¿Qué cualidades se necesita para ser un buen gerente? ¿Cómo se consiguen la autoridad y la credibilidad necesarias para dirigir en forma efectiva? En este libro se responden estas y otras preguntas, y nos recuerda los principios universales que nos permiten colaborar con los demás, ya sea en el trabajo o en el ámbito familiar.
Un relato sobre la verdadera esencia del liderazgo.
Nuestra mente es mucho más maleable de lo que pensamos. Aunque nos resulte sorprendente, conservamos durante toda la vida la misma capacidad de aprender que teníamos cuando éramos niños. Lo que sí perdemos con el paso del tiempo es la necesidad y la motivación para aprender, de modo que vamos construyendo sentencias sobre lo que no podemos ser: el que está convencido de que las matemáticas no son lo suyo, la que siente que no nació para la música, la que cree que no puede manejar su enfado y el que no puede superar sus miedos. Demoler estas creencias es el punto de partida para mejorar cualquier cosa, en cualquier momento de la vida.
Esta es la buena noticia: se pueden cambiar ideas y sentimientos, aun aquellos que están profundamente arraigados. La mala noticia es que para transformarlos no basta con proponérselo. Así como concluimos a la velocidad de un rayo si una persona nos parece confiable, inteligente o divertida, también los juicios sobre nosotros mismos son precipitados e imprecisos. Ese es el hábito que tenemos que aprender: el de hablar con uno mismo.
Por suerte, la mala noticia no es tan mala. Disponemos de una herramienta simple y potente: las buenas conversaciones. Mezclando neurociencia, historias de vida y mucho humor, este libro explica cómo y por qué estas buenas conversaciones mejoran la toma de decisiones, las ideas, la memoria y la vida emocional y, así, pueden cambiar tu vida.
Con ilustraciones de Javier Royo
Estas son algunas de las preguntas a las que responde este extraordinario libro sobre la manera en que las criaturas del mundo natural y los humanos hemos desafiado la gravedad a lo largo de la historia.
En nuestro deseo de imitar a los pájaros, hemos creado aparatos tan singulares como el globo aerostático o el avión, e incluso hemos logrado alcanzar el espacio. Por su parte, algunos animales han desarrollado las alas, mientras que determinadas especies las han perdido. Si a esto le sumamos invenciones como la alfombra mágica, Pegaso o Harry Potter, no cabe duda de que son innumerables las alusiones que demuestran que el arte de volar siempre nos ha fascinado.
Un asombroso ensayo que revela las distintas formas de vuelo presentes en disciplinas tan complejas como la biología, la física, la literatura, el arte y la mitología.
La naturaleza nos ofrece desde el alimento y el combustible que nos mantiene vivos hasta la belleza cuya contemplación nos hace humanos. Y nos propone, además, un misterio insondable. Pues ¿cómo funciona la naturaleza? Expresada de mil maneras diversas por mil culturas distintas, esta es la pregunta más importante y constante que se ha hecho la humanidad. Con el paso de los siglos, le hemos dado muchas respuestas, aunque todas tenían un núcleo común. Hasta que llegamos «nosotros», la cultura occidental moderna. Entonces todo cambió. El ingente y heterogéneo conocimiento milenario quedó anulado para implantar una nueva respuesta, bastante inverosímil si lo piensas: todo en la naturaleza funciona por azar e instinto, pues solo el ser humano es inteligente. Y nos lo creímos. Para el afamado antropólogo Jeremy Narby llegó un día en que esta respuesta no fue suficiente. Solo tenía que dar un paseo por su jardín, olvidando (y no es fácil) prejuicios y dogmas para sentirse rodeado de inteligencia, y no precisamente humana. ¿Cómo funcionaba todo aquello? ¿Cuál era su origen? Entonces decidió embarcarse en un viaje alucinante que le llevó de una remota granja estonia a las profundidades de la selva peruana, de las altas montañas suizas a los avanzados laboratorios japoneses, de las universidades francesas y escocesas a las ceremonias nocturnas de los chamanes. Por el camino encontró mohos (sí, como el que crece en tu nevera) capaces de resolver laberintos; aves que distinguen entre cuadros de Van Gogh y de Chagall y otras que fabrican su propia medicina; plantas que toman decisiones (sí, decisiones) sin contar con un cerebro; biólogos que afirman sin reparos y con una ingente cantidad de datos científicos que las mariposas piensan...
La física moderna ofrece numerosos avances sobre el origen y el funcionamiento del universo, conocimientos que se transmiten en forma de ecuaciones que, a menudo, nos parecen un galimatías. Con talento incomparable, Sean Carroll demuestra que esas ecuaciones son como verdaderos poemas repletos de significado que nos ayudan a descubrir un milagroso paisaje multidimensional de gigantes radiantes, espacio-tiempo deformado, agujeros negros o fuerzas increíblemente poderosas, y, en suma, que son accesibles a cualquier persona con estudios de matemáticas de secundaria. Porque Carroll ha logrado construir algo que a muchos les parecía altamente improbable: un sólido puente entre la ciencia popular y el universo matemático de los físicos en activo. Nadie como él nos guía con tanta fluidez hacia la comprensión de la ecuación que Einstein utilizó para describir su teoría de la relatividad general.