Crimen y castigo es una de las novelas psicológicas de Dostoievski. Su argumento gira en torno a un joven estudiante que no encuentra otra solución para aliviar su pobreza que matar y robar a una vieja usurera. La novela está estructurada sobre un tema ético: el fin no justifica los medios. Se asiste así a un complicado proceso mental durante el cual el estudiante elabora meticulosamente su crimen, sin pensar en las consecuencias directas y materiales que le pueda reportar. Únicamente al final y a través del amor, le llegará el arrepentimiento redentor.
Raskólnikov es un joven de veintitrés años que acaba de terminar sus estudios y que malvive en una buhardilla de San Petersburgo. A pesar de su pobreza, es apuesto y elegante y de una gran inteligencia. Desde el principio de la novela acaricia el plan de robar y matar a una prestamista, una anciana ciertamente desalmada y mezquina. Originalmente titulada Los borrachos, con el propósito de desarrollar el tema del alcoholismo en la familia, Crimen y castigo ?que aquí ofrecemos en una nueva traducción de Fernando Otero Macías fue escrita por Dostoievski en una época de deudas y penurias muy particular. Hoy es, incuestionablemente, su obra más conocida.
El "Crotalón" (o "Crótalon"), diálogo atribuido a Cristóbal de Villalón, es una obra escrita a mediados del siglo XVI, coincidiendo con un momento de creciente tensión entre las ideas de la Reforma y las nacidas contra esta en Roma y en el Vaticano. El texto, que retoma el argumento de "El gallo" de Luciano de Samósata, nos presenta un agudo y satírico retrato de los vicios sociales, rematado por un último capítulo en que el diálogo se torna una novedosa diatriba contra el estado de cosas de la sociedad europea y española de su tiempo. La renovada interpretación que el autor hace de Luciano, sin separarse por ello de una sólida fundamentación evangélica, avala además una revisión de las costumbres morales y lo sitúa en la línea de los grandes reformadores de la Europa del Renacimiento.
En un artículo publicado en 1894 la novelista inglesa Sarah Grand acuñaba la expresión «Nueva Mujer» para referirse a las mujeres que, rebelándose contra el abnegado papel que les había tocado desempeñar en la era victoriana, empezaban a desafiar convencionalismos y normas sociales y luchaban por ser independientes profesional, política y emocionalmente. No necesariamente militante, aunque siempre enérgica, la Nueva Mujer dio pie a un nuevo prototipo de heroína en literatura: por primera vez pudieron leerse relatos protagonizados por mujeres escritoras, periodistas o detectives, que ejercían la medicina o administraban un banco; mujeres que abandonaban sin melodramatismos a sus maridos, incluso el mismo día de la boda, o que veían la muerte de éstos como una auténtica liberación; mujeres que conseguían que los hombres entablaran con ellas relaciones en pie de igualdad.
Hemos partido en esta selección de cuentos de Jacob y Wilhelm Grimm —más conocidos por su nombre conjunto de «Hermanos Grimm»— de la traducción histórica que realizó José Sánchez Biedma para la que fue la primera publicación de estos cuentos traducidos al castellano desde su original en alemán, que la casa Gaspar y Roig de Madrid publicó en 1867 con una selección de 46 de los ya muy famosos cuentos bajo el título Cuentos escogidos de los Hermanos Grimm.
Casi siempre ignorado por sus contemporáneos, el genio atormentado de Edgar Allan Poe no tardó en ser reconocido tras su muerte por autores de la talla de Baudelaire, Dostoievski, Jules Verne o Mallarmé. En la actualidad, sus cuentos son considerados como perfectas obras pioneras del terror psicológico y también de otros géneros como la narración detectivesca o la ciencia ficción. Además de recopilar todos sus relatos breves, este volumen se abre con una completa introducción al universo tenebroso y oscuro de Poe, y presenta la célebre traducción de otro maestro del cuento: Julio Cortázar.