Bartleby, el escribiente es un magnífico y conmovedor relato, cuya lectura resulta inquietante, divertida y perturbadora. Su protagonista, un peculiar copista judicial que trabaja en un despacho de abogados en Nueva York, decide un buen día, para sorpresa de su jefe, negarse a seguir copiando con la famosa frase «preferiría no hacerlo». Aún hoy, la motivación de Bartleby sigue siendo un exquisito misterio literario, pero la determinación y la sosegada delicadeza con la que se atreve a decir «no» hará que pase a la posteridad como un hombre que eligió la libertad. Herman Melville creó así un personaje paradigmático que influyó notablemente en autores posteriores y que se ha convertido en referente en la historia de la literatura.
Conmemoramos el bicentenario del nacimiento de Melville con la edición de una de sus obras más célebres que incluye, además, una introducción de Enrique Vila-Matas.
«Preferiría no hacerlo -repetí yo como si fuera su eco, levantándome muy alterado y cruzando la habitación de una zancada-. ¿Qué quiere decir?»
Considerada una obra maestra de la narración corta, Bartleby, el escribiente constituye una pieza anticipatoria de la literatura existencialista y del absurdo. A través del protagonista, un escribiente que se enfrenta a las demandas de la realidad con una inquietante respuesta, «preferiría no hacerlo», el estoicismo, la ironía, el humor y el sordo desasosiego alegórico presente en la obra del Melville se aúnan para expresar la obstinación del ser humano en su afán de obtener respuesta a las grandes preguntas o, al menos, seguir buscándolas.
Esta edición presenta una traducción de María José Chulia y una brillante introducción de Enrique Vila-Matas, que reflexiona sobre esta historia que tiene un claro paralelismo con Kafka y ha influenciado a autores como Beckett, Camus, Gombrowicz o el mismo Vila-Matas.
Entre todos los héroes salvajes y brutales inventados por el creador de Conan, Robert E. Howard, el rey picto Bran Mak Morn guarda un origen más próximo a la historia. Se debe a la ascendencia escocesa-irlandesa de este autor, discípulo y amigo de Lovecraft, y principal impulsor del género de «espada y brujería». Considerado junto a Tolkien uno de los escritores más influyentes de la fantasía heroica moderna, Howard narra en estas aventuras la encarnizada lucha que, capitaneados por su último rey, sostuvieron los pictos britanos a finales del siglo III de la era cristiana contra las legiones de Roma. Cuenta la épica de una raza que avanza inexorablemente hacia su extinción, mientras intenta detener el rastro de muerte que dejan a su paso las águilas romanas.
H. D. Thoreau mostró al mundo la importancia fundamental de la naturaleza en su relación con el ser humano cuando decidió irse a vivir en mitad del bosque y publicar su experiencia. Después de aquella obra cumbre, Walden, el autor volcaba en este librito sus reflexiones en torno al arte de caminar. Salir y explorar los lugares más remotos, pisar caminos y bosques no solo libera nuestra mente, sino que también nos asoma a una vida más sencilla y auténtica, más cercana al primigenio estado salvaje.
Cándido cuenta las desventuras de un viajero optimista que se aferra desesperadamente a la creencia leibniziana de que vive en "el mejor de los mundos posibles". Cruel, divertida y en ocasiones escandalosa, la inmortal narración del filósofo francés lleva a Cándido en un viaje alrededor del mundo para descubrir que ―contrariamente a las enseñanzas de su distinguido tutor, el Dr. Pangloss― no todo ocurre siempre para bien. Una obra que, bajo la forma de sátira, propone una profunda reflexión sobre los aprendizajes de la experiencia humana cuyo mensaje sigue totalmente vigente para el lector del siglo XXI.
El volumen incluye, junto a la edición anotada del texto, un ensayo de Francisco Rico titulado Un canto de frontera: «La gesta de Mio Cid el de Bivar» y estudios de Alberto Montaner que abordan cuestiones como
la composición de la obra, el poema épico y su contexto, la constitución interna del Cantar y la historia del texto.
La épica consiste, como ya definía Aristóteles, en la representación de un héroe esforzado mediante una narración poética. En el caso del Cantar de Mio Cid tal presentación resulta perfectamente ajustada a su contenido y refleja lo que podría considerarse la línea maestra de su construcción interna.