Aquí en la playa narra las aventuras amorosas de un joven hotelero, Johan, que tenía todo lo que un hombre podía querer, solo le faltaba encontrar una compañera de vida para poder ser tan feliz como lo eran sus padres.
Sin embargo, intento tras intento, veía como la felicidad se diluía entre sus manos. Sus decisiones eran la causa. Su desenfreno sexual y su orgullo tampoco ayudaban. Definitivamente el amor incondicional no es suficiente.
La playa era su refugio, consuelo y cómplice.
¿Acaso un golpe de suerte en el amor cambiará su perspectiva? ¿O cerrará las puertas a la felicidad para siempre, ante la dura prueba que la vida le traerá?
En Aprendamos a Envejecer, “Abueliando”, trazamos pautas, para que los abuelos tomen control de esta etapa de la vida con dignidad y de manera distinta y dinámica. Ellos son el mayor tesoro de la familia, los fundadores de un legado de amor, los mejores contadores de historias, y los guardianes de las tradiciones que perduran en el recuerdo.
Lo que los niños más necesitan hoy son lecciones de vida, paciencia, bondad, humor, y confianza, que los abuelos proporcionan conjuntamente con su compañía y su amor incondicional. Es así como enriqueciendo la relación abuelo-nieto, contribuimos al fortalecimiento de toda la familia.
“Todos necesitamos un abuelo para crecer más seguros en el mundo”
Apostar al cambio social: Reflexiones y aprendizajes no se trata de una autobiografía, aunque tiene datos biográficos. Es un material que recoge la experiencia personal en el movimiento de izquierda, en los movimientos juveniles y estudiantiles, en las organizaciones sin fines de lucro y en el Estado. Va más allá de relatar vivencias y se enfoca en extraer aprendizajes útiles para afrontar las problemáticas sociales y políticas que hoy vive la República Dominicana.
Aporte de tres gobiernos al sistema de salud dominicano abarca el gobierno de Don Antonio Gúzman Fernandez (1978-1982)
Dr. Salvador Jorge Blanco (1982-1986)
Ing. Hipólito Mejía (2000-2004)
En este nuevo escenario, diversas condiciones se articularon para que Imbert se agenciara un ilimitado poder, tales como la debilidad de las fuerzas dominantes, el vacío de poder existente, su recia personalidad que se sumaba a la condición de héroe nacional, su innegable vocación, el haber asumido en los albores del conflicto bélico la representación de los militares de San Isidro, la urgencia que tenían los norteamericanos de instalar un gobierno títere que sirviera de contrapeso al gobierno de Caamaño y, por último, sus tradicionales y conocidos vínculos con la Embajada de los Estados Unidos y sus agregados militares.
Todo lo anterior le confería a Imbert un talante por encima de sus congéneres, capaz de infundir pavor tanto a los líderes políticos como a los militares. Las no disimuladas ambiciones políticas de Imbert se cristalizaron tras el estallido de la Revolución de Abril de 1965, cuando el emisario del presidente Lyndon B. Johnson, John Bartlow Martin, lo catapultó al poder, con la aquiescencia de los poderes fácticos que dominaban la sociedad dominicana en esta etapa.
«Una antología refleja, en todo caso, el gusto canónico, las preferencias o filiaciones electivas del o los autores de la obra. Así las cosas, hay en toda antología raciocinio y cerrazón, aciertos y desaciertos, armonías y diferencias. Desde nuestra perspectiva, lo mejor es admitir esta condición de entrada, que en modo alguno significa debilidad o vicio del conjunto de criterios con que se acometió la empresa, sino que, muy por el contrario, establece de antemano la imperfecta e intrínseca naturaleza humana de la labor crítica e investigativa y, por supuesto, de la valoración que sustenta la jerarquía de autores o el canon poético. Esta premisa no nos brinda, en modo alguno, un salvoconducto, pero, traza una pauta necesaria para comprender el hecho de que en estas páginas no podían figurar todos los poetas dominicanos, muertos y vivos, que una compilación más laxa o una visión panorámica menos exiente estarían en condiciones de ofrecer.»
Desde tiempo inmemorial, la poesía ha sido el eco de la conciencia humana, el reflejo de los sueños, angustias y epifanías de quienes han osado desafiar la linealidad del tiempo con el sortilegio del verbo y los límites de la expresión. La Antología poética contenida en estas páginas, y que presentamos al público lector, se inscribe en esa noble estirpe de la literatura que profundamente conmueve pero que busca además emplearse en el ejercicio estilizado del pensamiento… por disolver las fronteras entre lo inteligible, lo perceptible, lo sensible y lo inefable.