Entre los malditos reunidos en Raros como yo encontramos escritores que fueron aplaudidos en vida para después caer en el olvido, como Concha Espina; otros despreciados en vida que después han sido rescatados, como Felisberto Hernández; y hallamos también a quienes fueron malditos en vida y aun hoy lo siguen siendo, confinados en las mazmorras donde se encierran las voces que desentonan del coro oficialista. Destaca entre estos últimos el argentino Leonardo Castellani, a quien Prada denomina rubenianamente «padre y maestro mágico que cambió radicalmente mi percepción del oficio literario» y dedica páginas muy hondas y reveladoras. Cierra el volumen un balcón ofrecido a las «rosas de Cataluña», un puñado de escritoras –casi todas ellas de la misma generación– que el autor descubrió fascinado mientras estudiaba la literatura catalana de la Edad de Plata.
La obra maestra de Orwell recrea el ambiente de las fábulas clásicas para que los animales protagonicen un proyecto cooperativo e igualitario, que tardará poco o nada en caricaturizarse a sí mismo. En forma de parábola, la novela despliega un alegato implacable contra toda forma de totalitarismo. Escrita en 1945, recién acabada la guerra, Rebelión en la granja denuncia el germen corrupto que se propaga en tantas revoluciones, cuyos líderes adoptan conductas y rituales característicos del sistema opresor que pretendían derrocar.
La mayor parte de las narraciones incluidas en este volumen rememoran y dan forma a las intensas experiencias vividas por Jack London (1876-1916) durante el largo viaje que realizó entre 1907 y 1909 a Polinesia. Pese a estar recorridos siempre por una corriente de humor o de fina ironía, estos Relatos de los Mares del Sur expresan, sin embargo, las obsesiones y convicciones que dominaron la existencia del inquieto autor de Colmillo blanco, La llamada de la naturaleza o El vagabundo de las estrellas, todas ellas publicadas en esta colección: en los conflictos que se plantean en ellos la victoria nunca será de la moral, la ética o los ideales, sino de las fuerzas primigenias, del ímpetu ciego de la naturaleza o de la violencia de los hombres.
En este libro crudo y tierno, entre la emoción y la dureza, los recuerdos se ligan a los ritmos de las rondas infantiles. Llega el momento en la vida en que los juegos y cantos pierden su inocencia. Una muchacha educada, pero también traviesa, que toca el piano, practica esgrima y se pelea con su hermana, transita la traumática experiencia que separa la niñez de la adolescencia. El despertar del cuerpo y el encanto por lo prohibido pautan las rondas de una niña que se quiere comer y «amanecer al mundo / desflorada a besos». La Biblioteca Elena Poniatowska reúne la obra narrativa, ensayística y periodística de la autora que ha explorado con maestría el género que ha tenido enfrente. En Rondas de la niña mala la poesía evoca los fogosos años de la juventud y el descubrimiento de la sensualidad y sus delirios.
En los albores del siglo XIX, viajamos de la mano de Jane Austen a Sanditon, una localidad costera decidida a convertirse en el reclamo turístico del momento: un balneario excepcional para recibir a la más alta sociedad, un lugar de recreo y sanatorio gracias a las virtudes del mar. Allí, asistiremos a la pugna de sus personajes por lograr ubicar Sanditon en el mapa.
En pleno cambio social, la autora, sagaz observadora, desenfunda el sable de su afilada ironía y retrata a una comunidad excéntrica, dividida entre personajes pretenciosos y arrogantes. Sanditon es su última e inconclusa novela y un regalo póstumo para sus lectores.