Un cúmulo de circunstancias extraordinarias puso durante diez meses al historiador Emmanuel de Las Casses junto a uno de los hombres más extraordinarios que han conocido los siglos. El universo del arte, la literatura y la historia han preservado y avivado la gloria y hazañas de Napoleón Bonaparte. Pero pocos conocieron los verdaderos matices de su carácter, sus cualidades privadas, las inclinaciones naturales de su corazón y su profunda sabiduría. Este es el gran vacío que colma el Memorial de Santa Elena. El autor recopiló y escribió, día por día, cuanto oyó decir y cuanto vio hacer a Napoleón, durante el tiempo que pasó a su lado en su forzoso exilio en la isla. En esta selección de sus palabras se escucha al hombre y al sabio, no solo al guerrero y al emperador. Publicado por vez primera entre 1822 y 1823, inmediatamente tras la muerte de Napoleón, dio a conocer lo que hasta entonces nadie había visto, al hombre sabio oculto a los ojos de las muchedumbres por la grandeza misma de sus hechos.
Un clásico inagotable, que sigue hablándonos como en la época de su primera publicación.
Edición de Florencio Sevilla Arroyo, catedrático de literatura española en la Universidad Autónoma de Madrid
Un éxito desde su publicación en dos partes (1605 y 1615), Don Quijote de la Mancha es con toda seguridad la mayor novela jamás escrita. Cuenta la historia de un hidalgo que, enloquecido por la lectura excesiva, recorre España en busca de aventura, justicia y gloria. Las múltiples interpretaciones de la obra reflejan su riqueza de significados y contenido: una crítica de las novelas de caballerías, la contraposición entre realismo e idealismo, o una sátira de las ilusiones cortesanas. Con las divertidas andanzas de su ingenioso protagonista, Cervantes retrató la complejidad de lo humano y dio al arte literario su más alta expresión.
Esta edición al cuidado de Florencio Sevilla Arroyo, catedrático de literatura española de la Universidad Autónoma de Madrid, incluye una introducción que contextualiza la obra, un aparato de notas, una cronología y una bibliografía esencial, así como propuestas de debate en torno a la lectura.
Edición conmemorativa de la gran novela picaresca de Charles Dickens
La historia del pequeño Oliver, criado en un hospicio, empleado en una funeraria y reclutado por una banda de ladrones que el no reconoce como tales, no solo es un soberbio escaparate de celeberrimas creaciones dickensianas, sino que además resulta un magnífico y apasionante relato sobre la inocencia acosada. Los distintos personajes que el heroe va encontrando en su camino nos descubren al Dickens idílico y sentimental, en una de las muestras más perdurables de su genio.
Esta edición especial, publicada cuando se cumplen ciento cincuenta años de la muerte del autor, no puede faltar en ninguna biblioteca personal con vocación de permanencia.
Con la presente edición de su Teatro completo, que permite, por primera vez, la consulta de la edición facsimilar y dactilográfica, realizamos un extenso recorrido que se inicia con Los Topos y termina con La piedra cansada. En total son doce obras póstumas en las que las influencias de autores como Piscator, Eisenstein, Kirshon o Tairov van a ser decisivas a la hora de dar respuesta a una nueva concepción de los espacios escénicos, al igual que ya estaba operando desde su poesía ese «asalto al lenguaje», «el habla plural» que le convertiría en uno de los herederos de la universalidad.
El volumen 5 de la BCRAE presenta la obra más conocida de Don Juan Manuel, El conde Lucanor (1335), colección de cincuenta ejemplos, tres colecciones de proverbios progresivamente más complejos y un tratado de doctrina cristiana.
La unidad de esta obra se debe, por un lado, a su propósito didáctico, de educación de los nobles de su tiempo, y por otro a la constante presencia de dos interlocutores, el conde Lucanor y su ayo Patronio, quien aconseja, a través de los distintos procedimientos didácticos a su disposición, el saber teórico y práctico que necesitaba reunir un aristócrata de su tiempo, y con él cualquier lector u oyente del libro.
Las cuarenta y cinco canciones de Hadewijch publicadas en este libro deben situarse en la cima de la creación lírica medieval. Tratan acerca del amor, Minne, y lo hacen de un modo nuevo, porque el amor de Hadewijch es amor a Dios, pero expresado según el estilo de los poetas del amor profano, trovadores y Minnesänger. Esta combinación genera una profunda sensación de extrañeza que embarga por la belleza de sus versos en los que dominan potentes imágenes destinadas a visualizar un sentimiento cuya vehemencia está más allá de toda mesura. Es la furia del amor.
Nada sabemos de Hadewijch, salvo lo que puede deducirse de su obra compuesta, además de estas Canciones, por treinta y una cartas en prosa, catorce visiones y dieciséis poemas rimados, que la tradición manuscrita nos transmite en su totalidad como una edición cuidada por su misma autora, algo muy raro en la Edad Media. Hadewijch vivió en la primera mitad del siglo XIII en Brabante, una encrucijada lingüística como se pone de manifiesto en estas Canciones en vulgar, brabantino o neerlandés, en las que aparecen elementos románicos y germánicos. Era una «mujer religiosa» fuera de la orden monástica, una beguina, y maestra de beguinas, según se desprende del tono didáctico de toda su producción, que busca sobre todo ofrecer una orientación espiritual. Su obra deja traslucir una elevada cultura por la presencia tanto de teólogos latinos como Guillermo de Saint Thierry o Ricardo de Saint-Victor, como de la tradición trovadoresca, lo que permite suponer que su depurada técnica musical y poética debió adquirirla en un castillo donde imperara un refinado ambiente cortesano.