Desde Ulises hasta Steve Jobs hemos creído que los líderes son superhombres, personas que están por encima del bien y del mal. Este modelo inevitablemente da lugar a organizaciones frágiles cuyo devenir depende demasiado de su líder. Por suerte, esta vieja noción de liderazgo se está transformando en favor de una nueva idea de jefe que cree que sus empleados son tan buenos como él y que quiere desatar el potencial insospechado de su equipo.
Bob Davids ha alcanzado grandes logros absteniéndose de actuar, es decir, confiando plenamente en sus empleados en lugar de mandar y controlar. Pero liderar sin actuar no significa no hacer nada, sino crear las condiciones adecuadas, mediante prácticas de liderazgo radicalmente diferentes, para que las cosas sucedan por sí mismas.
Las ideas de este libro ya han cambiado la suerte de cientos de empresas y la vida de miles de empleados en todo tipo de organizaciones y en todos los sectores, de cualquier tamaño y en cualquier lugar del mundo. Es muy probable que pudieran hacer lo mismo por tu negocio, por tu gente y por ti.
¿Se ha preguntado alguna vez por qué el océano es azul? ¿Por qué los pájaros no se electrocutan cuando se posan sobre los cables eléctricos de alto voltaje? ¿A qué se debe que los cubitos de hielo presenten ese aspecto nebuloso? ¿O si sería posible escuchar la radio mientras se viaja en un automóvil a la velocidad del sonido? Robert L. Wolke, como ya demostró en Lo que Einstein no sabía, nos ayuda a desentrañar y comprender cientos de fenómenos con los que convivimos a diario sin apenas reparar en sus causas y sus porqués.
La teoría filosófica que ha inspirado a filántropos como Bill Gates o Elon Musk
Dejar un futuro próspero a las generaciones venideras es una obligación moral
La historia escrita de la humanidad apenas abarca cinco mil años. Podría decirse que nuestra andadura sobre la Tierra no ha hecho más que empezar: el futuro de nuestra especie podría durar millones de años o podría terminar mañana. Todo depende de lo que decidamos hoy.
En Lo que le debemos al futuro, el autor desarrolla su teoría del largoplacismo, que ha sido elogiada por pensadores de la talla de Peter Singer o Steven Pinker, y que ha inspirado a filántropos como Bill Gates o Elon Musk.
MacAskill defiende que también debemos tener en cuenta a las personas que aún no existen y demuestra que influir positivamente en el futuro de la humanidad es la mayor prioridad moral de nuestro tiempo.
El autor se ocupa en estas páginas de los riesgos que nos amenazan. No podemos predecir lo que está por llegar, pero sí anticipar que asuntos como la inteligencia artificial, la cronificación de las pandemias, la guerra nuclear, el renacimiento del totalitarismo o el cambio climático extremo serán peligros existenciales que debemos mitigar cuanto antes.
Cualquier plan de inversión es, en el mejor de los casos, una suposición sobre lo que puede ocurrir en el futuro a partir de la observación sistemática del pasado. Sin embargo, hacer predicciones es difícil, por no decir imposible. Como los hechos se empecinan en demostrar, los cambios son siempre imprevisibles.
Morgan Housel nos invita a cambiar de mentalidad y a preguntarnos: ¿qué seguirá igual dentro de diez años? ¿Y dentro de cien? Con ese propósito comparte las veintitrés verdades atemporales que ha logrado identificar gracias a las grandes lecciones que nos han legado la Historia y sus protagonistas. Desde la invención de las primeras armas nucleares hasta la creación de Amazon, desde T. E. Lawrence hasta Jack Welch, cada capítulo nos enseña uno de esos principios fundamentales que conviene tener en cuenta para separar la señal del ruido, aprovechar las oportunidades y navegar por la incertidumbre del futuro con el fin de alcanzar el éxito personal y la seguridad económica.