La Dama de Vermut es un poemario en el que se intuye la necesidad y la espontaneidad de expresar un sentimiento de amor, un amor fuerte y apasionado, romántico aunque a veces casi melancólico. La autora nos hace sumergir en la realidad interior de la protagonista, entre referencias mitológicas y descripciones de paisajes, todo ello aderezado con la presencia en casi todos los poemas de un cóctel cuyos ingredientes se aportan en detalle de la propia autora.
¿Dónde nace la vida?
¿Dónde la magia que transforma los ropajes del fuego
en carne que palpita,
en sangre que se escurre,
en beso que renace,
en árbol que se yergue,
en pastizales que sueñan la pradera,
en un latir común
como savia de toda la foresta?
La permanente lucha del ser humano por domeñar a la naturaleza, tanto sus dones como sus catástrofes, pero, especialmente, la batalla contra sus propios miedos, apetitos y obsesiones, se revelan en este libro de manera inquietante y especial. La superstición, la engañosa cotidianidad, la locura, los desbarrancaderos del amor (filial y sexual), e incluso la denuncia social y política, son los tópicos clave que sirven de telón a estos textos, donde lo fantástico y lo real se tornan por igual disfrutable materia narrativa. Extrañas leyendas, misticismos, quiméricas elucubraciones cobran cuerpo en historias que saben diluirse lo mismo en el horror que en la aparente nada, aunque luego su turbador vacío martille, sin cesar, la conciencia.
“El Elegido” es una novela corta que tiene el propósito de resaltar en primer lugar las virtudes que de manera natural posee la República” Dominicana y que la convierte en un punto de atracción en toda el área del Caribe y también de otras partes del mundo.
Resalta también la presente iniciativa literaria, el espíritu de bien' de nuestros ciudadanos comunes y corrientes pero más aún de su liderazgo político los cuales en el devenir del tiempo han sabido poner siempre el interés de la patria por encima de los intereses propios Y Partidarios.
Cuando el trabajo en equipo, la sensibilidad social y la identificación con los valores culturales obran en conjunto, el esfuerzo que hace comunión con la causa no tarda en convertirse en frutos de alto significado y esperanzadora motivación a favor de la colectividad. Existen personas morales y físicas, que por el rol que desempeñan en el entorno social donde han nacido se convierten en entes de definidas promesas, capaces de producir bonanzas válidas en el espacio y el tiempo.