Rainer Zitelmann examina las diez objeciones más comunes al capitalismo: el capitalismo conduce al hambre y la pobreza, al aumento de la desigualdad, al consumo innecesario, a la destrucción del medio ambiente, al cambio climático y a las guerras.
El capitalismo, dicen sus críticos, prioriza las ganancias sobre la humanidad, crea monopolios dominantes y socava la democracia. Zitelmann analiza cada uno de estos argumentos y revela las fallas críticas que los desacreditan.
Ofrece argumentos en contra de cada idea, desplegando una gran cantidad de evidencias históricas y hechos reveladores para demostrar que no es el capitalismo el que ha fracasado, sino un siglo de experimentos anticapitalistas.
La segunda parte del libro explora las percepciones populares del capitalismo en Europa, Estados Unidos, América Latina y Asia, y se basa en una encuesta de Ipsos MORI encargada a 21 países, y cuyos resultados se presentan aquí por primera vez.
La Escuela Austriaca de Madrid constituye un fenómeno de reciente implantación. Desde sus orígenes en los primeros seguidores esporádicos de autores como Hayek o Mises a mediados del siglo XX, los austriacos han ido copando cada vez más espacios de debate, tanto público como académico. Así, a los hermanos Reig Albiol, los grandes introductores del pensamiento austriaco en aquella España de finales de los años 50, les siguieron otros autores, hasta llegar a personajes más actuales como Huerta de Soto, Bagus, Alonso Neira, Rallo, etc. Pero este libro no ofrece únicamente un recorrido histórico por la formación y desarrollo de la Escuela Austriaca de Madrid, sino por sus debates actuales. En este sentido, la Escuela Austriaca de Madrid constituye un ente en plena evolución, vivo y con señales de no haber alcanzado aún su máximo esplendor. Cuestiones como la teoría monetaria, la historia del pensamiento económico o la teoría evolutiva de las instituciones son algunos ejemplos de cómo el debate en el seno de la Escuela Austriaca de Madrid se encuentra más activo hoy que nunca.
Una defensa a la cultura de la libertad desde los conocimientos científicos hasta las tradiciones, usando como base el juicio crítico, las artes, los valores, las costumbres y los modos de vida. Desde este nuevo enfoque, Carlos Rodríguez Braun realiza un análisis sobre el liberalismo que va más allá de lo meramente económico, y nos ofrece una visión 360º de cómo influye en aspectos cotidianos como la Iglesia, el periodismo, la tauromaquia y la política, la desigualdad y la literatura. A través de estas páginas, nos transmite que la esencia de la cultura de la libertad es que «la libertad no ha de ser propiciada y defendida por sus benéficos efectos económicos, aunque los tenga». La libertad es buena de por sí, es buena por sí misma, independientemente de sus consecuencias. Porque la libertad no es un medio. La libertad es un fin. «Al afirmarse como soberano en el siglo XVI, la potencia expansiva del Estado alteró la trayectoria liberal de la historia de Europa y, en consecuencia, la de sus proyecciones extraeuropeas, determinada, como explica magistralmente Carlos Rodríguez Braun, por los Diez Mandamientos.