Estas páginas transportan al lector a un tiempo y a un lugar fascinantes. Es la América prerrevolucionaria en la que, al tiempo que avanza la colonización y mientras los imperios europeos se disputan tierras que sólo les pertenecen sobre el papel, sus legítimos poseedores, los indios, ven extinguirse sus pueblos sin remedio. En ese entorno, esta historia de amor, crueldad, heroísmo y «americanidad», ha cautivado desde su aparición la imaginación del público.
El protagonista de la novela es Wilfredo de Ivanhoe, un joven y valeroso caballero de la corte de Ricardo Corazón de León. La novela narra los amores de Ivanhoe con lady Rowena, una dama sajona, así como la diferenciación entre sajones y sus dominadores normandos. Ivanhoe pertenece a una de las familias nobles sajonas en un momento en que la nobleza de Inglaterra era abrumadoramente normanda. Las simpatías de Scott están claramente del lado de los sajones, en especial de su líder, Cedric, y de todo su entorno.
La hipocresía era, y así lo denunció Twain en su obra, la base de una sociedad pervertida y a su vez pervertidora. Con un chico como Huck, de la clase social más baja en la Norteamérica de aquel tiempo, podía el escritor mostrar cómo el hombre estaba equivocado en sus concepciones morales. El muchacho ha de decidir si sigue lo que la sociedad dicta como bueno o lo que su corazón le sugiere, aunque esto sea precisamente lo contrario de lo que la moral predica como correcto.
Mencionada apenas en los Evangelios, la figura de Salomé atrajo ya desde la Edad Media la imaginación de los artistas figurativos. Sin embargo, fue sobre todo a partir del siglo XIX, y especialmente en el último cuarto de este siglo y el primero del XX, cuando alcanzó un lugar preeminente en el imaginario artístico moderno como figura en la que confluyen belleza y maldad, esplendor y lujuria, así como esa exacerbación de los sentidos cuya búsqueda es tan propia de la época. Escrita originalmente en francés en 1891 durante un larga estancia en París, Oscar Wilde aunó en Salomé la visión clásica transmitida por Flaubert en obras como «Salambó» o «Herodías» con la mirada decadente llena de oros bizantinos del pintor Gustave Moreau, para alumbrar una obra magnífica en la que laten la violencia y la sexualidad.
El presente volumen recoge los relatos en los que brilla el Oscar Wilde más irónico e ingenioso. Además del célebre cuento que tiene como protagonista a "El fantasma de Canterville", melancólico y asendereado, completan el libro «El crimen de lord Arthur Savile», «La esfinge sin secreto» y «El modelo millonario». Otras obras del mismo autor en esta colección: El retrato de Dorian Gray, El Príncipe Feliz / Una casa de granadas y De profundis / Balada de la cárcel de Reading.
Antígona, hija del rey Edipo, se debate entre ceñirse a la ley impuesta o infringirla para honrar a su difunto hermano
Antígona está basada en el mito de la mujer que se atrevió a enfrentarse a los hombres para lograr sus propósitos. En esencia, la trama de la obra plantea una reflexión sobre la tiranía, las razones del estado y los dilemas de conciencia. Representada por primera vez en el año 442 a.C., Sófocles utilizó personajes arquetípicos para contraponer dos nociones opuestas del deber: el respeto a las normas religiosas frente a las civiles, caracterizadas unas por Antígona y las otras por Creonte.
Esta edición cuenta con la traducción y el prólogo Luis Gil, profesor emérito en la Universidad Complutense de Madrid. Incluye, además, el estudio en forma de epílogo realizado por los profesores de comunicación audiovisual de la Universidad Pompeu Fabra Jordi Balló y Xavier Pérez.
«Y ¿qué derecho divino he transgredido? Mas ¿por qué he de poner, desdichada de mí, mi vista aún en los dioses? ¿A qué aliado puedo invocar?»