En 1925, la editorial George G. Harrap de Londres realizó un nuevo encargo a Harry Clarke, que en su propia opinión, sería el mejor de sus trabajos, y probablemente uno de los más curiosos: el poema dramático Fausto, de Johann Wolfgang von Goethe, obra cumbre de la literatura universal. La virtuosa ejecución de las más de setenta imágenes que iluminan esta tragedia deslumbra por su perturbador estilo vanguardista. Las ilustraciones de Clarke convierten la lectura del gran poeta alemán en una nueva experiencia estética y literaria. Una edición esencial, nunca antes publicada en castellano, con la reconocida traducción del poeta español José María Valverde.
La brevedad del relato del génesis lleva a la imaginación del poeta a plantearse sugestivos interrogantes respecto a la historia de Adán y Eva: ¿qué sintieron aquellos adultos sin infamia al despertar en el Paraíso? ¿Cómo fue su encuentro? ¿Qué les hizo desobedecer a Dios? ¿Qué se dijeron al conocer su culpa y espantoso castigo? Como toda obra clásica de renombre universal, El Paraíso perdido da pie a numerosas lecturas. En ella están las tradiciones clásicas de Homero y Virgilio, la deslumbrante imaginación creadora del Renacimiento, las concepciones del universo elaboradas por los astrónomos o las respuestas a los misterios de la teología; todo el saber humanista y científico de su época entran en este inmenso crisol donde el lector encontrará siempre lo que busca.
La Odisea es, junto con la Ilíada, el primer poema épico fundamental de la literatura griega, lo que equivale a decir de la literatura europea, una obra maestra de la literatura universal de todos los tiempos, cuya autoría se atribuye al poeta Homero (de cuya vida nada sabemos con seguridad y nada cierto sabían tampoco los antiguos griegos). Fechado en la segunda mitad del siglo VIII a.C. y escrito en griego (en los primeros años de ese siglo o en los últimos del anterior se realizó la adaptación del alfabeto fenicio a la lengua griega), el poema narra los diez años que transcurren en el viaje de vuelta de Odiseo (Ulises), una vez acabada la guerra, desde Troya hasta su tierra natal, la isla de Ítaca, de la que era rey, y donde lo aguarda su mujer Penélope.
El viaje de un niño de nueve años a través de la estepa ucraniana, rumbo al instituto en que habrá de cursar sus primeros estudios, dibuja la línea argumental de La estepa (1888), la novela corta que proporcionó a Chéjov reconocimiento y que le convirtió en un escritor de éxito.En El barranco (1900), donde el adulterio alterna con el asesinato y los más variados delitos, una impresión de fluidez conseguida sin forzar en ningún momento el estilo caracteriza el relato de principio a fin.Estas dos narraciones son un magnífico ejemplo del arte de Chéjov, cuya influencia se dejó notar inmediatamente en sus contemporáneos y que aún hoy sigue vigente en modernas tendencias como el minimalismo y el realismo sucio.
Publicada en 1774, revisada en 1787, Las penas del joven Werther es quizá una de las obras más influyentes de la literatura universal. El «efecto Werther» no sólo creó tendencias literarias y modas en el vestir, sino también una peculiar oleada de suicidios. Fue libro de cabecera de Napoleón? y también del monstruo de Frankenstein. Todos ?clásicos y románticos? quisieron apropiarse de él: fue icono del sentimentalismo y héroe de la exaltación revolucionaria; también fue, como dijo Thomas Mann, «el horror y el espanto de los moralistas». Al final de su vida, Goethe lamentaba que la mayoría de los jóvenes que peregrinaban a Weimar para visitarlo sólo conocieran esa obra suya. Hoy leer las desventuras de este joven artista burgués que, a raíz de un amor prohibido, descubre su insospechada comunidad con los locos, los humildes, los desdichados y hasta los asesinos no anula ni el distanciamiento ni la identificación. Werther sigue preguntándonos si pactar es una necesidad o una rendición. Sigue apuntando a nuestro yo, y lo que significa conservarlo. Sigue hablando de nosotros mismos.Este volumen incluye las clásicas ilustraciones de Daniel Nikolaus Chodowiecki para las primeras ediciones del libro.
En el presente texto, publicado en 1810 en el Berliner Abendblätter, Kleist narra su encuentro con un célebre artista que confiesa ver en el teatro de marionetas una forma de arte superior incluso a la danza humana. Los ingrávidos títeres de los espectáculos populares se convierten así no sólo en símbolo de la gracia, sino también de otro estadio de la existencia libre del peso de la conciencia que lastra al ser humano. El presente volumen incluye además otros textos breves relacionados con el teatro, la pintura, el pensamiento y la música en los que Kleist pone de manifiesto la fragilidad del espíritu ante las fuerzas inconscientes que subyacen a la voluntad humana. Asimismo, Víctor Molina ofrece una enriquecedora lectura de «Sobre el teatro de marionetas», texto de culto para varias generaciones de artistas escénicos, poetas y pensadores.