Los hijos del desastre resuena como una catarsis moral, social y política necesaria en la historia de nuestro país. Sin embargo, el conjunto de poemas que lo compone igualmente trasciende nuestra frontera para trazar el devenir antillano.
Este no es un libro científico ni es un tratado de administración. Tampoco es un libro de crecimiento. Es un taller de herramientas para ser usadas según se ajusten a las circunstancias. Pueden servir también para evitar momentos inoportunos e incluso para tomar partido por algunas ideas y rechazar otras. La empresa, el trabajo, sus actores, las posiciones asumidas por unos y otros, me sirven de abanico para saltar de tema en tema sin el cuidado necesario de marcar los pasos a ritmo de uno, dos y tres. Aquí se juntan merengues, salsas, baladas y boleros, con tango, rock and roll, paso doble y, sobre todo, con el cambalache de la vida. El cuestionamiento y el clamor bailan el vals de la esperanza, soñando que humanismo y razón se consagren como la orquesta remedio, donde todos toquen, canten y bailen. En algunos tramos viajo a contra marcha, consciente de que mi estandarte desdice el ondear de la mayoría de las banderas.
En este libro tratamos de aclarar algunos conceptos relacionados con los medios masivos de información, así como el papel que éstos desempeñan en la sociedad, ya que se ha generalizado la frase “medios de comunicación” para designar a los medios que llevan informaciones al público y creemos que estos deben llamarse “medios de información”.
Esto lo hacemos partiendo de la premisa de que cuando nos referimos al término comunicación, no nos estamos refiriendo al proceso mediante el cual la población de un país recibe informaciones sobre los hechos acontecidos tanto en ese país, como en el resto del mundo.
Esta obra es un amplio glosario de una variante del idioma español que expresa sentimientos y hechos de manera sintética y precisa, con denominaciones resumidas y sentidos figurados que ahorran palabras y crean imágenes de manera magnífica.
[Soto Jiménez] nos aporta esta obra testimonial de su experiencia vivencial y la de muchos otros, que han abrazado con persistencia la profesión castrense, lo que permite al lector, no importa sus quehaceres y nivel cultural, conocer en términos precisos la cosmovisión militar dominicana sin ningún desperdicio ni olvido. Es como si de repente y de un tirón, una mano para nada intrusa, nos levantara un velo y nos permitiera ver los intersticios de una realidad, que quizás sin saberlo, está más cerca de nosotros los civiles, de lo que nosotros creemos y talvez queramos.