El próximo Bill Gates no diseñará un sistema operativo. Los próximos Larry Page o Sergey Brin no crearán un motor de búsqueda. Y el siguiente Mark Zuckerberg no inventará una red social. Si vas a copiar a estos chicos, es que no has aprendido de ellos. Hacer lo que ya sabemos lleva al mundo de 1 a n. Genera un progreso horizontal añadiendo más de lo mismo. Cada nueva creación, sin embargo, va de 0 a 1, es vertical e implica hacer algo que nadie ha hecho antes. Si coges una máquina de escribir y construyes cien, has hecho un progreso horizontal. Si coges una máquina de escribir y construyes un procesador de textos, has hecho un progreso vertical. Este libro trata de cómo llegar allí.
Una guía fácil y práctica para aprender a delegar y a liderar a las personas bajo su responsabilidad, producto del análisis y de la experiencia de la autora sobre las cosas que limitan el crecimiento de los líderes de este tiempo.
“En él comparto mis conocimientos y experiencias acerca de la delegación y su poder transformador. Le ayudará a ejercer de forma exitosa cualquier puesto en el que se encuentre, al tiempo que contribuye a transformar su vida y la de otros, tanto a nivel personal como laboral”, explica Fernández.
Que haya problemas económicos no significa que no exista una solución, sólo que no está disponible en el
actual nivel de conciencia. ¿Quieres descubrir a qué nivel de conciencia no existen los problemas de dinero?
Es hora de comprender que la economía y la ética no están reñidas. Muchas personas han renunciado a la prosperidad -a tener su propio negocio o a ingresar más dinero—porque piensan que eso les impediría ser buenas personas, espirituales y éticas. Pero ser próspero no se contradice con llevar una vida de valores y consciente. Ésta es la cadena invisible del dinero: intención feliz, acción feliz, resultado feliz... dinero feliz.
En este libro descubrirás cómo: generar ingresos responsables y felices; mejorar las finanzas con valores emergentes; ser un emprendedor social y próspero; liderar desde el corazón y los valores; colaborar sin competir en los negocios; vender más aplicando el marketing espiritual; participar en la economía de la felicidad.
Y mucho más...