Presentamos una nueva traducción de la obra maestra de Tolstói a cargo de Joaquín Fernández Valdes, la primera completamente nueva en español en más de cuarenta años. Publicada por entregas en la revista El Mensajero Ruso entre 1865 y 1867 y en forma de libro en 1869, Guerra y paz no dejó de causar desconcierto en su tiempo y luego, hasta nuestros días, apasionados intentos de definición. Los principales personajes componen un cuadro representativo de la aristocracia rusa de principios del siglo XIX. Tolstói une sus avatares en la epoca de las guerras napoleónicas a los de las figuras históricas y a los de la gente común, abarcando lo epico y lo domestico, lo público y lo íntimo, a menudo desde perspectivas inesperadas: no solo la de un alto mando contrapuesta a la de un ordenanza, sino hasta la de una niña de seis años… o la de un caballo.
Publicamos el tomo XII de La Comedia humana que cierra el subciclo de las Escenas de la vida parisiense
Este tomo contiene los siguientes títulos:
Los empleados, publicada originalmente en 1838 con el título de La mujer superior, representa la lucha entre las esposas (mujeres superiores) de dos empleados que aspiran a ascender dentro del mismo ministerio.
Los pequeños burgueses es una de las novelas de Balzac que no pudo acabar. Publicada póstumamente en Bruselas en 1854, refleja como pocas la vida de la sociedad de la clase media de la época. Reaparecen muchos personajes de la novela anterior, ya jubilados, y la historia continúa con la cuestión de la mujer superior.
Los secretos de la princesa de Cadignan se publicó en 1839 bajo el título de Una princesa parisiense. En este tomo, entre otros avatares, veremos brillar con otra luz a algunos de los galanes más significativos de La Comedia humana, como Eugène de Rastignac y Maxime de Trailles, y el inicio del ascenso a la fama del escritor Daniel d’Arthez.
La casa Girdlestone es la primera novela larga salida de la pluma del que sería padre del rey de los detectives, Sir Arthur Conan Doyle. Aunque terminada de escribir en 1884, no se publicaría hasta 1890, cuando su autor ya había alcanzado cierta notoriedad con Estudio en escarlata en 1887, El misterio de Cloomber en 1888 y Micah Clarke en 1889. La casa Girdlestone es una novela dickensiana a la vez que una novela de aventuras con ciertas referencias autobiográficas. Los capítulos que se desarrollan en Escocia son una buena prueba de ello. Con notables influencias de obras de otro autores, como Charles Dickens, Anthony Trollope y, sobre todo de la novela de Sheridan Le Fanu, El tío Silas.
Además de «El hombre de negocios», este volumen contiene «Facino Cane», publicada en 1837 y escrita en primera persona, comienza evocando la capacidad de observación del narrador.
Pip, un niño huerfano y medroso, tiene un terrorífico encuentro con un preso evadido al que se ve obligado a procurar víveres y una lima. Poco despues, es llamado a la tenebrosa mansión de una rica y recluida dama como compañero de juegos de una niña seca, hermosa y altiva; allí, el huerfano aprende, por primera vez, que sus manos son bastas y sus botas demasiado gruesas. Poco despues, entra en posesión de una misteriosa fortuna que pone en sus manos un benefactor secreto que desea hacer de el un caballero. Grandes esperanzas (1860-61), penúltima novela de Dickens y sin duda una de sus obras maestras, no es sólo una historia de grandes sueños y dramáticas contrariedades, sino esencialmente, como dijo Chesterton, de grandes vacilaciones, las del joven heroe "entre la vida humilde, a la que debe todo, y la vida lujosa, de la que espera algo". La vergüenza y la culpa, el amor y la vanidad, el crimen y la cárcel son los leit-motivs de la crónica de una identidad que se pierde y que se gana a traves de una sorprendente peripecia que es como una anecdota del destino, irónica y grave a la vez.
El burlador de Sevilla significa la irrupción en la literatura de uno de sus grandes mitos, el de don Juan, el aristócrata amoral y cínico que seduce mujeres por el mero hecho de conquistarlas. De todas las versiones, la de Tirso es la más despiadada: ostenta que el mayor "gusto que en mí puede haber / es burlar a una mujer / y dejarla sin honor", con lo que a la ofensa une la crueldad, el desprecio de las leyes divinas y humanas e incluso el mofarse de la otra vida.