David Hilbert fue un adelantado a su tiempo capaz de reconocer el valor de Emmy Noether, madre del álgebra abstracta, hacerlo valer frente a sus condescendientes compañeros universitarios y desempeñar un papel fundamental en el desarrollo de la ciencia moderna. En su persona convergen casi todos los proyectos de investigación que, de la mano de figuras como Einstein, Bohr, Heisenberg, Gödel y Turing, darían inicio a una nueva era. En este fascinante ensayo, Georg von Wallwitz rescata del olvido al matemático más prestigioso de la primera mitad del siglo xx, que abrió el camino a los grandes científicos de nuestro tiempo, y nos muestra que en el mundo de las ideas también hay vida, y rebasar los límites que nos impone la realidad objetiva puede ser una experiencia fabulosa.
Todo lo que debes saber para hacer fácil lo difícil en el mundo de las inversiones.
Hay cosas que son complicadas y a la vez extremadamente fáciles: invertir es una de ellas. Desde fuera parece un mundo excitante pero inaccesible, con su jerga y sus vaivenes incomprensibles; desde dentro, en cambio, puede resultar un juego de niños. Y ahí es donde también podemos equivocarnos.
Richard Oldfield narra su experiencia como gestor de inversiones partiendo precisamente de sus fracasos para demostrar que «aunque no es complicada, la inversión es difícil». Con un lenguaje accesible, humor y mucha carga autobiográfica, analiza los tipos de inversión, la importancia de las comisiones, la medición correcta del rendimiento o el extraño arte de elegir un buen gestor.
«He tenido la rara oportunidad de observar a distintos gestores de fondos y de ser uno de ellos, de modo que lo que pretendo transmitir aquí son los frutos de esa observación, así como las lecciones que he aprendido a través de mis propios éxitos y fracasos», confiesa Oldfield al inicio de este libro.
Con solo veintiséis años, Will Guidara asumió el mando de Eleven Madison Park, un restaurante cuyo esplendor quedaba lejos en el tiempo, convirtiéndolo a los pocos años en el mejor del mundo. ¿Cómo lo logró? Con una filosofía revolucionaria: un cambio de paradigma que situaba al cliente en el centro de su negocio y que abogaba por dar siempre más de lo que se espera de uno. Guidara y su equipo convirtieron simples servicios en experiencias extraordinarias. El ejemplo más memorable es la vez en la que sirvieron unos perritos calientes a dos clientes de sus tres estrellas Michelin que se lamentaban de llevar días en Nueva York sin haberlos probado aún.