El economista y yo, conversando está escrito bajo la técnica del diálogo directo, utilizada por primera vez en una obra de economía, al menos en la República Dominicana, explicó el economista Vásquez. Destacó que con esa técnica narrativa los interlocutores asumen roles distintos y toman el papel de coautor, en la mayoría de las veces representando a personas reales y pocas son imaginarias.
Cada uno de los diálogos es independiente uno de otro, con inicio y fin, razón que le permite al lector adentrarse al libro a través de una conversación, sin importar la página que seleccione.
La lectura de El economista y yo, conversando, resulta ligera, porque el autor a pesar de utilizar con rigor técnico el lenguaje de la profesión, logra desarrollar los diálogos en forma coloquial, auxiliándose en varios casos de conceptos de otras áreas del saber.
Dentro de cada empresa, hay un gigante dormido. Durante mucho tiempo se han considerado a las empresas como la principal causa de la destrucción del medio ambiente o como una acaudalada fuente de finaciamiento para las personas que intentan hacerle frente. Pero gracias a su acceso a la innovación, a las nuevas tecnologías y a su potencia intelectual, las empresas están bien preparadas para afrontar retos de una manera que otras organizaciones y fundaciones más pequeñas no pueden hacerlo.
¿Qué pasaría si los ejecutivos dejaran de considerar a la sostenibilidad como un proyecto secundario de relaciones públicas y la vieran en cambio como una forma de beneficiar al planeta y a sus bolsillos?
El gigante se despertaría y el mundo nunca volvería a ser el mismo.
Jake Kheel escribió Despertando al gigante, para ayudar a liberar el poder oculto que su empresa posee para salvar el planeta. Ofrece un enfoque de la sostenibilidad basado en la acción y en el sentido común, apoyado por ejemplos reales de su trabajo en la República Dominicana que demuestran cómo las empresas pueden convertirse en una potente fuerza de la sostenibilidad.
E l hombre más rico del mundo vivió en el Oriente medio hace tres mil años. Tenia un salario minimo, vital y móvil de 1.000 millones de dólares anuales y tuvo un patrimonio neto de más de 2 millones de millones de dólares ( dos billones). Muchos mayor que la riqueza de Bill Gates, Steve Jobs, Andrew Carnegie y Carlos Slim... ¡juntos!
La buena noticia, es que el hombre más rico del mundo nos dejó sus iseas escritas y sus consejos han sobrevivido a través de los milenios. Aquellos que lo obedecieron, no sufrieron la última crisis financiera sino que aprovecharon. Aquellos que lo ignoraron, pagaron las consecuencias.