La figura de la primera poeta del mundo occidental está envuelta en un misterio que ha suscitado curiosidad, admiración y rechazo a lo largo de los siglos. Su poesía pertenece a un conjunto de artes que los griegos llamaban mousike ("el arte de las Musas") y fue creada para ser cantada, acompañada de música y a veces de danza. En sus poemas se ocupa principalmente del amor y la belleza, y su estilo, natural y elegante, resulta asombrosamente actual. Cada epoca ha creído descubrir "su verdad" sobre Safo, pero el hecho de que conservemos su obra solo en forma de fragmentos hace que no deje de ser todavía un enigma.
una selección poetica de sus Cantos y algunos de sus relatos y diálogos filosóficos conocidos como Opúsculos morales. Se trata, en suma, de un acercamiento a las principales líneas de pensamiento del gran autor italiano: su teoría del placer; su concepción de lo infinito, la nada o el recuerdo; sus análisis comparados entre el mundo antiguo y el moderno, entre naturaleza, razón y arte, poesía y filosofía o ilusión y realidad; y a su figuración poetica, a la que se accede a traves de los símbolos que dan título a la antología.
La publicación de "Ángel Guerra" supone un giro en la novelística galdosiana que, para muchos críticos, constituye una toma de conciencia del autor con respecto a las cuestiones espirituales y religiosas, en un intento de plantear un cambio de valores en la sociedad. Como en las posteriores "Nazarín" y "Halma", que completan junto con "Misericordia" su llamado "ciclo espiritual", Galdós asienta su relato sobre la base del problema de la fe cristiana en relación con la pobreza, así como en los intentos de sus personajes por contribuir a la lucha contra la injusticia social. En el caso concreto de "Ángel Guerra" asistimos a la transformación que experimenta su protagonista, quien desde una postura arreligiosa, marcada por la lucha política y un utopismo radical, emprende una búsqueda aparentemente genuina de la fe.
El camino de la vida es el testamento espiritual, el legado moral que León Tolstói decidió dejar al mundo en sus últimos días. Es su obra póstuma, pues falleció antes de su publicación, y como tal debe abordarse. Una joya literaria en la que, más preocupado por el mensaje que por las formas, nos ofrece sus reflexiones sobre el ser humano, la religión, la existencia, la espiritualidad, las virtudes o los defectos.
Todas las literaturas han conocido el sueño de un mundo ideal, de pasiones y valores absolutos. El Renacimiento lo concibió con disfraces de pastor; en España, bajo los rasgos de La Diana, que gozó de un enorme éxito editorial desde su publicación (1558-1559).
Con una trama geométrica, perfecta, y con una sapientísima mezcla de naturalidad y artificio, la obra maestra de Jorge de Montemayor ofrece a un tiempo una absorbente novela psicológica y una enciclopedia de la erótica renacentista.
Una experiencia personal del propio Tolstói fue la inspiración para La tormenta de nieve, que vio la luz en 1856 en la revista El contemporáneo. Una ventisca sorprende a un viajero y su cochero en la estepa rusa y les aparta de su camino. Cuando el cochero decide volverse, el viajero se une a una caravana en la que conocerá a una serie de variopintos personajes. Una obra temprana del gran autor ruso que, en su brevedad, aborda temas como la superación de obstáculos, la vanidad o la búsqueda de reconocimiento.