Historia del amor imposible entre Catherine y Heathcliff ambientada en Yorkshire, Cumbres Borrascosas constituye una asombrosa visión del destino, la pasión y la venganza. Emily Brontë rompió con los cánones del decoro de su tiempo tanto en cuanto al tema como a la descripción de los personajes, pero la originalidad de su estructura narrativa y la fuerza de su lenguaje la convirtieron en una de las obras más perdurables e influyentes de la literatura inglesa.
Con su amable ironía, sus diálogos chispeantes, su desenlace romántico y sus enérgicas heroínas, Orgullo y prejuicio es la novela más popular de Jane Austen. La historia de amor de Elizabeth Bennet y Fitzwilliam Darcy, que primero se rechazan, luego se desafían y alcabo se cautivan el uno al otro, es también una novela sobre la búsqueda de la felicidad y laa firmación de la identidad en un mundo de estrictas normas sociales, donde una mujer tiene que casarse bien para salir adelante.
Reunidas por primera vez en un volumen independiente, aquí se presentan las catorce cartas que se han conservado de la correspondencia entre Gustave Flaubert y Charles Baudelaire, los dos «padres» de la modernidad literaria –el primero en lo que respecta a la novela y el segundo a la poesía–, fechadas entre los años 1857 y 1862. Si bien no se puede saber con exactitud cuándo y dónde se conocieron –probablemente en alguna de las tertulias, salones o reuniones culturales que se celebraban frecuentemente en el bullicioso París de aquellos años– estas cartas cruzadas son un pretexto que le brinda a Ignacio Echevarría la oportunidad de vehicular a través de ellas un ensayo, a modo de prólogo, sobre las semejanzas y los contrastes entre las vidas y las obras de ambos genios. Un acercamiento perspicaz al tema, siempre fértil e interesante, de las vidas paralelas.
«¿Fueron Baudelaire y Flaubert amigos? Sin duda se tuvieron mutuamente por tales, y lo fueron hasta donde lo permitieron sus trayectorias tan divergentes. Se trataron con aprecio y cortesía, se rindieron mutuamente sinceros elogios; hasta cierto punto, formaron parte del mismo bando, tanto en lo que respecta a la clase social a la que pertenecían como a sus posiciones estéticas e incluso políticas. La común calamidad de ser procesados por daños a la moral pública con pocos meses de diferencia, el mismo año 1857, contribuyó sin duda a estrechar sus vínculos solidarios. Pese a lo cual, no cabe hablar de una amistad íntima. No hubo lugar para eso. Se encontraron en contadas ocasiones. Apenas conversaron a solas algunas veces. La correspondencia que mantuvieron, y que aquí se reúne, es escasa y más bien formal, si bien contiene manifestaciones inequívocas de admiración y de simpatía.» IGNACIO ECHEVARRÍA, en el prólogo
Aunque Arthur Conan Doyle escribió más historias de Sherlock Holmes, estas son las últimas en orden de cronología interna. Vemos aquí a un Holmes retirado en la campiña inglesa, más interesado por la apicultura que por resolver casos. Solo la inminente guerra con Alemania logrará sacar de su retiro voluntario a Holmes, que pondrá todo su ingenio y habilidades al servicio de su país en «Su último saludo».
Estos siete relatos crepusculares de Sherlock Holmes nos muestran cómo el genial inquilino del 221B de Baker Street se adapta a un mundo cambiante, eso sí, sin perder la capacidad de deleitar a los lectores.
Inspirándose en una antigua leyenda acerca de la rivalidad entre dos familias de la Italia medieval, William Shakespeare (1564-1616) encarnó en la tragedia de Romeo y Julieta el símbolo universal por excelencia del amor juvenil contrariado. La feroz enemistad entre el clan de los Capuletos y el de los Montescos no consigue, en efecto, evitar que dos jóvenes miembros de ambos se enamoren y lleguen a casarse en secreto, unión que la oposición de sus progenitores y las pasiones ajenas tornarán funesta. La obra, que ha emocionado a lectores de todos los tiempos, ha atraído en nuestra época, por su poderosa fuerza dramática, la atención de numerosos cineastas, coreógrafos y compositores, que la han hecho objeto de las más variadas versiones y adaptaciones.
En los inicios de su carrera como dramaturgo, William Shakespeare (1564-1616) compuso su obra más alegre y desenfadada, Sueño de una noche de verano (1594). Mitología, costumbrismo cómico, bromas, equívocos, humor y poesía conviven dentro de ella en una zarabanda mágica ambientada en la noche pagana de San Juan, en la que todo es posible, si bien al final, frente al caos, se imponen el orden y la armonía. Esta alocada fantasía de amor está, como no puede ser de otra manera, teñida de elementos inconscientes y oníricos, y de entre la galería de personajes que la pueblan, Oberón y el duendecillo Puck han alcanzado fortuna en la memoria de los hombres.