Omar tiene diez años y pasa los días junto a la ventana, esperando a que su madre vuelva. Hace tanto tiempo que no la ve que ni siquiera sabe si está viva. Su hermano intenta animarlo, pero es incapaz: sin su madre, el mundo se desmorona. Solo le consuela la presencia de Nada, su forma de cogerle la mano, sus ojos celestes.
Nada tiene once años, una vena en la frente que le palpita cuando se enfada y un hermano, Ivo, lo bastante mayor para ser llamado a filas. Nada y Omar son niños en la primavera de 1992, en Sarajevo.
Para alejarlos de la guerra, una mañana de julio un autobús se los lleva contra su voluntad. Si es que la madre de Omar sigue viva, ¿cómo dará con ella? ¿Y si Ivo muere luchando? Mientras viajan por Italia, por carreteras reducidas a escombros, Nada conoce a Danilo, que tiene unas manos cálidas y una familia, a diferencia de ella, y que un día le hace una promesa.
Inspirada en una historia real, Me limitaba a amarte es una novela de formación sobre la pérdida de la inocencia, las heridas con las que cargamos y la imperiosa necesidad de encontrar anclaje y comprensión cuando todo colapsa a nuestro alrededor. Con una escritura precisa y conmovedora, que se inscribe plenamente en la tradición de la gran novela europea, Rosella Postorino indaga en las historias individuales que se ven afectadas por las convulsiones más estremecedoras de la historia colectiva.
Un amigo de Kafka reúne veintiún relatos breves en torno al tema más característico de Singer: la vida tradicional de las comunidades judías de Centroeuropa y su paulatina disgregación por obra del cambio de las costumbres y del progreso. Pero el arte del escritor, que se mueve siempre de un modo muy sutil y matizado entre la ironía y la emoción, consigue universalizar unos problemas que en principio pueden parecer exclusivamente judíos; profundizando en unos personajes que están divididos entre el apego a unas tradiciones en las que se han formado y la obligada incorporación a la vida moderna, Singer describe un desgarramiento común a todos. Singer hace revivir la mentalidad y las costumbres judías, analizando y evocando las tradiciones de su pueblo en un periodo de disgregación.
Al hilo del relato personal de la muerte de su madre a causa del cáncer, la autora recurre a múltiples ejemplos de la literatura que abordan este mismo tema, así como a las múltiples encarnaciones de la muerte, desde catástrofes individuales a catástrofes a gran escala, para culminar con una hermosa y desgarradora plegaria en la voz de su madre. Homenaje íntimo, libro autobiográfico y obra de crítica literaria sagaz, El arte de la muerte es un libro que conmoverá profundamente a todos los que se acerquen a sus páginas.
Cuatro amigos juegan a las cartas en un ático, mientras cae la nieve en Buenos Aires. Pronto descubren que ha empezado una mortífera invasión: los alienígenas se están apoderando de América Latina. Las horas que siguen son cruciales si desean sobrevivir y enfrentarse al ejército invasor.
Planteada como un reboot de la historieta clásica El Eternauta, presentamos restaurada la versión dibujada por Alberto Breccia, que desde 1969 ha obtenido el estatus de obra de culto.
En un periodo de neutralidad política (Barcelona 1917-1919), una empresa fabricante de armas abocada al desastre económico por los conflictos laborales es el telón de fondo del relato de Javier Miranda, protagonista y narrador de los hechos. El industrial catalán Savolta, dueño de ese negocio que vendió armas a los aliados durante la Primera Guerra Mundial, es asesinado.
El humor, la ironía, la riqueza de los matices y de las experiencias, la parodia y la sátira, la recuperación de la tradición narrativa desde la novela bizantina, la picaresca y los libros de caballerías hasta el moderno relato detectivesco, convierten La verdad sobre el caso Savolta en una tragicomedia inteligente y divertida, que ha situado a Eduardo Mendoza entre los más destacados narradores hispánicos contemporáneos. Como escribe Sergio Vila-Sanjuán en el prólogo escrito para la presente edición conmemorativa, “al cumplir cincuenta años esta novela, celebramos con ella el disparo de salida de una trayectoria que nos ha deparado a los lectores incontables alegrías y que, para nuestra felicidad, sigue activa y productiva en el momento presente”.
«Cerrar un círculo, otro círculo. De eso se trataba, ¿no?, de cerrar círculos».
Un escritor que curiosamente responde al nombre de Juan José Millás recibe el encargo del periódico en el que colabora para escribir el que, cree, puede ser su último reportaje. Por ello debe pensar con cuidado el tema que sirva de broche de oro a toda una carrera. La búsqueda del reportaje perfecto despierta en su interior el recuerdo de un episodio de su pasado, envuelto en la niebla entre la realidad y lo imaginado, que lo sitúa frente a una parte de su vida olvidada en el devenir de los años. ¿Qué ocurrió con el director de la sucursal del Banco Hispano Americano al que fue a visitar una mañana de su infancia junto a su madre? ¿Y con su amigo de la universidad, Alberto?
Juan José Millás aborda en esta historia, pertida y honda al tiempo, el misterio de la identidad, los límites de la ficción y el poder de la literatura para dar forma a lo real. Ese imbécil va a escribir una novela supone un salto mortal de Millás como narrador, que juega con el lector en estas páginas como un ilusionista, un mago de la palabra, un deslumbrante prestidigitador.
El subteniente Bevilacqua y la brigada Chamorro tendrán que enfrentarse a no de los mayores retos de su carrera: el esclarecimiento simultáneo de dos muertes en el momento más crítico que ha vivido nuestra sociedad en las últimas décadas.
Dos casos que dejan huella en una novela que nos habla sobre cómo con ocasión de la pandemia se hacen sentir las fuerzas adversas a nuestro bien común, a nuestro futuro, a nuestra esperanza; unas fuerzas que vienen de más atrás y van más allá de la acción del virus.
EL AUTOR DE LA NOVELA TRES DÍAS DE FELICIDAD VUELVE PARA EMOCIONARNOS Kumorizora tiene un trabajo algo peculiar. Ha desarrollado la capacidad de poseer a las personas. Su trabajo consiste en poseer a su objetivo y llevarlo a suicidarse de manera que parezca natural. Todo se tuerce cuando su siguiente encargo implica provocar el suicidio a Aozora, una chica frágil y misteriosa que no parezca que vaya a oponer resistencia a su posesion. En ese instante, Kumorizora decide que observará un poco más el día a día de Aozora para determinar porqué ha tomado de buen grado su destino.
Hui de un crimen involuntario.
Hui de los hombres que no me quisieron.
Hui de una guerra.
Esta es mi historia, entre España y Orán, junto al Mediterráneo.
Orán. Años 20, siglo xx. En esta ciudad africana de origen árabe, pulso español y administración francesa desembarca una joven con el falso nombre de Cecilia Belmonte. En apariencia, ha cruzado el Mediterráneo para escapar de la miseria, como tantos compatriotas. Su razón, sin embargo, es más turbia.
La urgencia por sobrevivir la obliga a dejarse la piel en plantaciones y lavaderos, como empleada doméstica y operaria de fábrica a destajo. Hasta que una madrugada, en la tabaquera Bastos, participa en un delito por el que paga con su sometimiento a un hombre despreciable.
El 25 de enero de 1963, a las 15.30 horas, François Besson es sorprendido por una visión que acaba cobrando un valor simbólico: en el momento en el que se alza hacia el cielo el aullido de una sirena, una chica joven aparece montada sobre una motocicleta y desaparece cuando cesa el ruido. Este instante provoca en el narrador una sacudida interior: «Desde este día, todo se ha podrido. Yo, François Besson, veo la muerte en todas partes.» Durante los siguientes trece días, François Besson siente cómo el vacío va creciendo en él. El primer día, escucha las confidencias de una amiga, grabadas en una cinta, en las que narra qué esperaba de la vida, su cansancio y sus razones para acabar con todo. A partir de entonces, Besson empieza un peregrinaje por las calles de una gran ciudad, mientras intenta escapar de su agonía.
En medio de la bulliciosa y, al mismo tiempo, mediocre cotidianidad, tal vez sólo los niños sean capaces de apreciar la belleza del universo. Desde esa mirada inocente e infantil, Le Clézio relata ocho historias llenas de sensibilidad y melancolía sobre la búsqueda de la verdadera libertad, en las que los protagonistas, enfrentándose a la alienación agresiva de la civilización contemporánea y del mundo adulto, parten a la aventura para alcanzar sus sueños. Así, Mondo, un niño-poeta, bohemio y huérfano, pasea por la orilla del mar o por las calles atestadas, rodeado de amigos y seres marginales capaces de comprenderle, de enseñarle cosas nuevas: sus ojos asombrados embellecen la percepción que los demás tienen de la realidad. Y como él, Lullaby, la niña que una mañana decide no volver al colegio para disfrutar del mar; Jon, que escala el Reydarbarmur, la montaña del dios viviente desde la que pueden tocarse las nubes; o Pequeña Cruz, que mira el cielo mientras se pregunta qué es el azul.
En todas las historias familiares hay un hecho que determina el destino de sus miembros. En el caso de Lola, la matriarca de esta saga de detectives, es la muerte de su hijo Marc, hace casi cinco años. Para Lola, lo que vino después fue un tiempo romo y agrisado. Pero hace unos meses que los Hernández se han reunido de nuevo, vuelven a investigar juntos como en los viejos tiempos. También Ayala, el fiel colaborador, ha regresado. Todos curtidos y, por qué no decirlo, más baqueteados a las órdenes del peculiar Mateo. Por otro lado, un estafador del amor campa a sus anchas por el barrio, se hace pasar por un antiguo compañero de colegio de sus víctimas y parece que su avaricia no tiene límites. Los Hernández se enfrentan a un escurridizo adversario.
Jihye es una chica corriente, nunca ha sido extraordinaria. De carácter más bien apocado, en la Academia donde trabaja como administrativa tolera en silencio la política de sus jefes y los absurdos de la burocracia coreana. Siempre a un solo correo electrónico de la catástrofe profesional, se convierte en una maestra de las miradas silenciosas y de la táctica del café, pero todos sus esfuerzos por soportar a sus superiores y el ambiente de trabajo más o menos hostil que estos generan se ven alterados cuando llega Gyuok Lee, el nuevo becario.
Como si se tratara de una versión pacifista del protagonista de V de Vendetta, Gyuok recluta a un trío de aliados en la oficina para llevar a cabo algunas pequeñas venganzas. Juntos, estos cuatro «rebeldes» protestan contra los más poderosos con pintadas, lanzamientos de huevos y denuncias anónimas. Sin embargo, a medida que sus ataques van aumentando de calibre, la alegría y la sensación de liberación iniciales irá dando paso a otros sentimientos. Jihye y los demás descubrirán la belleza de la amistad y el extraordinario poder de la unidad para hacer frente a los obstáculos.
El «anochecer», ese espacio ambiguo entre dos luces, se convierte en el escenario en el que una voz dolida e inteligente nos habla de la soledad, la enfermedad, el encuentro entre muertos y vivos, la fuerza frágil de la palabra, la necesidad del arte.
Sin conocer en detalle la anécdota que genera el poema, el lector ingresa sin embargo en un ámbito de inmediata y poderosa intimidad que acaba haciéndole partícipe de una especial trascendencia cotidiana.
En un turbulento siglo XII, Leola, campesina adolescente, desnuda a un guerrero muerto en un campo de batalla y se viste con sus ropas de hierro, para protegerse bajo un disfraz viril. Así comienza el vertiginoso y emocionante relato de su vida, una peripecia existencial que no es sólo la de Leola sino también la nuestra, porque esta novela de aventuras con ingredientes fantásticos nos está hablando en realidad del mundo actual y de lo que todos somos.
Sería difícil encontrar un grupo humano más alejado de nuestra fisonomía y de nuestros patrones culturales que los habitantes de la selva africana mal conocidos como «pigmeos». Están lejos de nosotros y de todo el mundo. Son los exóticos de los exóticos. Homero les da ese nombre a unos seres en la Ilíada, y de sus versos nace uno de los malentendidos más ridículos y perdurables de la historia científica. El poeta se refería a unas criaturas tan fabulosas como nuestros duendes. Sin embargo, el mito siguió vivo, y, a partir del siglo XIX, contra todo pronóstico y empujados por la ciencia, la literatura y la fantasía, muchos exploradores han ido en su busca al corazón de África.
Lila Kennedy no puede más. Un matrimonio roto, dos hijas rebeldes, una casa que se cae a pedazos y un padrastro rozando la tercera edad que parece haberse mudado con ellas como quien no quiere la cosa. Para rematarlo todo, su carrera como escritora está en caída libre y su vida amorosa es... complicada.
De modo que cuando su verdadero padre, al que apenas ha visto desde que se marchó a Hollywood hace treinta y cinco años, aparece de repente en su puerta, Lila siente que es la gota que colma el vaso. Pero resulta que la familia a la que pensaste que nunca perdonarías podría tener algo que enseñarte... sobre el amor y sobre lo que de verdad significa ser una familia.
Mara Torres ha escrito un libro lleno de cariño y delicadeza. Un gran homenaje a su hermana Alicia para tratar de entender las razones que la llevaron al suicidio, y una forma también de seguir demostrándole su amor, más allá del tiempo y la existencia. Este relato en primera persona se cruza con un texto de su hermana que encontraron entre sus pertenencias. Un diario en el que Alicia Torres iba desgranando su vida. El resultado es esclarecedor y emocionante, porque nos sumerge en los sentimientos de alguien que se aferraba a cualquier atisbo de felicidad para superar la existencia. En palabras de la autora: «Este no es un libro sobre mi familia ni sobre el suicidio. Es un libro sobre la mente de mi hermana pequeña y el proceso que la sumerge en la oscuridad total. Es la historia de alguien que deseaba vivir, pero no fue capaz de conseguirlo».
El mundo tiene cajones secretos: eso lo descubrimos poco a poco; y a veces podría ocurrir que nada fuera tan real como nuestros propios sueños. A lo largo de las cinco historias que configuran Con Agatha en Estambul una niña entra en un convento con un baúl y un traje de novia; una joven ejecutiva asiste impotente a las enigmáticas apariciones de una mujer vestida de verde; una feliz esposa se sobrecoge ante el panteón familiar de su marido; alguien pierde súbitamente la memoria una mañana cualquiera en un viejo café; una serie de imprevistos distorsionan la relación de una pareja de turistas en un Estambul envuelto en brumas.
Este Tercer libro de crónicas reúne algunas de las crónicas que António Lobo Antunes escribió entre 2002 y 2004. El oficio de escritor y las dudas que lo asaltan («¿seré capaz?»), su estancia en Angola, la infancia «en una casa con una acacia», la familia(«estos seres extraños en los que se prolongan nuestras facciones»), el amor, lo efímero y lo eterno son algunos de los temas recurrentes de sus novelas, que desarrolla también en las crónicas. Los múltiples registros del autor, la sutileza de su humor, su virtuosismo y el arte de llevar al lector de la sonrisa a la emoción extrema hacen que estos textos se lean con una enorme facilidad.