Gemma Doyle regenta, junto a su gato Moriarty, la Sherlock Holmes Bookshop, una librería especializada en el famoso detective y ubicada en el número 222 de Baker Street de Cape Cod. Tras la visita de un grupo de jugadoras de bridge, Gemma encuentra una revista rara y muy valiosa que contiene la primera historia de Sherlock Holmes. Un hallazgo trascendente que deja de parecer fortuito cuando una de las mujeres que visitaron la tienda aparece muerta. Desde el principio, Gemma será la principal sospechosa, pero, con ayuda de su amiga Jayne, que dirige el Salón del Té de la Señora Hudson, se pondrán manos a la obra para investigar y limpiar su nombre siguiendo las pistas de un atractivo experto en libros raros.
Marcel Proust escribe con una diferencia de cinco años, de tres si nos atenemos a la fecha del último "salón" publicado (1905) y el primer "pastiche" (1908), estos dos conjuntos de textos presididos por una idea absolutamente distinta. Si los Salones pertenecen al mundo en que se ha movido la primera juventud del autor y en el que ha nacido su primer libro, Los placeres y los días (1896), en El caso Lemoine se trata de una gimnasia del oficio de la escritura, de un ejercicio de análisis de estilos ajenos a traves de un caso de crónica de sucesos: la estafa de un tal Lemoine a la más alta compañía de diamantes del mundo. En los Salones encontramos un Proust alabancero, que reseña, bajo pseudónimo y en Le Figaro, actos sociales de ese mundo aristocrático con el que más tarde saldaría cuentas críticas en distintos volúmenes de A la busca del tiempo perdido, su obra capital (en 'La parte de Guermantes' y 'Sodoma y Gomorra' sobre todo, y tan acerbas como en el viscontiniano "Baile de las Cabezas" de 'El tiempo recobrado').
Esta obra narra la apasionada historia de amor entre Diego Pacheco ?un donjuán?, y Asís Taboada, marquesa de Andrade ?viuda, atractiva y respetable?, que se fragua durante las fiestas madrileñas de San Isidro. Al conocer a Pacheco, Asís se da cuenta de que, para poder recuperar su vida, antes debe atender a sus necesidades, huyendo del decoro y las exigencias sociales. Un canto a la sensualidad y la libertad de las mujeres, en una novela soberbia, fresca y amena, que no deja indiferente.
Virginia Woolf fue una mujer apasionada, con una gran vitalidad y un fino sentido del humor. Gracias a los artículos que comenzó a escribir desde muy temprana edad, es posible apreciar cómo su faceta de ensayista fue evolucionando. La presente selección de ensayos nos permite descubrir, además de su talento y su amor por la vida, sus reflexiones sobre las limitaciones asociadas al género o la importancia de una vida dedicada a la escritura.
Leah ha vivido con akinetopsia, o ceguera al movimiento, desde que era niña. Durante los últimos veinte años, no ha podido percibir el movimiento. Mientras pasea por su vecindario en Upper Manhattan con su bastón blanco guiando el camino, la mayoría de la gente asume que es ciega. Pero la verdad es que Leah ve mucho, y con sus agudos sentidos del olfato y la audición, muy poco escapa a su atención.
Lleva una vida tranquila y ordenada, con poco contacto humano más allá de su ama de llaves de toda la vida, su psicólogo y su anciana vecina. Todo eso cambia cuando Alice se muda al apartamento de al lado y Leah puede oler de inmediato la ansiedad que emana de ella. Lo que es peor, Leah no puede evitar escuchar a Alice y a un visitante nocturno involucrarse en una violenta discusión. Preocupada, entabla amistad con su vecina y descubre que Alice está en medio de un complicado divorcio de un esposo abusivo.
Luego, una noche, Leah se despierta con alguien en su apartamento. Pierde el conocimiento y por la mañana se pregunta si soñó el episodio. Sin embargo, el aroma del intruso la sigue a todas partes. Y cuando escucha a Alice al otro lado de la pared suplicando su ayuda, Leah toma una decisión que pondrá a prueba su valentía, su fuerza y, en última instancia, su cordura.