Hey tú, cuentista: compra este libro. No te hago cuentos al prometerte que no habrá ninguna contradicción entre tu bolsillo y el tiempo que dediques a su lectura. Y créeme, repetirte lo anterior sería una REDUNDANCIA contradictoria al tiempo que estoy dedicando en hacerte este cuento que no quiero contarte pero que cuento, antes de que el autor, Carlos Ureña, empiece a contarte un cuento de TIEMPOS, de más CUENTOS y de CONTRADICCIONES que, al final del cuento, no lo son tanto si pagas con tu sentido común.
Ah..., te suena a cantinflada, ¿verdad? Y lo es. Eso significa que en las tres narraciones que componen este título, hay diversión y juego de palabras tras la cosmogonía apócrifa de los Tiempos, de la primera; la teología antropológica del humano como especie que no puede dejar de contarse a sí misma, de la segunda; y la filosofía tras las contradicciones que nos definen, de la tercera.
Así que ya déjate del cuento de que «tu bolsillo está descosido, quién lo coserá...», y paga en efectivo. Pues Carlos Ureña hará algo mejor: «si tu cerebro está aburrido, él lo desaburrirá».
Desde el primer cuento de esta selección, se advierte que Amarilis Cueto tiene historias que contar. Para los que no lo saben, la autora de este libro ha resultado ganadora en varias categorías en el Concurso de Arte y Literatura Bancentral (sobre todo en cuento y fotografía), y en cada oportunidad ha mostrado diversidad de temas y una vocación en ascenso que sigue su curso sin intermitencias.
Ahora reúne aquí un conjunto de textos que giran con frecuencia en torno a la familia, la gente mayor con sus prácticas y hábitos inveterados, que Amarilis rescata del olvido para dejarlos plasmados en blanco y negro. Con un lenguaje dinámico y accesible, propio de quienes no se desvían de su objetivo ni un segundo, se van sucediendo las ficciones sobre hombres y mujeres cuyas vivencias y sentimientos ella sabe recrear.
República Dominicana tiene el privilegio de haber contado con una trilogía de patriotas decididos a fundarla libre y soberana.
Preservar ese legado constituye la mejor manera de honrar su memoria. De ahí la importancia de que las nuevas generaciones no pierdan el orgullo patrio, que se basa, justamente, en esas dos premisas.
A los adultos nos toca enseñarle a esa juventud la amplitud de los conceptos libertad y soberanía. Pues, libertad significa mucho más que poder expresar lo que pensamos, y movernos hacia donde queramos. Es, también, tener la responsabilidad de actuar con apego a la moral y el decoro que demandan la sociedad.
El propósito de mi libro es dar entender de manera rápida y concisa como se triunfa en la vida; si, en esta vida que tanto amamos y que, por razones no conocidas por muchos, siempre nos desviamos hacia la infelicidad.
Algunos de mis verdaderos amigos y amigas, así como familiares,
me han expuesto la idea de que, en el futuro, edite en
forma de libros los escritos que he publicado en la prensa.
Luego de analizar el consejo de las personas de mis afectos, y
comprender que “nadie ha tenido a los dioses tan a su favor
que pueda prometerse a sí mismo el día de mañana”, en vista
de que mi porvenir está en el día a día, decidí aceptar la sugerencia
y comenzar a recoger en diferentes textos lo que ya he
desarrollado en los medios de comunicación.
Aunque la reforma constitucional de 1994 no dejó
a todos los sectores políticos plenamente satisfechos
–por ejemplo, Peña Gómez y el PRD se quejaron de
que el período de Balaguer se aumentó a dos años
en lugar de un año y medio como se había acordado
y que se estableció el balotaje con un 50% en lugar
de un 40%–, en sentido general la solución a la que
arribaron los actores políticos y que se plasmó en la
reforma constitucional fue valorada positivamente
tanto en el país como en el exterior. Esta solución
evitó una profundización de la crisis política, a la vez
que garantizó la gobernabilidad democrática e introdujo
reformas institucionales que se han validado con
el paso del tiempo.
En el mes de febrero de 1805 el entonces autoproclamado
emperador de Haití, Jean-Jacques Dessalines irrumpió a la parte
este de la isla de Santo Domingo, en ese momento administrada
por los franceses bajo la gobernación del general Ferrand, con una
expedición cuyo fin era la unificación de la isla. Cuando llegó a
Santo Domingo cercó la ciudad por tres semanas, pero no pudo
apoderarse de la misma por la resistencia de los franceses y los criollos
españoles y la llegada el 26 de marzo, de la escuadra francesa del
almirante Missiessy. Dessalines ordenó la retirada hacia Haití,
pero a su retorno fue dejando un rastro sangriento con miles de
degollados y muchos pueblos convertidos en cenizas, cometiendo
en Moca y Santiago las mayores atrocidades.
Letras Blancas lo invita a caminar por los espacios de la imaginación, sin ningún tipo de obstáculo que limita el mundo físico. A todo esto, en caso alguno se alude a la ficción, más bien se habla de la creación simultánea de una sinergia apodíctica entre las letras como estructuras, edificaciones y construcciones; y a una estética que recoge, adorna y embellece todos esos espacios por donde transita su mente cabalgando entre un montón de sílabas, versos y estrofas, los cuales alinean las coplas, los sonetos y odas, con el mayor propósito de enriquecer su lectura. Es un reto a la voluntad, es un viaje poético, es un mandato a la determinación y una elección para la satisfacción de haber hechado a andar su propia imaginación