Eduardo Chirinos (Lima, Perú, 1960-Missoula, Montana, 2016) es conocido como poeta, ensayista, traductor y autor de cuentos para niños. Sus libros de poesía son: Cuadernos de Horacio Morell (1981), Crónicas de un ocioso (Premio Municipalidad de Lima, 1983), Archivo de huellas digitales (Premio Copé, 1985), Rituales del conocimiento y del sueño (1987), El libro de los encuentros (1988), Canciones del herrero del arca (1989), Recuerda, Cuerpo? (1991), El equilibrista de Bayard Street (Premio El Olivo de Oro, 1998).
Rodeado del bullicio de las numerosas familias que veranean en el concurrido Hotel Argentina, en Dubrovnik, Viktor Askenasi, respetado profesor del Instituto de Estudios Orientales de París, soporta a duras penas la asfixiante canícula de la costa dálmata. Cercano a la cincuentena, el profesor ha emprendido un viaje en solitario por el Mediterráneo movido por una inquietud que lo perturba desde siempre y que lo llevó, unos meses antes, a dar un vuelco radical a su vida. Pese a que ha descubierto un reducto de libertad, y está dispuesto a asumir las consecuencias de sus actos como un paso ineludible en el camino hacia la plenitud, Viktor constata que esa libertad tiene una cara imprevista que lo sume en el desconcierto.
Durante el transcurso de una noche, Kristóf asumirá el doble papel de acusado y testigo de la confesión de Greiner, que al desgranar la historia de su matrimonio evidenciará el abismo que separa a los dos hombres: por un lado, el burgués que renunció a la emoción de lo desconocido para perpetuar los sólidos valores de una clase social asentada y autocomplaciente, y por otro, el joven advenedizo que, por conquistar a una mujer que le estaba vedada, se entregó a una existencia erigida sobre la impostura y encorsetada en unos cánones ajenos a su persona.
En la cumbre de su fama como pianista, Z. se dirige en tren a Florencia invitado por el gobierno italiano para dar un concierto. Poco antes de cruzar la frontera se siente indispuesto y, tras su actuación, debe ser ingresado en un hospital florentino aquejado de una rara enfermedad vírica.
Allí, mientras se debate entre la vida y la muerte, tendrá lugar un diálogo intenso y decisivo con el médico que lo atiende, una indagación sin concesiones sobre el precario equilibrio entre el poder curativo de la ciencia y el espíritu de lucha del paciente.
En Diario de sueños, segundo volumen de las Cartas de H. P. Lovecraft, con edición de Javier Calvo, se recogen todos los sueños transcritos en la correspondencia que ha sobrevivido del autor. La publicación de este material, hasta ahora inédito en español, se corresponde con la intención de ilustrar el origen onírico de muchos de sus relatos más conocidos, en unos textos en los que pueden distinguirse perfectamente su visión literaria y su mundo personal, destilado en imágenes y escenas extrañas. Podríamos decir que el alma de Lovecraft se trasluce en todos ellos. Completa el volumen la sección final «Las fabulosas aventuras de la Fraternidad Kappa Alpha Tau», dedicada a las misivas sobre felinos, una de sus pasiones más íntimas que muestra su lado más entrañable.
Junio de 1960. Un temporal mantiene aisladas en la idílica isla de Utakos, frente a Corfú, a nueve personas alojadas en el pequeño hotel local. Nada hace presagiar lo que está a punto de ocurrir: Edith Mander, una discreta turista inglesa, aparece muerta en el pabellón de la playa. Lo que parece un suicidio revela indicios imperceptibles para cualquiera salvo para Hopalong Basil, un actor en decadencia que en otro tiempo encarnó en la pantalla al más célebre detective de todos los tiempos. Nadie como él, acostumbrado a aplicar en el cine las habilidades deductivas de Sherlock Holmes, puede desentrañar lo que de verdad esconde ese enigma clásico de habitación cerrada. En una isla de la que nadie puede salir y a la que nadie puede llegar, inevitablemente todos se acabarán convirtiendo en sospechosos en una fascinante novela-problema donde la literatura policial se mezcla de modo asombroso con la vida.
Pero, ¿cómo llega un escritor realista como Turguénev a escribir relatos de terror? Apoyándose en la realidad: desafiará la naturaleza siempre y cuando no solo lo escrito resulte verosímil, sino cuando reflejen esos temas sociales que siempre han dominado su obra. Klara Mílich y otros relatos de terror de Turguénev no es una mera selección cuentos escalofriantes que recurren al horror con el objetivo de asustar. Turguénev emplea el terror para hablarnos de una forma más poética, más simbólica, de los problemas sociales que siempre desataron su pluma. A través de ellos nos plantea las cuestiones que siempre han interesado y afectado a la humanidad.
Reinaba una densa oscuridad y el viento rugía horriblemente alrededor, pero Dorothy descubrió que la vivienda se movía con suavidad. Luego de las primeras vueltas, y después de un momento en que la casa se inclinó bastante, sintió que la mecían como a un bebé en la cuna.
Este libro fundamental del movimiento contracultural beates una trinchera construida por poemas irreverentes, psicodélicos y libertarios que refleja, sin censura, el desencanto de la política y sociedad norteamericanas.
Desde su publicación en Bogotá (1867) las ediciones de "María" se han multiplicado a lo largo de los siglos XIX y XX. Esencialmente romántica, tiene, sin embargo, elementos realistas y costumbristas que evidencian el interés de su autor por el habla popular. Junto a claras reminiscencias literarias aparecen algunos datos biográficos que han dado lugar a frecuentes polémicas sobre su supuesto carácter autobiográfico.
La conversación es un arte efímero y privado; quizá el más selecto de todos, ya que son muy pocos los elegidos que tienen la fortuna de escuchar y participar en cualquiera de sus mejores representaciones. Casi todos los que tuvieron el privilegio de conocer a Oscar Wilde coinciden en que era un conversador incomparable. Un aspecto esencial de su lúcida y amena conversación se preserva en los incontables e ingeniosos epigramas que brillan a lo largo de toda su obra; su secreto consiste en que, siendo al mismo tiempo ciertos y falsos, siempre amplían nuestra visión de la vida.
La edición actual incluye fotografías de familiares que inspiraron los personajes de la novela, algunos de los cuales, fallecidos entretanto, recuperan su nombre real. En el epílogo («A la sombra de Clara Stauffer»), la autora explica estos y otros detalles, como la impresión que recibió una tarde de finales de marzo de 1997: «Tuve una corazonada. Levanté la vista y, tras coger aire, como un buceador que se propone llegar hasta el fondo, me lancé a recorrer aquella lista negra, sin detenerme antes a leer el artículo. Los ciento cuatro nombres anunciados aparecían por riguroso orden alfabético. No quise saltarme ni uno. Y sí. Allí, entre asesinos y torturadores, entre destacados miembros de la Gestapo y las SS, entre los responsables de uno de los períodos más siniestros en la Historia europea, estaba ella. La única mujer de toda la lista. Clara Stauffer Loewe, la hermana de mi abuela materna. Tuve que leer varias veces la descripción».
Es 23 de abril, fecha de nacimiento de Shakespeare, y las gemelas Dora y Nora Chance, actrices y coristas de segunda fila, se disponen a celebrar sus setenta y cinco años. Suena el timbre: en una tarjeta blanca llega la invitación a la fiesta de su padre, el legendario actor Melchior Hazard, quien nunca ha reconocido a las hermanas como sus hijas y que ese mismo día cumple cien años. Así comienza Niñas sabias, la historia de dos mujeres libres y eternamente jóvenes que, nacidas en el lado equivocado de la ciudad, siempre se han sentido atraídas por el brillo del teatro y la farándula. Desde su insólita infancia y a lo largo de su estrambótica carrera, la vida de las gemelas es una sucesión de episodios grotescos: entre identidades equivocadas, novios prestados, rivalidades acérrimas y fiestas que culminan en incendios, el mundo de Dora y Nora, poblado por una legión de personajes improbables, es un lugar que no admite reglas y en el que reina la desvergüenza suprema.
En 2018, la escritora y poeta estadounidense Maggie Smith, casada y madre de dos hijos, descubre que su marido tiene una relación con otra mujer. En cuestión de días, la realidad que había construido durante más de veinte años se derrumba y da paso a un dolor que convertirá, a través de la escritura, en un renovado compromiso consigo misma.
A base de pequeñas viñetas, pieza a pieza, Smith traza una reflexión llena de empatía y humor sobre la desintegración de un matrimonio que es también un ajuste de cuentas con la feminidad contemporánea, los roles tradicionales de género y las dinámicas de poder que persisten incluso en las parejas más modernas. Página a página, estos fragmentos terminan erigiéndose en un interrogatorio a la familia, el trabajo y el amor.
Todo lo que Annis sabe lo aprendió de su madre: a luchar, a ser fuerte, a crecer en un mundo sumido en la oscuridad. También fue ella quien le contó que su abuela era una guerrera africana que llegó a América como esclava y que el hombre blanco al que ambas llaman «amo» fue quien la engendró: el mismo amo cruel que vendió a su madre a unos hombres del sur.
A Annis le aguarda ahora idéntico destino. Encadenada a una hilera de hombres y mujeres, recorre a pie los hermosos e implacables paisajes del sur de Estados Unidos: desde los campos de arroz de las Carolinas hasta una imponente plantación de azúcar en Luisiana, pasando por los mercados de esclavos de Nueva Orleans. Durante este viaje inhumano, la joven conocerá un mundo repleto de mitos y de espíritus, unos decididos a protegerla y otros dispuestos a traicionarla.
No te imaginas cómo era. Para nosotras, me refiero. Para las mujeres, las esposas.» Tricia es una joven recién casada con un prometedor abogado que trabaja para la Armada estadounidense. Charlene es una entregada ama de casa con tres hijos, tan guapa como intimidante. En el Saigón de 1963, las dos forjan una frágil alianza mientras tratan de compaginar los roles que les han asignado con sus propios deseos y convicciones. Varias décadas después, la hija de Charlene retoma el contacto con Tricia y juntas rememoran esa época crucial de sus vidas: las ansias de maternidad de Tricia y los esfuerzos de Charlene para mejorar las condiciones de los orfanatos en Saigón.
El regalo de la escritura de Mary Oliver es comunicar la belleza sencilla del mundo y hacerla inolvidable. Esto nunca ha sido más cierto que en la luminosa colección de ensayos y poemas que conforma «Vita longa». Con la gracia, la delicadeza y la precisión que caracterizan toda su obra, Mary Oliver nos muestra en este libro que escribir «es una forma de alabar el mundo», y nos sugiere, de forma aparentemente sutil pero inapelable, que leamos sus ensayos y sus poemas como «repentinos aleluyas» con los que celebrar el esplendor de la existencia.
El título hace referencia a los Panoptika, que eran gabinetes de curiosidades, cuartos de maravillas o simplemente muebles en los que algunos nobles y burgueses de otro tiempo coleccionaban objetos exóticos de todos los rincones de la tierra. También se llamaba así a otros raros repertorios, los antiguos Museos de Figuras de Cera. Este libro reúne casi medio centenar de semblanzas del escritor austriaco, producto de su experiencia como corresponsal por buena parte de Europa, donde se mezcló con todo el mundo, viajando en cualquier medio de transporte, alojándose en los hoteles más variopintos y trabajando siempre en la mesa de algún café rodeado de gente que le hablaba sin parar en cualquier idioma.
Fuente Amarga es un pequeño pueblo en el sur de Italia, rodeado por campos áridos a los que los hombres entregan la vida. Un pueblo como muchos, que sin embargo, para quien nace y crece allí, es el cosmos, con sus leyes universales e inmutables. En Fuente Amarga, los «paletos» sufren injusticias y abusos tan atávicos que les parecen naturales como la lluvia y el viento; y la escalera social para ellos tiene dos peldaños: la condición de gleba a ras de suelo y, solo un poco más arriba, la de los pequeños propietarios. Por encima de todos (y de todo), inalcanzables en su condición de caprichosos semidioses, los señores de la tierra, perpetuos custodios del poder al que sirven y representan según el soplo del viento de cada época. Con el advenimiento de la dictadura fascista, el orden social se tambalea, y sobre los fuenteamargados se desencadenan nuevos abusos que constituyen el relato de esta novela.
Los límpidos versos de Manuel Astur, reminiscentes de la obra de Walt Whitman y Mary Oliver, pero también de la poesía clásica china, son un estremecido canto a la vida en que el mundo natural ejerce a un tiempo de cálido refugio e inevitable recordatorio de nuestra finitud. Destellos exógenos de una cruel belleza traen ecos del pasado al poeta, pero también vislumbres de una serenidad que lo reconcilia con la amarga caída del fruto siempre verde de la vida.