Espacios cerrados y claustrofóbicos,mares tenebrosos,misteriosas tumbas,tétricas alucinaciones,ocuras y peligrosas criptas,cadáveres ensangrentados,amores fúnebres,presión psicológica,descripciones sombrías,marcadas y extrañas enfermedades psíquicas,secretos ocultos,presuntas resurrecciones,detectives analíticos,espectros fantasmales,la muerte,la insoportable ansiedad del hombre..., son maestrías para inspirarnos sentimientos que nos invaden profundamente mientras leemos sus obras.
Se ha dicho que Charles Dickens inventó la celebración de la Navidad tal y como la conocemos, y tal vez ningún otro escritor ha evocado con tanta maestría el espíritu a la vez jubiloso y elegíaco de esa fecha. Inspirado en la edición inglesa de 1852, el presente volumen reúne el célebre «Canción de Navidad» y otros cuatro relatos de ambientación navideña: «Las campanas», «El Grillo del Hogar», «La batalla de la vida» y «El hechizado». En todos ellos destacan los temas principales del universo dickensiano: la caridad, la infancia, las leyendas populares, las desigualdades sociales, los sueños y la redención personal.
Además de las novelas que le valieron desde el momento mismo de su publicación un lugar inamovible entre el favor de los lectores, Charles Dickens consagró a la festividad navideña cinco novelas cortas ambientadas en estas fechas marcadas por el encuentro de las emociones, el balance de lo hecho y lo por hacer, y la a menudo sangrante desigualdad que en ellas parece ponerse más de relieve. Teñidas con frecuencia de un componente fantasmagórico o mágico, este volumen las reúne en su integridad, comenzando por la celebérrima Canción de Navidad, en la que el avaro Scrooge experimenta una transformación por obra de diferentes visiones y apariciones, para seguir con Las campanadas, El grillo del hogar, La batalla de la vida y El hechizado, piezas todas ellas de amena y placentera lectura en la concreta ocasión navideña o en otra cualquiera.
Si hay una época que ha inspirado a autores occidentales de todos los tiempos, esa es la Navidad. Historias entrañables, pero también melancólicas y humorísticas, todas tienen cabida en esta antología que abarca relatos del siglo XIX y principios del siglo XX de cuentistas reconocidos, como Charles Dickens o Antón Chéjov, o aún por descubrir, como O. Henry o Nikolái Gógol. Una sublime recopilación de cuentos clásicos imprescindibles con los que emocionarse.
Figura clave del modernismo anglosajón, Katherine Mansfield perdura como una de las grandes maestras del cuento moderno. El presente volumen incluye una cuidada selección de sus mejores relatos, desde las sátiras de juventud hasta las comedias de madurez, caracterizadas por la franqueza y la melancolía. En escenas de familia, historias de parejas, episodios intimistas o crónicas de viajes, la autora evoca tanto su infancia en Nueva Zelanda como la bohemia europea de principios del siglo XX, siempre en busca de momentos reveladores para sus personajes. El conjunto celebra los gestos, sobreentendidos y punzadas que conforman nuestra vida cotidiana.
Los mejores libros jamás escritos. El portentoso talento de Maupassant, discípulo literario de Flaubert y miembro relevante del grupo de jóvenes escritores naturalistas que se formó alrededor de Zola, encontró su forma ideal en el cuento, género que consolidó y renovó, y en el que no tiene rival. Realista, romántico, fantasmagórico, terrorífico, fantástico o poético, Maupassant transitó en sus cuentos por todos los caminos de la imaginación. La presente edición recoge los relatos esenciales de su narrativa e incorpora muchas piezas que habían circulado poco o nada en nuestro idioma. En el apéndice final se incluyen pasajes sustanciales de los ensayos que Henry James, Lev Tolstói y Joseph Conrad dedicaron a la cuentística de Maupassant: tres maestros coetáneos y lectores privilegiados. «¡Espejo de las cosas y espejo de los hechos, cada ser humano se convierte en un pequeño universo dentro del universo!» La crítica ha dicho... «Estos Cuentos esenciales proporcionan un placer tan seguro como desasosegante.» Manuel Hidalgo, El Mundo