Con El mundo literario de Juan Bosch, la Fundación que lleva su nombre continúa cumpliendo con la misión de acercar al pueblo dominicano, y a personas interesadas de otras partes del planeta, a la vida y obra de este insigne político y creador.
La entrega de Bosch a la causa de su patria y a la lucha por la democracia, la justicia social y el desarrollo ocupó un espacio central en su vida, al extremo de sacrificar por esa prioridad su quehacer literario y su labor propiamente cultural.
La presente compilación pretende ahondar en las entretelas de la obra literaria de Bosch, más que en su labor política, aunque deslindar completamente ambas facetas de su creación es prácticamente imposible. Aspectos casi desconocidos, como lo son también los más de 200 documentos que se hallan conservados, entre muchos otros, en su Archivo Personal, son presentados al lector para entender el universo en el cual este genial escritor se desenvolvió, sin descuidar otros deberes.
El resultado que se espera de una obra de este tipo es brindar el retrato de un hombre ejemplar, animado por las ansias de hacer el bien y de dejar testimonio literario de su paso por la vida.
Los cuadernos de Manuel son una serie de escritos realizados durante mas de 40 años. Desde niño me ha fascinado la idea de escribir mis pensamientos. Un buen día, unos amigos me introdujeron a las ideas de George I. Gurdjieff. Pronto entendí la relevancia del idioma en la comunicación y lo fácil que es malinterpretar y ser malinterpretado . Así que empece a estudiar todo lo que podía acerca de las palabras. A medida que mis esfuerzos daban resultados, mi entusiasmo crecía exponencialmente. Tuve la suerte de que una prima cercana es una experta en la materia y, con su ayuda, comencé a darle forma al trabajo a tal punto que culmino en un libro: El mundo de las palabras.
En un escenario desolado y árido, un grupo de personajes se enfrenta a la implacable realidad mientras luchan por encontrar respuestas en un mundo marcado por la desesperación y la incertidumbre. A través de conversaciones filosóficas y reflexiones profundas sobre la verdad y la existencia, los protagonistas se sumergen en un viaje interior que los lleva a cuestionar sus propias creencias y deseos más profundos. En medio de paisajes inhóspitos y diálogos cargados de significado, el lector es guiado a través de una exploración profunda de la condición humana y los misterios del universo.
En su conjunto, LOS CUADERNOS DE ORANYAN, revelan la odisea de negros y judíos durante los últimos dos mil años. El presente libro, el cuarto de la serle, se centra en la narrativa del propio Oranyán, un esclavo africano que nació y vivió en la España trágica que experimentó, durante parte de la edad media, no solo la enorme tragedia producto de la peste negra, sino la mayor decadencia moral experimentada por la Europa de entonces. Á causa de la gran pandemia, Europa perdió todo el sentido de humanismo que diferencia al hombre de las bestias. La experiencia vivida durante aquella era obscura y sin esperanza, resultó tan traumática, tan contraria a la solidaridad humana y al comportamiento del hombre supuestamente conquistado por el cristianismo, que Oranyán arribó al convencimiento de que EL MAL ES LA LEY.
“Soy un negro africano, médico barbero y pordiosero ocasional ante la vieja Mezquita Aljama de Sevilla. Mi nombre es Oranyán, soy más pobre que las ratas del desierto, y en mi vejez he pasado hambre y todo tipo de humillaciones. Pero no me quejo de mi desgracia. Me apena más la maldad del hombre y mi convicción de que nunca se reformará.
En un mundo donde las líneas entre la diplomacia y el espionaje son borrosas, Gabriel Rojas, un hábil lobista, se encuentra atrapado en un juego mortal que amenaza con desestabilizar el orden global. Cuando un ejecutivo revela un oscuro proyecto de inteligencia artificial capaz de controlar mercados, ejércitos y gobiernos, Gabriel se convierte en la pieza clave de un tablero donde nadie es lo que parece.
Desde los vibrantes paisajes de Santo Domingo hasta los deslumbrantes rascacielos de Shanghái, Gabriel lucha por mantenerse con vida mientras desenmascara una red de conspiraciones liderada por mentes brillantes y despiadadas. Cada paso lo acerca al Proyecto Zenith, un arma tecnológica que redefine el poder y el peligro. ¿Puede un hombre sobrevivir cuando el mundo entero se convierte en su enemigo?
Como artista puede decirse que José Alcántara posee una sensibilidad disciplinada, o sea abarcadora, apta para penetrar en cualquier arte y extraer de él las revelaciones necesarias que le permitan entenderlo y relacionarla con los demás. Estamos ante un humanista para el que nada es ajeno; ante un sociólogo que valoriza al hombre en su especificidad, pero sin someterlo a teorías preestablecidas. Pocos como él para entender el fenómeno particular y proyectarlo más allá de la razón, con lo que sus estudios críticos han podido llegar a un punto de iluminación poco frecuente en la historia del pensamiento en nuestro país. Después de Pedro Henríquez Ureña, nadie como él ha entendido el proceso de nuestra cultura y realizado una síntesis que, además de la condensación de los datos, deja abiertos los resquicios para que el espíritu se manifieste. Estamos, pues, ante un escritor que no es sólo escritor, sino que trata de apoderarse del secreto de todas las artes, sean éstas la música, la poesía, las artes plásticas, las que dependen del ritmo y de la palabra, con las que el hombre podrá representar es de nuevo su paraíso perdido. En cuanto al escritor en sí, Alcántara nos ha dado en su prosa lecciones de ética profesional que debemos tener muy en cuenta. De entrada, sabemos que él no se traiciona jamás y que si su palabra es bella es por lo que tiene de verdadera.
¡Bienvenidos a «El latido de mi mano», una escultura de
palabras o quizás tonos de colores que se convierten en la
prosa de un poema que invita a explorar las emociones y
experiencias de la vida a través de la escritura o un amasijo de
ideas visuales!
En esta obra, el título nos sumerge en un universo íntimo y
personal, donde el latido de una mano simboliza la esencia
misma de nuestras vivencias: cada palpitar, cada conexión
entre las líneas, nos muestra una realidad única y profunda.