Una interesante aproximación a las opiniones de Albert Einstein sobre los temas más trascendentes.
Famoso por su teoría de la relatividad, que trastornó todas las concepciones previas sobre la gravitación, el cosmos, la geometría y, en general, toda la ciencia moderna, Albert Einstein fue, además de genio científico, un gran humanista: partidario de la convivencia pacífica entre los pueblos, fue un observador atento y lúcido de la vida social y política de su tiempo y gran defensor de la libertad individual y del progreso, pero de un progreso que no fuera utilizado por los Estados en contra de los individuos. Mi visión del mundo recoge, en una primera parte, casi a modo de diario, todos los escritos de Einstein en los que no sólo reflexiona sobre su propia vida, sino también sobre la sociedad, la religión, la política y la economía. En la segunda parte, el lector encontrará los textos en que Einstein expone en términos sencillos y al alcance de todo el mundo cómo nació y qué es la teoría de la relatividad.
Si tiendes tu cama al despertar, habrás cumplido con tu primera tarea. Tendrás una sensación de orgullo y te alentará a cumplir un objetivo más, después otro y otro. Esa pequeña labor se convertirá en muchas metas cumplidas.
El autor, quien se sobrepuso a difíciles retos y se recuperó de un grave accidente de paracaídas, nos cuenta las profundas lecciones de vida valorar la compañía, aceptar que el mundo no es justo, afrontar el fracaso, no darse por vencido y tender la cama que aprendió durante uno de los entrenamientos físicos más desafiantes del mundo.
La ganancia es primero adopta un enfoque conductual de la contabilidad y propone la siguiente fórmula: ventas - ganancia = gastos. Al obtener beneficios en primer lugar y emplear sólo lo que queda en los gastos, transformarás tu negocio en una máquina generadora de dinero.
Usando este sistema aprenderás, entre muchas cosas más, que:
Con cuatro principios sencillos puedes simplificar la contabilidad y facilitar la gestión de un negocio rentable revisando los saldos de las cuentas bancarias.
Un negocio pequeño y rentable puede valer mucho más que un negocio grande que sobrevive al borde de su capacidad.
Las empresas que logran una rentabilidad temprana y sostenida tienen una mejor oportunidad para lograr un crecimiento a largo plazo.
Con docenas de estudios de casos, consejos prácticos y su característicosentido del humor, Michalowicz ofrece el mapa a seguir para que cualquier empresario gane tanto dinero como siempre soñó.
Un clásico de lectura obligatoria para todo líder que esté buscando el éxito.
En estas páginas, James Hunter nos explicará los principios universales del liderazgo que nos permiten colaborar con los demás, ya sea en el trabajo o en el ámbito familiar, y cómo podemos mejorar la relación que tenemos con nuestros subordinados partiendo de estas bases:
No hay autoridad sin respeto.
El respeto no se funda en el miedo, sino en la integridad, la sinceridad y la empatía con el prójimo.
No podemos cambiar a nadie, solo podemos cambiar nosotros.
El trabajo lo hacen las personas, y no puede hacerse un buen trabajo sin cuidar las relaciones humanas.
Este libro nos enseñará que dirigir consiste, paradójicamente, en servir a los demás, porque un buen líder debe está pendiente de sus subordinados para atender sus legítimas necesidades, ayudarles a cumplir sus aspiraciones y aprovechar sus capacidades al máximo.
En una sociedad que evita el dolor y la incomodidad, es necesaria una llamada a la valentía. El miedo, la decepción o la tristeza no son los opuestos al amor, la ilusión o la alegría. Todo forma parte de la experiencia de vivir. Si queremos aspirar a los puntos dorados de la vida, hemos de estar dispuestos tambien a caer y sentir el desaliento de los puntos de sutura. La alternativa acostumbra a ser la zona media, ese espacio donde por evitar la herida cerramos las puertas a los momentos más extraordinarios. Desgraciadamente, mucha gente la elige.
¿Cómo llegaron hasta donde están hoy los individuos ricos y poderosos que mueven el mundo? ¿Son más inteligentes? ¿Más rápidos? ¿Más guapos? Claro que no. Algunos hasta son bajos y feos. ¿Qué es entonces lo que los distingue?