La búsqueda es una novela de ciencia ficción desarrollada por un huérfano llamado Cooper. Ladrón por supervivencia y no por elección. Roba en los sectores de la clase obrera del planeta Clorton el mas importante de la galaxia, hasta que un día robo a la persona equivocada.
Esto desenlaza una serie de eventos que lo embarcan en la aventura mas importante de su vida, donde descubre la verdad oculta y olvidada de su identidad y su familia perdida.
Esta obra surgió a través de un diálogo imaginario entre la idea de Dios y el Hombre, la cual correspondió a la vivencia entre dos siglos (20 y 21). Es una construcción intelectual, donde pongo a prueba mi concepción, también a mi antagonista. El desarrollo lo avalo a lo que es o puede ser la verdad. Me desafió y desafío al creyente, donde le demuestro al creyente que no cree en Dios y al que no cree que cree en Dios. Mi papel, después del proceso... “El ser humano es Dios y Dios no puede estar subordinado a Dios. En ésta y otras explico la formación del universo, el cual fue el problema filosófico que ningún ser humano durante toda la historia no había resuelto. Era mucha la ignorancia, que la gente tenía por sabiduría. El universo está ahí, la confusión no estuvo en el estar, sino en los que no entendieron el estar ahí del universo. La historia fue dividida en un antes y un después, con esta obra divido el entendimiento del universo en un antes y un después de existir el universo. Para entender este antes y después hay que establecer un punto de partida, el cual está entendiendo los conceptos Ayer y Hoy. “Ayer es lo anterior, hoy lo posterior, de ayer a hoy surgió un proceso que no estaba. Si ayer, aunque ese ayer tenga millones de años, el universo no estaba y hoy está, la pregunta clave es: ¿Cómo se inició el universo? La respuesta de esa pregunta es el tema central de esta obra. Si de la no existencia no surge ninguna existencia, entonces... ¿Nosotros, el mundo y todo lo que existe en lo conocido y en lo desconocido, no existimos, no tenemos ninguna existencia, no somos nada? Como existimos... ¿Cuál es su respuesta?
Se puede considerar ya como un clásico de la literatura dominicana contemporánea, y su autor, Andrés L. Mateo, uno de los escritores más brillantes del casa vez más pujante mundo de las letras caribeña. Está ambientada en los últimos días de la dictadura de Trujillo, una época angustiosa para la República Dominicana que impregna a los protagonistas de la novela de aquella fatalidad.
La Autonomía Presupuestaria de los Ayuntamientos, es una obra completa, didáctica y en la que su autor muestra acuciosidad, talento investigativo que buena falta hacen tanto en el área académica como en el quehacer de las administraciones locales. No creo que sea casualidad que el autor se haya descantado por el estudio de esta área, pues no es solo un preocupado constante por el tema municipal y el desarrollo social sino que representa la casta de jovenes servidores públicos dentro de los ayuntamientos. Por ello, con conocimiento de causa, sabe que la parte financiera y presupuestaria constituye la espina dorsal de cualquier órgano o entidad descentralizada del Estado. El camino de las obras y el servicio público puede estar llenos de buenas intenciones, pero sin un presupuesto robusto que lo sostenga es poco o nada lo que se puede hacer, y claro esta, administrado eficaz y transparentemente.
En esta obra que hoy ve la luz pública, el Lic. Franco Peña, nos lleva desde lo más elemental hasta lo más completo de la gestión presupuestaría de los ayuntamientos. Con notable rigor cientifíco, nos pasea por tres capítulos desarrollados en un lenguaje técnico pero no tan complejo para que pueda ser comprendido no solo por profesionales del área jurídica sino también por cualquier persona interesada en la materia municipal.
En el 2013, los familiares de Francisca, una señora de 68 años que presentó signos de un Accidente Cerebro Vascular (ACV), vivieron una experiencia amarga que me narraron con dolor y lágrimas sentados en uno de los muros externos del área de emergencia del hospital Francisco Moscoso Puello.
La paciente fue trasladada desde el hospital de Yamasá, una comunidad de la provincia Monte Plata, hasta el hospital Salvador B. Gautier, en la capital, donde llegó a las 8:00 de la mañana de un sábado, Fue sentada en una silla del área de emergencia.
Luego de horas sin atención, la refieren a la emergencia del hospital Luis Eduardo Aybar, donde tampoco fue admitida y mandaron a los familiares a llevársela al hospital Padre Billini, en la Ciudad Colonial. Allí tampoco encontró la atención que VERS requería y cerca de las 2:00 de la madrugada del domingo llegan al hospital Francisco Moscoso Puello.
Sólo en este centro, carcomido por años de precariedades y la sobredemanda, fue admitida en el área de emergencia. La travesía fue definida en esa ocasión por los familiares como pasar “el Niágara en Bicicleta”, citando una canción del reconocido artista A criollo Juan Luis Guerra.
La historia de Francisca la narré en el periódico hace 10 años y hoy sigue ocurriendo. No es de extrañarnos, estamos en un sector salud empantanado en reformas y legislaciones y sigue inequitativo, disperso, segregador. Divide a la población en ricos y pobres y da pocas respuestas.
Esa es sólo una de las tantas vivencias que cuento en esta publicación, donde narro hechos tal como los recuerdo sobre historias que nadie me contó, sino que yo viví. Estas son las mías, pero estoy convencida de que cada uno de ustedes guardan en sus memorias “Historias que no se Olvidan”.
La Autora