La leve gracia de los desnudos llegó a mí sin pedir permiso, como un fresco tridimensional de sensaciones, una paleta de historias magistralmente entrelazadas. Regreso a ese nicho de luces y sombras una y otra vez, escudriño en sus imágenes casi cinematográficas cuánto de brutal y sutil esconde. Esta obra convirtió a Alberto Garrido en un escritor imprescindible para nuestras letras. Ana lvis Cáceres No es solo precisión sórdida de las palabras, su engranaje visceral, su trote germánico por la página, lo que confiere intensidad y tensión, sino el trazo finísimo de los personajes. Las imágenes son el más grande logro de esta obra. El derroche de luz y de sombra. El erotismo úrico, de linaje.
El Abrazo de la Eternidad: Danza con la Singularidad es mucho más que una novela. Es una puerta abierta hacia los misterios más profundos del cosmos y del alma, una travesía épica que desafía las fronteras de lo conocido.
Rael y Liana, dos jóvenes marcados por una curiosidad insaciable, emprenden un viaje que transformará no solo sus vidas, sino la percepción misma de la existencia. Rael, con su inquietud por el sentido último de la vida y el propósito de todo lo que nos rodea, busca respuestas en los rincones más oscuros de su mente y del universo. Liana, fascinada por la estructura misma del cosmos, encuentra en las estrellas las claves para descifrar la delicada interconexión entre ciencia, espiritualidad y destino.
La otra Penélope, de Andrés L. Mateo, es una novela emblemática de la literatura dominicana e hispanoamericana. Además de unos eventos concretos la persecución por razones políticas a los jóvenes ya terminada de la Guerra de Abril, y las tormentosas relaciones amorosas de los personajesla narración realiza un recorrido por la condición humana: el ser, el tiempo, el sentido de la existencia... Recientemente llevada a la pantalla grande bajo la producción de Bladimir Abud, La otra Penélope se ha perpetuado como un texto esencial entre las grandes novelas dominicanas; leerla nos produce el verdadero placer del texto.
No pocas veces los filósofos y los poetas se embarcan en las mismas aventuras del pensamiento y de la intuición. Así, mientras en la dimensión de Homero y de la Ilíada, la flecha de Paris lanzada desde las murallas de Troya recorre una línea de palabras y llega siempre a la pierna de Aquiles, la flecha de Zenón, lanzada en Elea hace 2600 años, atraviesa una línea numérica eternamente divisible por dos y todavía hoy no logra llegar a su imposible destino.
La revolución tecnológica, producto de una insurrección intelectual previa, y derivada en una digitalización vertiginosa y díscola carga sobre sus hombros los fenómenos inherentes a la posmodernidad. El auge del medio digital ha generado el ruido, la grave tormenta de la información degradada en desinformación, de la noticia convertida en falsedad o posverdad, de los poderes democráticos transformados en seudo poderes de la posdemocracia y de las batallas identitarias reducidas a la lucha por el reconocimiento de grupos minoritarios atrapados en la desnaturalización de la sexualidad, el egocentrismo y el género. El conocimiento ha sido vapuleado por la información, cada vez más excesiva e inútil, y el dato se cree sabiduría en sí misma. El selfi ha degradado al retrato y el fitness y la industria del espíritu son rasgos identitarios de las nuevas tribus que, conjugando lo arcaico con lo actual, han dado lugar a la nueva cotidianidad y a los mitos, temores, pesadillas e ilusiones de una ensoñación posmoderna. El porno y la mera sociedad del espectáculo engullen la existencia a una velocidad y superficialidad asombrosas. El fundamentalismo e integrismo identitarios enhiestan el singularismo como una virtud a riesgo de echar a perder el valor de la diversidad, cuando no la singularidad, a riesgo de perder la esencia de lo humano. La pérdida, cuando no sustancial deterioro de los vínculos humanos ha convertido al sapiens en digitalis, diluyéndose con ello el esplendor de los valores humanísticos universales. Sufrimos, con angustia, la decadencia del ser en favor de la efímera y vacía sombra del parecer o el tener. De esos y otros síntomas y temores de los tiempos actuales tratan estos textos que han saltado, para una comprensión más coherente, de las páginas del periódico a la densidad del libro.
Mi profesor, Juan Bosch, autor, entre otras muchas cosas, de una historia monumental del Caribe, dijo alguna vez en privado que nuestro mundo mágico es como esas plantas invencibles que renacen debajo del cemento, hasta que lo cuartean y lo desbaratan, y vuelven a florecer en su mismo sitio”. Gabriel García Márquez “El Gabo creó la saga de la familia Buendía, personajes inverosímiles que viven en un mundo donde lo extraordinario es tratado como lo habitual y nos adentró en la complejidad de la vida y la historia de esta región del mundo”. VERÓNICA SENCIÓN Gestora Cultural
Hablar sobre las redes sociales y los adolescentes en un
momento en que las plataformas digitales han transformado
la manera de relacionarnos e informarnos, va más allá de una
simple conversación. Más que una necesidad, comprender
el impacto que tienen en las nuevas generaciones, es una
responsabilidad.
Este libro de nuestro querido hermano y amigo Nelson
Rodríguez no sólo aborda el tema desde una perspectiva
informativa, sino que lo hace con una mirada integral: social,
emocional e histórica. Desde el primer capítulo, el lector es
llevado por un recorrido que no sólo explica cómo funcionan
las redes sociales y su evolución, sino que también explora
el cerebro adolescente, su salud mental y el papel crucial que
desempeñan los padres y adultos en la educación digital de
los jóvenes.