El Diccionario de dominicanismos de Orlando Inoa (Letra Gráfica, 2010) es la más completa compilación de los vocablos que los dominicanos usan cotidianamente para comunicarse. Por su contenido este diccionario viene a ser como un 'estado de la cuestión' de los dominicanismos de hoy día en la República Dominicana, además de rescatar muchos que ya están en desuso. Sumado a los aportes que hace este diccionario, se compendian las palabras que han sido recopiladas por sus antecesores. Su visión no solo se circunscribe al área dominicana, sino que rastrea en el Caribe hispano la presencia de estos vocablos, confirmando si mantienen su misma acepción o han adquirido otras nuevas. Es importante el respaldo bibliográfico que acompaña esta obra, así como la dilucidación de muchos términos tanto en su aspecto filológico como en su concepción antropológica y cultural. Este diccionario es imprescindible para saber cómo habla el dominicano. Es una obra que no debe faltar en la bibliografía de los que escriben sobre la República Dominicana.
Este no es un libro de análisis. Es una obra de amor, y si de algo me culpo es de no haber acertado a escribirlo con toda la pasión de que es susceptible la naturaleza humana.
Desde las primeras líneas de esta novela ambientada en Santo Domingo en el lapso de la revolución de abril de 1965, Juan Carlos Mieses nos arrastra hacia el mundo de ayer que sobrevive en la memoria y en el corazón del narrador: un hombre, que al final de un largo exilio, regresa a su ciudad natal "como un triste viajero del tiempo, sin sospechar que sólo en el recuerdo las cosas no cambiaban, que únicamente en la añoranza era inmutable la continuidad del pasado." En esta estremecedora y sorprendente narración —en la cual la ternura convive con la impiedad— ese hombre que había "venido a recuperar su memoria y había tropezado con una ilusión, con un juego de luces y de sombras", recrea con la inevitable y entusiasta complicidad del lector los momentos más dramáticos de su vida; aquellos que definieron para siempre su destino.
Abril apareció de pronto en cada una de nuestras manos, invitándono a tomar el fragmento de luz que el día nos entregaba. No renegamos del pacto de amor firmado con la sangre, porque en el corazón del llanto se batían los sueños que habíamos cobijado a través de laberintos de una historia repetida. Te tomaré las manos y las asiré a mi pecho, descubriré zonas que fui creando al salir de tu vientre para proteger las huellas de amor que me entregaste. Las demás madres que construyen este ejército de amor contigo, edifican también nuevos caminos. La muerte cruza veloz por estos pinares que nos conducen a estaciones confundidas entre sí. Preñadas de nuevas criaturas que nacen desde el agua enarbolando banderas que prolongan la identidad del sueño. Porque soñar en una guerra es despertar; porque soñar en una guerra es un sueño difícil más cerca de la muerte que el insomnio.
Estamos ante un libro alucinante en el que la sociedad se refleja como si estuviera ante un espejo hecho de nocturnidades y del que podemos extraer, en su brevedad, lecciones importantes. Manuel Rueda
Esta quinta novela de Edwin Disla es una de las obras mejor estructurada e intensa de la literatura dominicana. Desnuda totalmente a la sociedad contemporánea quisqueyana, donde existen unos señores de doble moral que campean por sus respetos.
Quienes son estos señores que a veces aparecen en la prensa como delicados y pulcros empresarios que por estar por encima de la ley y de las buenas costumbres merecen ser llamados dioses de cuellos blancos? A este descubrimiento fascinante es al que el autor invita a los lectores, quienes encontraran también en personajes sinuosos como Caifas, La Calavera, el Baca, Latica y la Gata, a los peones del sucio ajedrez del bajo mundo de las drogas y el sexo. Ajedrez, en el que ademas juega el contacto, alto oficial siempre en la sombra, y funcionarios civiles y militares entremezclado con Abraham y Carlos, entre otras figuras de la burguesía dedicadas al lavado de activos.
La presentación del ensayo Héroes y Proceres Dominicanos y Americanos, de la autoría del doctor Euclides Gutiérrez Félix, tiene una alta significación para quien suscribe estas líneas, pues como educadora estoy completamente convencida de la importancia de la educación en la construcción de una sociedad justa, democrática y solidaria, como la que soñaron y por la que lucharon en sus diferentes momentos históricos y en sus patrias respectivas cada uno de los héroes y proceres cuyos perfiles biográficos nos entrega el autor. Este es un momento en el que todos estamos obligados a reconocer que solo aquellas sociedades, aquellas regiones que asuman como prioridad el impulso al conocimiento, la inteligencia, la imaginación creadora en un contexto más humano, estarán preparadas para hacer frente a las exigencias de una nueva etapa histórica. En ese sentido no puede ser más propicia la ocasión, para colocar en el sitial que le corresponde, este aporte a la educación dominicana del doctor Euclides Gutiérrez Félix.