Desde las primeras líneas de esta novela ambientada en Santo Domingo en el lapso de la revolución de abril de 1965, Juan Carlos Mieses nos arrastra hacia el mundo de ayer que sobrevive en la memoria y en el corazón del narrador: un hombre, que al final de un largo exilio, regresa a su ciudad natal "como un triste viajero del tiempo, sin sospechar que sólo en el recuerdo las cosas no cambiaban, que únicamente en la añoranza era inmutable la continuidad del pasado." En esta estremecedora y sorprendente narración —en la cual la ternura convive con la impiedad— ese hombre que había "venido a recuperar su memoria y había tropezado con una ilusión, con un juego de luces y de sombras", recrea con la inevitable y entusiasta complicidad del lector los momentos más dramáticos de su vida; aquellos que definieron para siempre su destino.
En esta desgarradora historia, Hermógenes Solís Rosado, haciendo uso de su agradable arte narrativo dibuja de manera precisa las múltiples peripecias que el Cojo Memé se vio obligado a sortear para sobrevivir cada día bajo la ilusión de que mañana será mejor con la esperanza de que tendrá mejor suerte.
De ahí que, Solís Rosado, presenta a su personaje de un modo real, desgarrador y patético, a fin de que muchos se miren en este espejo.
Con un título que pone en evidencia la carga poética de su narrativa, Luis TOirac pone en manos del público lector su segunda colección de relatos, Las ramas del viento, cuatro palabras que de inmediato nos remite a otros autores y otros libros, desde el Juan Carlos Onetti de Dejemos hablar al viento, pasando por el Manuel Rueda de Las edades del viento, hasta el exitoso Carlos Ruiz Zafón de La sombra del viento. Esta obra de Toirac -un narrador que conoce la preceptiva literaria sin dejarse deslumbrar por ella- reúne un conjunto de textos que prueban una vez más su aptitud para contar historias mediante una prosa depurada y de gran plasticidad escritural; se trata de un cuentista que puede resultar desconcertante para los seguidores del canon.
Ese impacto histórico de las reformas educativas es el resultado de sus demabdas de: inclusión en el ámbito escolar de toda la población; el cumplimiento de los compromisos de los gobiernos y la sociedad con la educación de los pueblos; la ampliación de los sistemas educacionales en lo estructural, lo logístico y lo Pedagógico y de la elevación de los pueblos; la ampliación de los sistemas educacionales en lo estructural, lo logístico y lo pedagógico y de la evaluación de la calidad de vida, sobre todo de los individuos y comunidades económicamente desfavorecidos.
El problema central que se plantea en este estudio es el estatus teórico de los diferentes intentos de teorización de la literatura en América Hispánica. En esta obra se muestra el desfase que existe entre las teorías y las obras literarias, y en particular, la literatura hispanoamericana. Tal conclusión resulta del examen de los métodos y del objeto de conocimiento que esas teorías se asignan.
“Sentada en la esquina de una acera, Carmma, despemada y sucia, los vela alejarse rumbo a un lugar ya olvidado por ella porque se había borrado para siempre de su mente. Los miraba y era como si no los viera, no preguntaba nada. Marchaban hombres, mujeres y niños ansiosos, desechándola, ignorándola, mirándose unos a otros con una sonrisa apagada, tratando inútilmente de ocultar sus temores con una alegría que no era firme, no era sincera, no sabía las respuestas a las interrogantes que surgían de repente: ¿Y los que vendrán? ¿Quiénes vendrán y cómo?”