes, el proceso fue etiquetado en la categoría de «la ida por la vuelta»… Pero quedó claro que las cosas no salieron tal lo esperado y la cadena de eventos que ocurrió debido a aquella decisión cambió el futuro del pueblo de Caracuya; pasando por algunas situaciones apremiantes, hasta aterrizar en la ayuda más improbable que cualquiera de los compueblanos pudo haber imaginado. No obstante la naturaleza de los hechos ocurridos en el espacio de tiempo de una breve tarde, se puede deducir que el desenlace de los acontecimientos continuó por largo rato…
La familia Poveda echó sus raíces al lado de la iglesia católica y le tocó ejercer su cristiandad en una de las épocas más oscura de la fe. A finales del siglo XVI y principio del XVII, la Santa Madre iglesia, necesitó
de su feligresía la disposición total de sus mejores líderes para que salieran por las colonias establecidas y por establecer a difundir la palabra de Dios y entre las escogidas, para encabezar la delegación, estuvieron María de los Remedios Poveda y su sobrina Gertrudis Poveda junto a su congregación. Estos misioneros no vendrían a la Isla como parte de un servicio a las
damas y cortesanas de los conquistadores, pues ya en
ese tiempo la colonia estaba interesada en una expansión más allá de la ciudadela establecida al lado izquierdo del estuario del Río Ozama.
Desde hace dos décadas, Dios puso en el corazón de Katia Gil escribir este libro, y desde hace 19 años, ella puede contar un antes y un después en su historia. Han llegado a su vida situaciones emocionales, crisis espirituales, problemas financieros y quebrantos de salud, pero si de algo ella está segura es de que: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Filipenses 4:13.
Este libro presenta relatos honestos y experiencias con Dios, en los que se habla de:
—Las consecuencias de no atender la voz de Dios.
—Las ventajas de reconocer el pecado que vive en nosotros.
—Cuando la soberbia y la ira restan calidad a nuestros días.
—La lucha por conocer a un Dios vivo y real.
—La travesía por el desierto y el mundo espiritual adverso.
—Cuando un narcisista irrumpe en tus sueños.
—La gratitud al aceptar la perfecta voluntad de Dios.
No pretende con estas líneas dar recetas mágicas de autoayuda y superación personal, sino decir que Dios vino a dar libertad a los cautivos, que hay victoria en Jesús, que el cielo es tan real como el infierno y que la gracia y la misericordia de Dios es lo que más necesitamos para vivir.
Este no es solo un fibro sobre una finca. Es la historia de una mujer que desafió lo imposible, que cambió los tacones por botas sin perder su
esencia y que convirtió cada obstáculo en una oportunidad Contra todo pronóstico, Cheryl Victoria se enfrentó a un mundo que parecía no estor diseñado para ella. Pero en lugar de rendirse, tomó las riendas, aprendió el lenguaje del campo y demostró que la perseverancia, la estrategia y el corazón pueden más que cualquier barrera.
Si crees que los sueños tienen límites, este libro te demostrará lo contrario. Aquí descubrirás cómo construir un legado, reinventarte en el camino y abrir puertas donde otros solo ven muros.
La leve gracia de los desnudos llegó a mí sin pedir permiso, como un fresco tridimensional de sensaciones, una paleta de historias magistralmente entrelazadas. Regreso a ese nicho de luces y sombras una y otra vez, escudriño en sus imágenes casi cinematográficas cuánto de brutal y sutil esconde. Esta obra convirtió a Alberto Garrido en un escritor imprescindible para nuestras letras. Ana lvis Cáceres No es solo precisión sórdida de las palabras, su engranaje visceral, su trote germánico por la página, lo que confiere intensidad y tensión, sino el trazo finísimo de los personajes. Las imágenes son el más grande logro de esta obra. El derroche de luz y de sombra. El erotismo úrico, de linaje.
El Abrazo de la Eternidad: Danza con la Singularidad es mucho más que una novela. Es una puerta abierta hacia los misterios más profundos del cosmos y del alma, una travesía épica que desafía las fronteras de lo conocido.
Rael y Liana, dos jóvenes marcados por una curiosidad insaciable, emprenden un viaje que transformará no solo sus vidas, sino la percepción misma de la existencia. Rael, con su inquietud por el sentido último de la vida y el propósito de todo lo que nos rodea, busca respuestas en los rincones más oscuros de su mente y del universo. Liana, fascinada por la estructura misma del cosmos, encuentra en las estrellas las claves para descifrar la delicada interconexión entre ciencia, espiritualidad y destino.
La otra Penélope, de Andrés L. Mateo, es una novela emblemática de la literatura dominicana e hispanoamericana. Además de unos eventos concretos la persecución por razones políticas a los jóvenes ya terminada de la Guerra de Abril, y las tormentosas relaciones amorosas de los personajesla narración realiza un recorrido por la condición humana: el ser, el tiempo, el sentido de la existencia... Recientemente llevada a la pantalla grande bajo la producción de Bladimir Abud, La otra Penélope se ha perpetuado como un texto esencial entre las grandes novelas dominicanas; leerla nos produce el verdadero placer del texto.
No pocas veces los filósofos y los poetas se embarcan en las mismas aventuras del pensamiento y de la intuición. Así, mientras en la dimensión de Homero y de la Ilíada, la flecha de Paris lanzada desde las murallas de Troya recorre una línea de palabras y llega siempre a la pierna de Aquiles, la flecha de Zenón, lanzada en Elea hace 2600 años, atraviesa una línea numérica eternamente divisible por dos y todavía hoy no logra llegar a su imposible destino.
La revolución tecnológica, producto de una insurrección intelectual previa, y derivada en una digitalización vertiginosa y díscola carga sobre sus hombros los fenómenos inherentes a la posmodernidad. El auge del medio digital ha generado el ruido, la grave tormenta de la información degradada en desinformación, de la noticia convertida en falsedad o posverdad, de los poderes democráticos transformados en seudo poderes de la posdemocracia y de las batallas identitarias reducidas a la lucha por el reconocimiento de grupos minoritarios atrapados en la desnaturalización de la sexualidad, el egocentrismo y el género. El conocimiento ha sido vapuleado por la información, cada vez más excesiva e inútil, y el dato se cree sabiduría en sí misma. El selfi ha degradado al retrato y el fitness y la industria del espíritu son rasgos identitarios de las nuevas tribus que, conjugando lo arcaico con lo actual, han dado lugar a la nueva cotidianidad y a los mitos, temores, pesadillas e ilusiones de una ensoñación posmoderna. El porno y la mera sociedad del espectáculo engullen la existencia a una velocidad y superficialidad asombrosas. El fundamentalismo e integrismo identitarios enhiestan el singularismo como una virtud a riesgo de echar a perder el valor de la diversidad, cuando no la singularidad, a riesgo de perder la esencia de lo humano. La pérdida, cuando no sustancial deterioro de los vínculos humanos ha convertido al sapiens en digitalis, diluyéndose con ello el esplendor de los valores humanísticos universales. Sufrimos, con angustia, la decadencia del ser en favor de la efímera y vacía sombra del parecer o el tener. De esos y otros síntomas y temores de los tiempos actuales tratan estos textos que han saltado, para una comprensión más coherente, de las páginas del periódico a la densidad del libro.