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¡AUN AIRE DE FAMILIA (LA PEQUEÑA FILOSOF

Mafalda se hace muchas preguntas, demasiadas preguntas que a menudo irritan y superan a los que la rodean. Nuestra pequeña indignada se cuestiona los temas universales y comparte sus reflexiones sobre el mundo. Mafalda tiene unos padres que la adoran, pero que tiemblan cada vez que la ven acercarse con aire interrogador; y es que su curiosidad no tiene límites y sus preguntas sobre los misterios del mundo también implican a su familia... «Mamá ¿qué te gustaría hacer si tuvieras una vida?» La crítica ha dicho... «Quino, el grande Quino, seguirá vivo en su Mafalda, que nos enseñó que, como siempre, lo urgente no deja tiempo para lo importante.» Héctor Abad Faciolince «Nunca he amado a una mujer que no haya amado previamente a Mafalda.» Manuel Jabois «Qué importante has sido en nuestras vidas. [...] Siempre estaban tus viñetas dando sentido a los detalles absurdos de la vida y la sociedad. Cada lección era un guiño de risa silenciosa que se volvía carcajada y suspiro, filosofía pura, crítica social, lenguaje de gestos expresivos y pequeños detalles, el humor más refinado concentrado en los dibujos. Qué gran compañero has sido.» Ana Merino.
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LA INJUSTICIA (LA PEQUEÑA FILOSOFIA DE M

Mafalda nunca para de hacerse preguntas, demasiadas preguntas, que a menudo irritan y desbordan a todos aquellos que la rodean. En La injusticia nuestra pequeña indignada se plantea los temas universales y comparte sus inesperadas y contundentes reflexiones sobre el mundo. Si hay algo que Mafalda no soporta bajo ningún concepto (además de la sopa) es la injusticia, y no deja de recordárnoslo siempre que tiene ocasión. ¿Por qué hemos de dejar la justicia en manos de los adultos, si estos nunca entienden nada? «Y estos derechos... a respetarlos, ¿eh? ¡No vaya a pasar como con los diez mandamientos!». La crítica ha dicho...«Quino, el grande Quino, seguirá vivo en su Mafalda, que nos enseñó que, como siempre, lo urgente no deja tiempo para lo importante.»Héctor Abad Faciolince «Nunca he amado a una mujer que no haya amado previamente a Mafalda.»Manuel Jabois «Qué importante has sido en nuestras vidas. [...] Siempre estaban tus viñetas dando sentido a los detalles absurdos de la vida y la sociedad.
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¡ASI VA EL MUNDO! (LA PEQUEÑA FILOSOFIA

Mafalda se siente responsable del futuro de la humanidad, mientras que los adultos que la rodean solo se preocupan por banalidades. ¿Qué podemos hacer cuando las cosas van mal? ¿Quién se encarga, pues, de que todo funcione? Con su característico ingenio y sus siempre numerosas preguntas, que a menudo irritan y desbordan a todos aquellos que la rodean, nuestra pequeña indignada se plantea los asuntos que nos competen a todos y comparte sus inesperadas y contundentes reflexiones sobre el mundo, que, quizá hoy más que nunca, no dejan de interpelarnos. «¿Y no será que en este mundo hay cada vez más gente y menos personas?». La crítica ha dicho...«Quino, el grande Quino, seguirá vivo en su Mafalda, que nos enseñó que, como siempre, lo urgente no deja tiempo para lo importante.»Héctor Abad Faciolince «Nunca he amado a una mujer que no haya amado previamente a Mafalda.»Manuel Jabois «Qué importante has sido en nuestras vidas. [...] Siempre estaban tus viñetas dando sentido a los detalles absurdos de la vida y la sociedad. Cada lección era un guiño de risa silenciosa que se volvía carcajada y suspiro, filosofía pura, crítica social, lenguaje de gestos expresivos y pequeños detalles, el humor más refinado concentrado en los dibujos. Qué gran compañero has sido.
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¡AMIGOS PARA SIEMPRE! (LA PEQUEÑA FILOSO

Mafalda y sus amigos son como una pequeña familia, en la que todos tienen sus roles establecidos, con sus encuentros y desencuentros, con sus ocurrencias, que siempre consiguen arrancarnos una sonrisa. Juegan y se pierten, pero también hablan de política, del colegio, de cómo harían ellos las cosas y se preguntan por qué los adultos, con todo su poder, no se mueven ni un ápice para tratar de cambiar el mundo. Y aunque con frecuencia sus preguntas incordian a los mayores, estas siguen siendo hoy de una enorme relevancia y utilidad para ayudarnos a analizar el mundo que nos rodea.
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AMARILIS

Cuatro personajes protagonizan los versos de estos poemas: la mujer que los canta, un Toro, un coro de ancestras y una flor cuyo nombre es Amarilis. Poco o nada sabemos de esa mujer, aunque su voz ―a ratos primaveral y desbocada, a ratos una voz pidiendo auxilio― no cese de cantar. Y es que su canto es el canto de una necesidad: la de quién ha sentido, galopando por las estepas de su cuerpo con las fuerzas desmedidas del anhelo y la pasión, el dominio salvaje del Toro, y ahora, sometida y condenada, en medio de los estragos del amor, no puede sino contarlo, explicarse, medirse a sí misma de nuevo. Obsesionada con los mitos griegos, para ello recurre a Amarilis. ¿Pero quién es Amarilis? ¿Una flor, una deidad campestre, la amada de Títiro en las Bucólicas de Virgilio? ¿Y por qué, ante el ruego confesional de esa mujer, se conmina al silencio? Y el Toro, ¿es toro o encarnación de Dionisio? ¿Las ancestras son abuelas, madres, poetas? ¿Qué saben ellas que no sabe la mujer? Así, ese juego sutil de preguntas cruza constantemente los límites de lo humano, lo animal y lo vegetal, en una metamorfosis en la que todo está deformándose y transformándose de nuevo.
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AMARILLA

Todos los poemas me salen amarillos», escribe Marta Sanz en uno de los versos de este libro. Y es que el amarillo es, aquí, un color último, definitivo, de una acidez que se identifica con un nervioso sentido del humor. Funciona al mismo tiempo como origen y como frontera de todas las cosas que suceden en esta vida: el filo preciso entre la claridad y la tiniebla. Porque estos poemas nacen del fulgor de un destello, y con amarillenta calidez se dirigen a un futuro que languidece; pero no tienen miedo, porque han comprendido que toda luz que brilla es siempre devorada, que todo lo que ilumina es a su vez consumido. Los versos se extienden como un delicado manto sobre el paisaje de lo cotidiano, cruzan las carreteras de una geografía íntima atravesada por la enfermedad, el deseo, la memoria, el final. El cuerpo se convierte en una elegía del paso del tiempo, un encefalograma en el que se registra cada marca, cada afrenta. Amarilla es, por encima de todo, una política de lo íntimo y una intimidad al descubierto, lanzada al mundo.
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EL MAESTRO Y MARGARITA (NVA.TRAD.) (BOL)

Una de las grandes novelas del siglo. Un texto libérrimo, que escapa por todas sus costuras, una rebelión de la imaginación frente al corsé estalinista, un desafío». Marcos Ordóñez, Babelia Moscú, 1930. Sobre la ciudad desciende Satán bajo la forma de un profesor de ciencias ocultas. A partir de entonces, se suceden fenómenos prodigiosos que trastornan la vida de los moscovitas. Entre los afectados está Margarita, a la que Satán ofrece, a cambio de su compañía en una fiesta, la liberación de su amante, el Maestro, que se encuentra en un psiquiátrico después de la mala acogida de su obra sobre Poncio Pilato (que esconde a la figura de Stalin) y Yehosua. Por su gran aliento poético e intención crítica es sin duda una de las obras maestras de la literatura del siglo XX.
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EL ECO FANTASMAL DE UN KOTO

El eco fantasmal de un koto, uno de los relatos menos conocidos de Natsume Sōseki, es la historia del narrador, que está a punto de casarse y se ve sugestionado por la supersticiosa anciana que cuida su casa, quien le habla de una maldición que pondrá en juego la vida de su prometida si no la abandona. En esta nouvelle, que desemboca en un sorprendente desenlace, se mezclan soberbiamente episodios fantasmagóricos con otros que desbordan comicidad y costumbrismo. «Natsume Soseki es considerado el principal escritor de ficción del Japón moderno. Sus complejas obras psicológicas, en las que los ideales tradicionales japoneses se combinan con la forma de la novela realista occidental, han tenido una profunda influencia en los escritores japoneses posteriores. Para cualquier persona seriamente interesada en el desarrollo de la literatura japonesa, el conocimiento de las novelas de Soseki es esencial».
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PEQUEÑA CRONICA. CUATRO RELATOS

El volumen Pequeña crónica. Cuatro relatos lo publicó en 1929 la prestigiosa editorial Insel de Leipzig. Era un pequeño tomo de poco más de cien páginas que aparecía cuando el nombre de Stefan Zweig era ya el más cotizado de entre los autores europeos de la época. Los cuatro relatos que contiene tratan de vidas de personas en apariencia insignificantes, pero colmadas por la pasión; en palabras de Zweig: «…tratan de destinos de gente sencilla, de esos destinos que carecen de relevancia pública pero que para los afectados son tremendamente trágicos». «La colección invisible» recrea la historia de un coleccionista de grabados antiguos de los grandes maestros de la pintura universal. En este relato Zweig reprodujo —llevándola al extremo— algo de su propia pasión por las colecciones de autógrafos de grandes literatos y músicos. Según él, «Todos los coleccionistas son hombres felices», y también lo es en apariencia el protagonista de esta historia, aunque ignore de qué profundo abismo proviene su ilusoria felicidad. «Episodio en el lago de Ginebra» relata la peripecia de un soldado ruso que por misteriosas circunstancias aparece como náufrago en las aguas del bello lago suizo: son tiempos de la Gran Guerra, y el pobre hombre se entera de repente que fronteras y leyes incomprensibles para él le impiden regresar a la patria. «Leporella» es la historia de una obtusa y tétrica sirvienta que por sumisión a su amo es capaz de cometer las acciones más reprobables. La historia parece inspirada en el mejor Poe o en el mejor Maupassant. «Mendel el librero» versa sobre un anticuario de libros omnisciente al que apodan «Libromendel», que lo sabe todo de los libros con los que comercia; desde el vienés café Gluck, donde se ubica el centro de su negocio, este viejo judío se relaciona con los bibliófilos más conocidos del mundo, hasta que la confrontación bélica entre las naciones de Europa trastocará su apacible existencia. Este nuevo volumen de relatos del gran Stefan Zweig prosigue con la iniciativa de Hermida Editores de publicar en castellano estas narraciones tal y como vieron la luz la primera vez que se publicaron en alemán: agrupadas en volúmenes autónomos tal y como lo concibió inicialmente su autor. Con este propósito han aparecido ya los títulos: Novela de ajedrez, Amok. Novelas de pasión, Primera experiencia. Cuatro historias del país de los niños, Confusión de sentimientos. Tres novelas y Miedo.
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RETRATOS (CM)

Truman Capote fue un maestro de las formas breves y un agudo observador y cronista de su época. Las semblanzas que reúne en este volumen son una buena muestra de ambas virtudes. Capote escribe –a veces con ternura, otras con perfidia, siempre con un estilo admirable– sobre figuras que han conformado nuestro imaginario colectivo, trazando una serie de magistrales retratos como el dedicado a las andanzas japonesas de Marlon Brando durante el rodaje de Sayonara; el ya mítico perfil de Marilyn Monroe; una bellísima rememoración en claroscuro de Tennessee Williams; una emotiva aproximación a Elizabeth Taylor; un acercamiento a «esa leyenda moderna» que fue Jane Bowles y otro al arte fotográfico de Cecil Beaton. Y son precisamente los retratos de otro fotógrafo, Richard Avedon, los que inspiran a Capote una serie de certeros perfiles, empezando por el del propio Avedon, y luego, pasando revista a un socarrón John Huston, un ambivalente Chaplin, una coqueta Coco Chanel, un moribundo Somerset Maugham, un errante Ezra Pound, una anciana y fascinante Isak Dinesen, una Mae West de carne y hueso, un Louis Armstrong captado desde la mirada infantil, un Gide que reflexiona sobre Cocteau, un Bogart retratado a través de sus palabras fetiche, un Picasso tan genial que podría provocar instintos asesinos y un Duchamp iconoclasta que bien podría ser su reverso.
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