«Es una verdad universalmente aceptada que todo soltero en posesión de una gran fortuna necesita una esposa»: este comienzo -junto con el de Anna Karénina, quizá uno de los más famosos de la historia de la literatura- nos introduce sabiamente en el mundo de Jane Austen y de su novela más emblemática. Orgullo y prejuicio, publicada en 1813 tras el éxito de Juicio y sentimiento, reúne de forma ejemplar sus temas recurrentes y su visión inimitable en la historia de las cinco hijas de la señora Bennet, que no tiene otro objetivo en su vida que conseguir una buena boda para todas ellas. Dos ricos jóvenes, el señor Bingley y el señor Darcy, aparecen en su punto de mira e inmediatamente se ven señalados como posibles «presas». El opresivo ambiente de la familia, la presión del matrimonio y del escándalo, la diferencia de clases, el fantasma de la pobreza y la actitud de una heroína más rica y compleja en sentimientos que cualquier heroína de cualquier novela anterior, se conjugan en esta obra maestra leída y celebrada a lo largo de más de dos siglos.
Edición conmemorativa del Bicentenario de su publicación.
Una edición al alcance de todos los bolsillos de una de las novelas románticas más importantes de la historia de la literatura universal.
«Es una verdad universalmente aceptada que todo soltero en posesión de una gran fortuna necesita una esposa.» Así empieza Orgullo y prejuicio, una de las primeras comedias románticas de la historia de la novela, publicada, por primera vez, el 28 de enero de 1813.
El señor y la señora Bennett tienen cinco hijas, y el único objetivo de la madre es conseguir una buena boda para todas. Dos jóvenes ricos, el señor Bingley y el señor Darcy, aparecen en ese ambiente e inmediatamente se ven señalados como posibles maridos.
Edición conmemorativa de la gran novela picaresca de Charles Dickens
La historia del pequeño Oliver, criado en un hospicio, empleado en una funeraria y reclutado por una banda de ladrones que el no reconoce como tales, no solo es un soberbio escaparate de celeberrimas creaciones dickensianas, sino que además resulta un magnífico y apasionante relato sobre la inocencia acosada. Los distintos personajes que el heroe va encontrando en su camino nos descubren al Dickens idílico y sentimental, en una de las muestras más perdurables de su genio.
Esta edición especial, publicada cuando se cumplen ciento cincuenta años de la muerte del autor, no puede faltar en ninguna biblioteca personal con vocación de permanencia.
Poeta magnus omniumque praeclarissimus, define Agustín de Hipona a Virgilio en su Ciudad de Dios (1,3). Y, aunque diga Suetonio que «detractores nunca le faltaron», lo cierto es que Virgilio ha logrado en la historia el raro privilegio de complacer a tirios y troyanos. No así Horacio, a quien Papini le propinaba los epítetos de «rechoncho y plagiario», mientras honraba al «celta Virgilio» con los atributos de «amoroso» y «tierno», y embellecía su corona de laurel con una bucólica descripción en que evocaba «al hombre del campo, al amigo de las sombras, de los plácidos bueyes, de las abejas doradas, al que había descendido con Eneas a contemplar a los condenados del Averno y desahogaba su inquieta melancolía con la música de la palabra?»La música de la palabra. En cierto endecasí-labo recuerda Borges «la voz de plata y luna de Virgilio», que coloca al lado de la antigua de Homero. Tal vez sea verdad que Roma no hubiera sido Roma sin Virgilio, como afirmaba un Andrés Bello en la indecisa frontera entre la reali-dad y la ficción. Y es que, en efecto, todos los imperios han caído menos el de sus hexámetros.¿Conoció Borges la traducción de Espinosa Pólit? Quizá la pregunta sea ociosa y su formulación correcta sería: ¿Pudo no conocerla Borges? Hay un célebre fragmento de hexámetro, aquel que dice: tacitae per amica silentia lunae (II 255),que tácitamente Borges rememora en el último poema de La cifra:La amistad silenciosa de la luna,cito mal a Virgilio?¿Conoció Borges la traducción de Pólit, que recrea la música de la palabra? En todo caso ese mismo verso había sido traducido por Espinosa del siguiente modo:El silencio amistoso de la luna?Solo que él prefirió no añadir: traduzco bien a Virgilio. Entre sus inclinaciones lectoras citaba Montaigne a Virgilio, y en particular sus Geórgicas, que consideraba «la obra más lograda de la poesía». A su lado, el libro quinto de la Eneida le parecía el más perfecto» (II 10).
Este volumen contiene: Las siete tragedias de Esquilo, Las siete tragedias de Sófocles, Las dieciocho tragedias de Eurípides, El Cíclope, drama satírico de Eurípides.
Este libro recoge los escritos inéditos de la visita de Ford a Estados Unidos entre 1926-1927. La metrópolis cautivó al autor inglés, que trata de explicar esa fascinación a través de anécdotas enlazadas por asociación a un lugar o un encuentro: un cruce de calles, un parque, una cena. Ford observa los cambios que ha sufrido la pequeña y vieja ciudad que había conocido veinte años atrás, esa ciudad en la que se instalan todos cuantos llegan de fuera y de la que se marchan todos los que allí nacen. Nueva York se había convertido en una gran ciudad debido en gran medida a los rascacielos, pero los problemas causados por la superpoblación no restan un ápice al amor que el escritor le tiene a su Gotham, refugio de un grupo variopinto de sajones, normandos, daneses, judíos, hugonotes y trotamundos. La Nueva York de Ford es Manhattan y el Bronx, que en los años 20 se convirtieron en centro artístico del país por la iniciativa y apoyo de sus gentes. Un siglo después de la publicación de esta obra, Nueva York no ha perdido nada de esa capacidad de atrapar al visitante por fugaz que sea la estancia. Leer estas páginas puede ayudar a entender las razones.