La libertad no es el orden natural de la humanidad. En la mayoría de lugares y de épocas, los fuertes han dominado a los débiles y la libertad ha sido aplastada por la fuerza o por las costumbres y las normas. A menudo los Estados no han tenido la suficiente capacidad para proteger a los individuos o, por el contrario, han sido tan fuertes que la gente no ha podido defenderse de su despotismo.
La libertad sólo surge cuando se logra un equilibrio delicado y frágil entre el Estado y la sociedad. El pasillo que lleva a la libertad es estrecho y sólo puede recorrerse si se produce una lucha constante entre el Estado y la sociedad. Pero, ¿en qué consiste esa lucha?
En un recorrido fascinante que nos lleva del mundo árabe en tiempos de Mahoma a las ciudades-Estado de la Italia medieval, de la Latinoamérica de las dictaduras a la Suecia que inventó la socialdemocracia, de la caótica República de Weimar a la China imperial, El pasillo estrecho nos introduce en el que tal vez sea el proceso más fascinante de la historia: el de la obtención de la libertad. Una libertad que solo puede existir cuando la sociedad cuestiona el poder del Estado y de las élites, pero también cuando, al mismo tiempo, existe un Estado robusto capaz de defender nuestros derechos cuando estos se ven amenazados.
Las respuestas a varias preguntas de la actual coyuntura económica
Solemos dar por sentado que las grandes decisiones económicas y financieras se toman desde el análisis y la observación de los datos micro y macroeconómicos.
No obstante, lo cierto es que, más a menudo de lo que creemos, son factores psicológicos e irracionales, en forma de intuición, miedo, desconfianza, fe... los que están detrás de los comportamientos de economistas, financieros, políticos o inversores.
Este libro está pensado para todos aquellos que un modo u otro trabajan o se preocupan por las instituciones museísticas y coinciden, al menos, en un interés común y central: el público que los visita. El público es, sin duda, un elemento crucial para los museos y su centralidad hace indispensable que nos preguntemos por él.
A pesar de esto, abunda un diálogo unidireccional en el que el museo propone y el visitante recibe. Fin. Pero ¿qué pasa en medio? ¿Nos estamos dejando alguna información de utilidad para el propio profesional del museo? Interesarnos por el tipo de experiencia que tienen los visitantes o indagar sobre su perfil y sus características nos abre paso a un espacio de trabajo cada vez más indispensable para el buen funcionamiento de los museos: el estudio de públicos. Este manual pretende ser una aproximación a esta área de estudio a través de un recorrido sobre sus características principales, los distintos ámbitos de aplicación y los métodos de implementación.
Ferran Urgell Plaza es licenciado en Sociología por la Universitat Autónoma de Barcelona y miembro del grupo de investigación DIGHECS (Didáctica de la Historia, la Geografía y otras Ciencias Sociales). Trabajó como investigador de administración pública y sociedad de la información en la Universitat Oberta de Catalunya. En la Universidad de Barcelona es profesor de la Escuela Universitaria de Hotelería y Turismo CETT y ha sido docente en posgrados y másteres en el campo de la museografía y la administración pública.
Es autor de distintas publicaciones en el campo de la sociología de la religión, la ciencia política y la museografía, entre las que destacan «Consumiendo religión» (M. Griera y F. Urgell, Fundació La Caixa, 2002), «Estado, burocracia y red» (E. Aibar y F. Urgell, Ariel, 2007) o «Museografía interactiva» (Santacana y otros, Trea, 2011). Desde 2012 participa desde el Ayuntamiento de Barcelona en la accesibilidad y la adaptación de propuestas museográficas de la ciudad para las personas con discapacidad.
El capitalismo no es ni una consecuencia inevitable de la naturaleza humana, ni una mera ampliación de antiguas prácticas comerciales cuyos orígenes se pierden en la noche de los tiempos. Desencadenado en unas coordenadas espaciales y temporales específicas, el capitalismo necesitaba de una transformación radical previa de las relaciones entre los seres humanos y de estos con la naturaleza.
¿Y si aplicáramos a nuestros problemas actuales el espíritu, la audacia y los medios que nos llevaron a la Luna?
Una crítica contundente y muy necesaria del capitalismo moderno en la que la galardonada economista internacional sostiene que, para resolver las crisis a las que nos enfrentamos, debemos ser innovadores.
Llegar a la Luna fue un extraordinario logro que requirió nuevas formas de colaboración entre los sectores público y privado, un altísimo nivel de compromiso y coordinación y la aceptación de riesgos y gastos muy elevados para alcanzar una meta a largo plazo. Inspirándose en las misiones del programa lunar, Mazzucato propone que se aplique ese mismo nivel de innovación a una serie de objetivos sociales, económicos y políticos clave con el fin de salir de nuestro estancamiento rumbo a un futuro más optimista.
El capitalismo lleva tiempo paralizado y no ofrece respuestas a nuestros mayores problemas, como las epidemias, la desigualdad y la crisis ambiental. Se impone la necesidad de repensar el papel de los Estados en la economía y la sociedad, de orientar los presupuestos al largo plazo y de recuperar el sentido del interés público.
En nuestra vida cotidiana, preferimos la comodidad de la convicción a la incomodidad de la duda y preferimos escuchar las opiniones que nos hacen sentir bien a las ideas que nos obligan a reflexionar.
Vemos el desacuerdo como una amenaza personal, en lugar de una oportunidad para aprender, y nos rodeamos de gente con la que estamos de acuerdo, cuando deberíamos acercarnos a quienes ponen en duda nuestras certezas. Pensamos como predicadores que defienden creencias sagradas o como políticos en campaña que buscan la aprobación de los demás, pero no como científicos en busca de la verdad.
Este libro trata del valor de reconsiderar las cosas.Muchas veces, consideramos que la inteligencia es la capacidad de pensar y aprender. Pero en un mundo tan cambiante como el actual hay habilidades cognitivas más importantes: la capacidad de repensar y de desaprender.
Porque la inteligencia no es la solución. Y tal vez sea una maldición: es posible que quienes son buenos pensando sean malos repensando; que cuanto más brillantes seamos, más ciegos estemos ante nuestras limitaciones.
El psicólogo Adam Grant es un experto en abrir las mentes de los demás. Su consejo: habla como si tuvieras razón y escucha como si estuvieras equivocado. Este libro explica cómo.