En esta obra, Levitt y Dubner demuestran, a traves de ejemplos y una sarcástica perspicacia, que la economía representa el estudio de los incentivos.
¿Que resulta más peligroso: una pistola o una piscina?
¿Que tienen en común un maestro de escuela y un luchador de sumo?
¿Por que continúan los traficantes de drogas viviendo con sus madres?
¿En que se parecen el Ku Kux Klan a los agentes inmobiliarios?
Quizás estas no sean las típicas preguntas que se formula un experto en economía, pero Steven D. Levitt y Stephen J. Dubner no son unos economistas muy típicos.
Se trata de especialistas que estudian la esencia y los enigmas de la vida cotidiana y cuyas conclusiones, con frecuencia, ponen patas arriba la sabiduría convencional.
A traves de ejemplos prácticos y de una sarcástica perspicacia, Levitt y Dubner demuestran que la economía, en el fondo, representa el estudio de los incentivos: el modo en que las personas obtienen lo que desean, o necesitan, especialmente cuando otras personas desean o necesitan lo mismo.
“¿Por qué el mar es azul? ¿Caminaron alguna vez las ballenas? ¿Cuál es el origen de la luna? ¿Quiénes heredarán la tierra? Éstas son algunas de las preguntas que el profesor Cedar I. García Ríos contesta en esta magnífica colección de ensayos científicos. Con un estilo ágil y ameno, que incorpora la anécdota, el humor y la denuncia ecológica y social, García Ríos nos ofrece un panorama abarcador del fenómeno mismo de la vida, sin olvidar la referencia del contexto puertorriqueño. Así conoceremos los secretos de la arena, del mangle, de los peces que cambian de sexo, del cangrejo fantasma, del manatí y de muchos otros animales de nuestras costas; todo ello presentado con la sensibilidad del humanista y la precisión del científico.
En 2007, cuando el valor de las propiedades de bienes raíces disminuyó o fueron embargadas por incumplimiento del pago de la hipoteca, millones de propietarios comprobaron con dolor la veracidad de lo afirmado por Robert T. Kiyosaki en su bestseller Padre rico, padre pobre: que una casa no siempre es un activo.
Hoy todos somos conscientes de que las casas pueden ser un pasivo. Hoy todos sabemos que el valor de nuestro hogar puede aumentar o disminuir. Hoy todos sabemos que podemos perder dinero invirtiendo en la bolsa de valores. Hoy todos sabemos que nuestro dinero puede perder valor y nuestros ahorros esfumarse.
Por todo esto, hoy tu cociente intelectual financiero es más importante que nunca. En un mundo inestable, tu mayor bien es tu inteligencia financiera.