Alicia en el país de las maravillas. Alicia se aburre. Alicia desea vivir una aventura… y eso es lo que le sucederá cuando se cruce con un conejo blanco que llega tarde y lo siga por su madriguera hasta una tierra diferente, un mundo plagado de cosas extrañas y maravillosas, donde las orugas fuman en pipa, los gatos se desvanecen ante sus ojos, se celebran los no cumpleaños y las reinas cortan cabezas. Alicia a través del espejo. Continuación de Alicia en el País de las maravillas. Ocurre seis meses después de la historia original. El autor mantiene la exploración de los temas infantiles, los juegos de palabras y el simbolismo que caracterizaron a su obra más famosa. Alicia descubre esta vez un mundo nuevo, lleno de personajes coloridos y muchas más aventuras fantásticas.
Meg quiere casarse con un buen hombre y formar una familia; Jo sueña con convertirse en una escritora famosa; Beth se conforma con tener siempre un piano junto a ella con el que poder deleitar a su familia, y Amy está firmemente decidida a entrar a formar parte de la alta sociedad. Ellas son las hermanas March, cuatro mujercitas en trance de convertirse en adultas, abiertas a la vida y sus complicaciones, en plena educación sentimental. Esta deliciosa, divertida y emotiva historia, escrita sobre el lienzo de un salón burgués y con el telón de fondo de la guerra de Secesión, es la obra maestra de Lousia May Alcott, un ejemplo incomparable de novela de aprendizaje y un clásico inmortal leído con entusiasmo generación tras generación. La autora logro plasmar el crecimiento intelectual y emocional de sus mujercitas desde el espíritu de libertad individual y autenticidad o self-reliance que defendía el trascendentalismo, con una visión tan adelantada a su época que aun hoy conserva toda su frescura.
La gran mansión de Netherfield Park, en la campiña inglesa, tiene nuevo inquilino: el señor Charles Bingley, un joven rico, atractivo y además... soltero. Con la llegada de este buen partido se despiertan las ambiciones de las familias de todo el vecindario, y la revolución es singularmente notable en la casa familiar, de posición más bien modesta, de las cinco hermanas Bennet: Jane, Elizabeth, Mary, Kitty y Lydia. Pronto hará su aparición en la región otro joven, Fitzwilliam Darcy, también adinerado y apuesto, y cuya arrogancia y misterio no dejará indiferente a Elisabeth, la más rebelde de las hermanas… En Orgullo y prejuicio, la novela que la consagró, Jane Austen representa ante nuestros ojos —con su estilo inconfundible de ironía y de aguda sensibilidad para observar la vida y captar todos los recovecos de la mente y del corazón humano— la dramática lucha entre los sentimientos y las conveniencias sociales que caracterizó la sociedad burguesa británica del siglo XIX.
En el escenario opresivo de un escarpado, oscuro y ventoso paisaje rural de la Inglaterra victoriana, entre las cumbres borrascosas que simbolizan el agitado mundo interior de los protagonistas, Emily Brontë situó la imposible relación entre el joven Heatcliff, de origen humilde, y la adinerada Catherine Earnshaw. Rechazado y humillado por su baja clase social, obligado a renunciar al paraíso, Heatcliff se rebelará contra su destino con el poder de un ángel caído que se rebela contra Dios, consagrando su fuerza y su energía salvaje, implacable, a destruir esos valores tradicionales y eternos que le han sido negados: “He vencido a mis antiguos enemigos y ahora puedo, si quiero, completar mi venganza en sus descendientes”.
El poema que les presentamos fue escrito en hexámetros griegos, y en él se narran las aventuras de Ulises, rey de Ítaca, a su regreso de la Guerra de Troya. Son célebres los episodios del cíclope Polifemo, de la hechicera Circe, de la ninfa Calipso, de Nausícaa y la llegada de Ulises a su patria, el encuentro con Telémaco, la muerte de los pretendientes y el reconocimiento por su fiel esposa Penélope.
El poema consta de 15 675 hexámetros y describe solamente un episodio de la guerra, con una duración de cincuenta y un días, y haciendo especial énfasis en la disputa de Aquiles con Agamenón, la cólera del primero y sus terribles consecuencias. El que pudiéramos llamar «ciclo troyano» comprende además de La Ilíada, los siguientes poemas: La Cipriada, Los Nostoi, La Odisea y La Telegonía.