En un mundo empresarial en constante evolución, donde la competencia es feroz, las dinámicas de mercado cambian a la velocidad de la luz y las expectativas de los consumidores nunca han sido tan altas, las organizaciones se encuentran ante el desafío de reinventarse continuamente.
La tentación de priorizar las ganancias a corto plazo puede ser grande, pero es precisamente en este punto donde radica el peligro de perder la esencia que las hace únicas: sus valores fundamentales y su autenticidad.
Este libro se sumerge en el corazón de la estrategia empresarial moderna, explorando cómo la adhesión a los valores corporativos no sólo es posible, sino crucial en el actual clima de negocios. Un escenario donde la inteligencia artificial debe actuar como un catalizador que realza los valores de las organizaciones, evitando convertirse en un factor que despersonaliza su esencia.
¿Quién crea realmente la riqueza? ¿Qué actividades la impulsan? ¿Cuáles se limitan a extraerla? ¿Cuáles la destruyen? Nuestras economías tienden a premiar la extracción de valor antes que su creación -el proceso productivo que verdaderamente impulsa una economía y una sociedad saludables-, y la diferencia entre ambos conceptos se ha desdibujado de manera notable.
A partir de ejemplos que van desde Silicon Valley hasta el sector financiero pasando por las grandes farmacéuticas, Mariana Mazzucato muestra de manera magistral cómo las nociones borrosas que tenemos del valor han permitido a ciertos actores de la economía retratarse a sí mismos como generadores de valor, mientras que en realidad se limitan a mover el existente o, lo que es peor, a destruirlo.
Tendemos a perder de vista la auténtica naturaleza del valor y por qué es importante, cuestiones que en el pasado estuvieron en el centro del pensamiento económico y que, sencillamente, ya no se discuten. Si queremos reemplazar el actual sistema parasitario por otro sostenible que funcione para todos, es urgente y necesario repensar el origen de la riqueza y responder las preguntas clave de Mazzucato, que nos llevan al verdadero gran interrogante: ¿en qué mundo queremos vivir?.
Érase una vez un tipo corriente que vivía en un sitio aleatorio, en un pisito común, con una hipoteca de por vida. Nada fuera de lo normal. Salvo por una afición de juventud, quizás una obsesión: el estudio del sistema reproductivo de las hormigas de cabeza roja, al que no podía dedicarse por falta de tiempo y que, con el paso de los años, resultaría ser... ¡una bomba de relojería!
«¡Ay, si fuera dueño de mi propio tiempo!», se lamentaba nuestro tipo corriente.
Este es el protagonista de nuestra historia, un ciudadano anónimo que, con una irracional idea de negocio en la que nadie cree, pone en jaque a la sociedad de consumo. Un tipo corriente que demuestra que cualquier sistema económico que no respete los derechos esenciales de los individuos está abocado al fracaso.
Con una ácida e irónica visión de la empresa, del mundo industrial y del advenimiento del marketing de masas, Fernando Trías de Bes nos recuerda que son los ciudadanos quienes sostienen las economías y que puede llegar el día en que los productos de consumo se conviertan en armas para una rebelión silenciosa de la gente contra los excesos y la irracionalidad del sistema.