Como biólogo darwinista, Gould libró una guerra sin cuartel contra quienes simplifican excesivamente la teoría de la evolución. A menudo insistió en que comprender cómo funciona un organismo hoy no necesariamente explica por qué evolucionó de un determinado modo. Y cuando el organismo en cuestión era el ser humano, Gould admitió de buen grado que más valía recurrir a Lamarck que a Darwin, pues los humanos transmitimos los rasgos culturales directamente a nuestra descendencia. En esta antología de críticas publicadas originalmente en The New York Review of Books, el célebre autor de Desde Darwin se ocupa de asuntos como la sociobiología y las teorías raciales de Arthur Jensen, y de autores como Jeremy Rifkin, conocido detractor del darwinismo y de la ingeniería genética, o Barbara McClintock, precursora de la genética molecular, a quien la ciencia oficial desdeñó en buena medida por el simple hecho de ser mujer.
Nos esforzamos por conseguir que los demás nos escuchen, pero, pese a toda la energía que invertimos, a menudo no lo logramos. Pero, ¿y si la clave para influir en los demás consistiera en demostrar aceptación en lugar de tratar de convencer?
Esto es la validación: reconocer, comprender y empatizar con la experiencia de otra persona aceptándola como válida. Más que una herramienta, es un objetivo en sí mismo cuyo impacto en nuestras relaciones tiene el potencial no solo de reducir conflictos y mejorar la comunicación, sino también de fortalecer nuestra autocompasión y ayudarnos a cambiar y a cambiar nuestro entorno.
En este libro pionero, la psicóloga clínica Caroline Fleck nos desvela por qué la validación es uno de los secretos mejor guardados de la psicoterapia y nos guía, paso a paso, a través de las ocho habilidades necesarias para practicarla.
El ADN es la base de la individualidad y de la singularidad humana. Siguiendo sus instrucciones se construye un cerebro particular, el tuyo, sobre el que se apoya lo que eres.
Los humanos hemos perseguido desde tiempos inmemoriales el sabio consejo «Conócete a ti mismo», inscrito en el templo de Apolo. Sin embargo, hasta ahora faltaba una pieza crucial, la exploración científica de los cimientos de nuestro edificio psicológico, es decir, nuestros genomas.La ciencia actual revela que nuestra identidad personal comienza a formarse desde el punto de partida que es nuestro ADN, y ofrece valiosas pistaspara conocernos más y mejor. A pesar de las evidencias científicas, las ciencias sociales siguen siendo reticentes a aceptar el peso que el ADN tiene en nuestro comportamiento. Sin embargo, como manual de instrucciones, este nos construye a cada uno desde la concepción. Y no solo eso, sino que nuestro desarrollo depende de este manual, compartido con nuestros congéneres, pero único para cada uno de nosotros.