Frente a la realidad múltiple y compleja, estamos sujetos a la aproximación, la ilusión y el error. Estos mecanismos cerebrales nos permiten construir una visión coherente del mundo pese a lo parcial de nuestra percepción, lo limitado de nuestra atención y la escasa fiabilidad de nuestra memoria. Pero a menudo también nos hacen perder lucidez, nos encierran en nuestros prejuicios y nos alejan de los demás.
La obra magna de Piketty en versión de tira cómica
¿De dónde vienen las desigualdades y por qué persisten? Para responder a estas preguntas, el renombrado economista Thomas Piketty condujo una investigación histórica minuciosa que culminó en su monumental Capital e ideología. Ahora, la periodista económica Claire Alet y el dibujante Benjamin Adam traen la adaptación al cómic del bestseller de Piketty.
En esta versión gráfica teñida de humor, Alet y Adam han concebido una saga familiar en la que la historia mundial de las desigualdades toma la forma de una pequeña historia personal. Jules, el personaje principal, nacido a finales del siglo XIX, encarna al rentista, una figura privilegiada en una sociedad hiperdesigual donde la propiedad es sacralizada. Él, su familia y su descendencia experimentarán la evolución de la riqueza y los modelos sociales. Ocho generaciones se suceden, como un hilo conductor a lo largo de las diferentes épocas, hasta Léa, una joven contemporánea que descubrirá el secreto familiar en el origen de su herencia.
«Podemos saber más de lo que podemos decir». El polímata y erudito Michael Polanyi se sirvió de sus experiencias y descubrimientos en las ciencias naturales, enriquecidos por las aportaciones de las ciencias sociales, para desarrollar una original teoría del conocimiento que sintetiza su concepción del quehacer científico.
Publicado por primera vez en 1966, La dimensión tácita se basa en las Conferencias Terry que Polanyi pronunció cuatro años antes en la Universidad de Yale. En él sostiene que el «conocimiento tácito» (la tradición, las prácticas heredadas, los valores implícitos y los prejuicios) es una parte crucial del conocimiento científico, aunque no puede formalizarse de forma explícita ni ser expresado con palabras exactas.
En el año 2072, Sofía ha reconvertido la casa medieval de sus abuelos en la sede de GENE, un colegio para adolescentes genéticamente editados que tienen cocientes intelectuales superiores a la media. Uno de los objetivos fundamentales del centro es ayudarlos a resolver el mayor dilema ético que se plantea la sociedad de la época: ¿cuáles son las consecuencias de que seamos capaces de modificar el código de la vida, el ADN, a nuestro antojo?, ¿debemos jugar a ser Dios?
Cincuenta años antes, su abuela, Mercedes de Grijalba, una empresaria internacional fundadora de uno de los imperios farmacéuticos más importantes del siglo XXI, se convirtió en una de las protagonistas de la revolución que tuvo lugar como consecuencia de las cuestionables decisiones que tomó para ayudar a su hija enferma, Clara.
Sofía rememora los tiempos de su abuela hasta que empieza a recibir unas misteriosas cartas que abren una ventana a su verdadera historia y a los retos, algunos escalofriantes, que ha de afrontar la humanidad.
En octubre de 1991 tuvo lugar lo que los meteorólogos denominaron «la tormenta del siglo», un fenómeno imprevisto que azotó la costa este de Norteamérica fruto de una insólita combinación de factores. Con olas de más de treinta metros de altura y vientos de 180 kilómetros por hora, la tormenta sacudió el mar con una violencia extraordinaria.
En La tormenta perfecta, Junger describe las condiciones que dieron lugar a este hecho sin precedentes y reconstruye minuciosamente tres emocionantes historias, la de los seis tripulantes del pesquero Andrea Gail –que desaparecieron a cientos de kilómetros de su hogar en Gloucester, Massachusetts–, la de un velero atrapado en plena tormenta y la del rescate de los tripulantes de un helicóptero de salvamento que cayó al mar.
A partir de una extensa serie de fuentes, que van de comunicaciones por radio a relatos de testigos, Junger recrea con impresionante tensión narrativa la lucha de estos hombres por su supervivencia y traza un magnífico retrato de la gente de mar.
Realidades experimentales que parecen escapar a las leyes conocidas, investigaciones cuyos resultados sorprenden incluso a quienes las conducen, destellos de intuición física y matemática: este es el mundo que Giorgio Parisi ha examinado durante más de cincuenta años.
En un vuelo de estorninos es un viaje a la extraordinaria mente del físico desde que en 1966 ingresó al Instituto de Física de Roma, pasando por su primer acercamiento al Nobel a los veinticinco años, sus pioneros estudios sobre partículas y su interés por los sistemas complejos —ya que, para él, los simples no eran suficientemente interesantes—, culminando en sus reflexiones sobre el origen de las ideas y el papel de la ciencia en la sociedad actual.