Henry Lloyd, un hombre con un enigmático pasado, logra forjar a sangre y fuego una inmensa fortuna, a mediados del siglo XIX. Junto con su ejército de esclavos libertos y sus dos hijos mulatos, Lloyd invade tierras, saquea, asesina. Osado, sólo le teme a Jack Barley, su némesis, el único capaz de derrumbar su imperio.
Esta novela polifónica, narrada con maestría por seis voces en distintas épocas, desvela capa por capa la vida de Lloyd. El Hombre es una historia de feroces lealtades, de amores transgresores, de seres salvajes en épocas salvajes, y da cuenta de cómo los claroscuros de Lloyd trastocaron el destino de generaciones hasta llegar a nuestros tiempos.
Guillermo Arriaga va hasta la médula de la brutalidad humana. Con lucidez y rigor literario, explora los orígenes del capitalismo, la conformación de los Estados Unidos, la lacerante pérdida de más de la mitad del territorio mexicano, las batallas entre apaches, mexicanos y texanos, y la herida profunda de la esclavitud. Todo alrededor de la colosal figura de Henry Lloyd.
Erasmo Aragón sufre un abrupto cambio de vida al quedarse sin trabajo tras ser falsamente acusado de abuso sexual. La tensión que este incidente genera lo lleva a enterrar sus recuerdos. Sometido por los ansiolíticos, deja atrás la persona desinhibida que fue y se transforma en un ser torturado por la paranoia y en permanente estado de alerta. Durante el redescubrimiento de sí mismo conocerá a Joselin, enfermera que trabaja en la clínica psiquiátrica que sigue su tratamiento y a quien se aferrará como a un clavo ardiendo. Para cortar cualquier conexión con su pasado, Erasmo inicia junto a ella, en Suecia, una nueva vida que se verá sepultada por un alud de insatisfacción y dependencia.
El hombre que inventó Manhattan se llamaba en realidad Gerald Ulsrak, estaba casado y tenía dos hijas. O quizá sólo una. Había nacido en un pequeño pueblo en las montañas de Rumania y siempre había soñado con un sitio mejor, Manhattan, y un nombre distinto, Charlie. Trabajaba en el mantenimiento de un bloque de apartamentos y se repetía noche tras noche como un mantra que el siguiente sería un buen día. La mañana de Año Nuevo de 2002 amaneció colgado de una viga del techo.
Su suicidio pone en marcha la recreación por parte del narrador un inquilino del inmueble de un mundo en el que se mezclan la realidad y la ficción. A través de historias cortas, agudas como flechas, marcadas por los juegos de identidades, el humor irónico y unos personajes inolvidables, se erige una ciudad mítica: un Manhattan personal, exacto y al tiempo imaginado, teñido por toda la literatura y el cine que reflejan la ciudad de Nueva York.
Chesterton publicó la colección de relatas de El hombre que sabía demasiado en 1922, en cuyos episodios el investigador Horne Fisher resuelve los crimenes más por su profundo conocimiento de las intimidades y los detalles de los involucrados en cada caso, que por sus propios conocimientos en cualquier rama del saber. La obra está dividida en ocho capitulos independientes, ambientados en lugares parecidos y con idéntico tratamiento policiaco: El rastro en la diana, ' El principe fugaz, Alma de colegial, El pozo sin fondo, Ld manía del pescador, El agujero en el muro, El templo del silencio y La venganza de la estatua.
GILBERT KEITH CHESTERTON, más conocido como G. K. Chesterton, nació el 29 de mayo de 1874 en Londres, Fue periodista, novelista, ensayista y escritor de libros de viajes cuyo sentido del humor y sentido común lo convirtieron en uno de los autores más admirados del siglo xx. Su educación básica tuvo lugar de 1881 a 1886, e ingresó en 1887 en un centro educativo privado. Chesterton describió aquel sistema educativo por el que tuvo que pasar como ser instruido p: alguien a quien yo no conocía, sobre algo que yo no quería Murió el 14 de junio de 1936 en Beaconsfield. Al parecer, en un estado más lúcido de su agonía dijo: «El asunto está claro ahora. Está entre la luz y la sombra, y cada uno debe elegir de qué lado está».
Un retrato implacable de la sociedad del malestar que arroja luz sobre la precariedad emocional y el desamparo de quienes más sufren las deficiencias del sistema sanitario», Daniel Remón.
Nadie tiene la culpa. Estas cosas pasan. Solo fue un «incidente». Esa es la palabra que más se repite a la hora de hablar del enfrentamiento entre Ricardo Montesinos, jefe de la planta de psiquiatría del hospital, y Manuel Alejandro, un joven paciente ingresado por tercera vez en la unidad de agudos. La versión oficial se empieza a desmoronar cuando un escritor en crisis, que estuvo ingresado hace veinte años en ese mismo lugar, se decide a investigar el caso y confronta los testimonios de todos los implicados.
Basada en hechos y personajes reales, El incidente es una novela polifónica que aborda cuestiones fundamentales y contradictorias en torno a la enfermedad mental: la diversidad de causas que la inducen biológicas y contextuales, los intereses detrás del aumento del malestar en nuestra sociedad o la necesidad de acabar con el estigma que la rodea sin caer en el exhibicionismo al que conduce su permanente visibilización.
En una isla desierta, los años de inocencia de dos hermanos llegan a su fin cuando escuchan por primera vez el susurro del pecado; a un periodista especializado en sucesos se le presenta una oportunidad inigualable de cometer el «crimen perfecto»; las sospechas de un articulista hacia una dama de la alta sociedad le llevarán a desvelar un perturbador secreto Amores imposibles, obsesiones, delirios, psicosis, transformismo... El interior de la mente alberga terrores impensados, reacciones imprevisibles, condenas más duras que las de ningún juez y torturas mayores que las del infierno. Obsesiones que lo mismo empujan al asesinato que delatan al criminal, sadismo descarnado, fantasías y temores de jóvenes que se acercan por primera vez al sexo, alucinaciones que toman forma real, venganza, anhelo, locura y pasión fundidas en una indisociable emoción...
Compositor e intérprete de gran carisma, Gaël Faye irrumpió en la escena literaria con Pequeño país, una ópera prima traducida a cuarenta idiomas con la que cautivó a más de dos millones de lectores. Ocho años después, Faye ha vuelto a enamorar al público y la crítica con El jacarandá, una novela vibrante y sensible que cuenta, a partir de cuatro generaciones de una familia ruandesa, la terrible historia de un país que intenta reconstruirse.
Versalles, 1994. Aunque crece en un entorno feliz, el pequeño Milan sufre con el obstinado silencio de su madre ruandesa sobre sus orígenes y su familia. Ese desconocimiento sólo se irá diluyendo poco a poco, primero con las imágenes del genocidio y luego con la llegada del joven y malherido Claude, al que acogerán durante unos días.
Cuatro años más tarde, cuando Milan visite Ruanda por primera vez junto a su madre, su estancia allí supondrá para él una experiencia tan honda que acabará cambiando su vida para siempre. Desde ese momento, y a lo largo de dos décadas y sucesivos regresos, Milan irá contando «su Ruanda» con una sinceridad conmovedora: el pasado colonial, las heridas aún abiertas del conflicto y la reconciliación, pero también las animadas veladas en la capital, los nuevos amigos y las escapadas al lago Kivu; y en Kigali conocerá un día a Stella, una niña que intenta desentrañar los secretos familiares a la sombra de un jacarandá, un árbol capaz de florecer tras la tormenta.
Tejida a partir de hechos reales, El jacarandá nos cuenta la emotiva historia de un país que intenta dialogar y perdonar. Con una gran sensibilidad y una elegancia infinita, Gaël Faye ha escrito un himno a la vida que resalta la fuerza de la amistad y el poder de resiliencia del ser humano.
Alexéi Ivánovich, el tutor de la familia del general Zagorianski, se ve arrastrado al vértigo del juego en la ciudad-balneario de Ruletemburgo, un escenario hostil habitado por almas deambulantes donde la fortuna y el destino se entrelazan de manera inextricable. A medida que Alexéi se entrega a la ruleta, la turbación de su espíritu, acentuada por sus sentimientos hacia Polina, la hijastra del general, hará saltar por los aires las relaciones de todos los personajes, atormentados por sus deseos y sobrepasados por la impotencia ante su ruina.
Dostoievski despliega toda su genialidad en una cartografía de pasiones y obsesiones humanas que reflexiona sobre el poder que nuestros deseos incontrolables ejercen sobre nuestra suerte y voluntad. Una obra de profundo cariz autobiográfico que el autor escribió en menos de un mes con la intención de saldar las deudas de su propia adicción al juego y que ahora permite a Navona ampliar su catálogo de Ineludibles con una traducción inédita de Marta Rebón.
Durante las vacaciones navideñas de 2028, una multitud de niños y niñas acuden a la Plaza Roja a recoger un insólito regalo: un efímero Kremlin de azúcar, soluble en el té, símbolo del nuevo Estado ruso. A lo largo de quince capítulos, estos particulares dulces pasarán de mano en mano hasta alcanzar cada estrato de la sociedad «neomedieval» rusa: un mundo en el que los hologramas y los robots conviven con un orden feudal que divide a la población entre señores y siervos, entre opríchniks y oprimidos. Con el virtuosismo y la imaginación desbordante que le son propios, Sorokin urde en este libro un relato de relatos singularísimo, tan mordaz como clarividente, que se lee como una gran enciclopedia del alma rusa y los avatares de todo un país.
En El libro de las hermanas, Amélie Nothomb nos sumerge en un relato sobre los abismos del afecto, el poder devastador de las palabras y la complejidad de las relaciones familiares. Tristane, hija de unos padres atrapados en la burbuja de una pasión mutua en la que no hay espacio para ella, lleva una vida vacía de amor. Su existencia solo se ilumina cuando su hermana pequeña, Laetitia, llega al mundo. A partir de su encuentro, la autora construye una sinfonía íntima y dolorosa que transforma lo cotidiano en un escenario donde amistad y rivalidad conviven con una intensidad sorprendente.
Un relato profundamente humano, y, a su manera, muy cruel, en el que se traza una crónica de los gestos invisibles, las miradas no correspondidas y las emociones sin nombre. Nothomb nos regala una meditación sobre la vida, el amor y la imposibilidad de unos lazos que no se entienden, pero que terminan, sin embargo, por definir nuestro destino.