Cada día que pasa es más complicado vender cualquier producto, mantener contentos a los clientes y obtener la más mínima ventaja: parece una tendencia imparable. Los errores son ahora más costosos que nunca y el fracaso se convierte en una posibilidad real para quienes no logren adaptarse con la suficiente rapidez.
Imagina que pudieras venderte a ti mismo de manera efectiva y contundente. Que tuvieras la gran capacidad de robar mercado a tus competidores a través de una fórmula precisa con la que aumentar tus ventas y conseguir tus objetivos.
No faltan libros sobre cómo hacerse rico. Pero esta obra, que ya ha cosechado un gran éxito en Alemania y China, es diferente. Al contrario que la mayoría de los manuales plagados de recetas subjetivas y con un fuerte componente intuitivo, éste se basa en una rigurosa investigación académica. Libertad financiera es el resultado de adaptar al público generalista el trabajo científico que Rainer Zitelmann, una de las voces más influyentes del liberalismo contemporáneo, condujo para llevar a cabo su tesis doctoral sobre la psicología de los superricos.
De aquel esfuerzo surge este atractivo ensayo que aúna dos cualidades: resultar accesible para los lectores no iniciados en el mundo de las finanzas y ofrecer valiosas lecciones a los más avezados. En estas páginas se analizan y se extraen conclusiones de casos reales de estrellas del pop, deportistas o ganadores de la lotería que en un momento de sus vidas lograron ingresar mucho dinero y acabaron perdiéndolo todo.
Nuestra mente es mucho más maleable de lo que pensamos. Aunque nos resulte sorprendente, conservamos durante toda la vida la misma capacidad de aprender que teníamos cuando éramos niños. Lo que sí perdemos con el paso del tiempo es la necesidad y la motivación para aprender, de modo que vamos construyendo sentencias sobre lo que no podemos ser: el que está convencido de que las matemáticas no son lo suyo, la que siente que no nació para la música, la que cree que no puede manejar su enfado y el que no puede superar sus miedos. Demoler estas creencias es el punto de partida para mejorar cualquier cosa, en cualquier momento de la vida.
Esta es la buena noticia: se pueden cambiar ideas y sentimientos, aun aquellos que están profundamente arraigados. La mala noticia es que para transformarlos no basta con proponérselo. Así como concluimos a la velocidad de un rayo si una persona nos parece confiable, inteligente o divertida, también los juicios sobre nosotros mismos son precipitados e imprecisos. Ese es el hábito que tenemos que aprender: el de hablar con uno mismo.
Por suerte, la mala noticia no es tan mala. Disponemos de una herramienta simple y potente: las buenas conversaciones. Mezclando neurociencia, historias de vida y mucho humor, este libro explica cómo y por qué estas buenas conversaciones mejoran la toma de decisiones, las ideas, la memoria y la vida emocional y, así, pueden cambiar tu vida.